—¿Síndrome? —Maylene se descubre el rostro, confundida en el dolor—, ¿Cómo que síndrome? Hayley es una niña sana…ninguno en nuestra familia sufre de esa enfermedad.—Debes saber que a ésta edad los niños se enferman más. No voy a dejar que nada le falte a tu hija, Maylene. Y estaremos los dos al pen
—Lo estoy, ya estoy mejor —le responde Maylene, tomando su cintura—, necesito estar fuerte para mi bebé —y mira hacia su lado—, ah, Claire—Maylene se abalanza hacia su amiga. Ambas se abrazan con fuerza—, mi bebé está allá adentro… —y no puede reprimir un sollozo.—Pero ya están atendiéndola y ya tu
— ¿Quieres comer algo en específico? —Claire acaricia la espalda de Maylene acompañada de un ligero y pequeño tono de voz. Durante todo el día no ha recibido noticias de la pequeña, y aunque le hayan dicho que su pequeña está estable, no ha dejado de sentir miedo. Sus lágrimas salen solas, siente e
—Mi amor —solloza Maylene, acercándose hacia su niña—, mi vida —su bebé tiene los ojos cerrados y es lo mismo que sentir un disparo al corazón, una ráfaga de un tornado, ahogarse en el mar, caminar descalza por el fuego. Pese a sus ojos nublados por las lágrimas, observa a la enfermera—, ¿Cómo sigue
—Quiero que te vayas —no espera ni un segundo más en advertirle con severidad, no quiere ni desea continuar con esto—, ahora vete. ¿Quién te dejó entrar?—Me iré porque sólo quería ver a la niña —Carl se mete las manos en los bolsillos—, y no quería que nadie nos interrumpiera. Te voy a refrescar la
Maylene se mantiene serena, tomando una pequeña bocanada de aire. Luego observa a su hija otra vez, y no funciona quedarse sólo callada en la espera de la respuesta de Carl. Continúa:—Lo lamento por ti, Carl, y mucho. Esa mujer sólo te ilusionó haciéndose pasar por mí. Daría todo para que vieras co
—No sabes lo que estás diciendo —murmura Carl—, la gente cree que ya estás delirando, y si no puedes cuidar a tu hija, ¿Qué les espera a estas niñas? —señala con la cabeza la dirección de Hayley—, ellas merecen una familia estable. Una madre estable mentalmente.—Lárgate —Maylene escupe, y lanza gol
Decidida Maylene abre la puerta del la habitación. —¡Una enfermera! Al instante observa a la misma enfermera que estaba cuando entró a ver a su hija y que permitió que Carl entrara. La enfermera no entiende la expresión eufórica de Maylene por lo que se acerca a paso rápido con la carpeta en man