—No me digas que eres…—Edison la señala—, ¿Esa Maylene Dodson? ¿La hija del difunto Joshua Dodson?—Sí…exactamente —Maylene comienza despacio y termina con un sonido contundente—, ¿Te molesta mucho si te quito un poco de tiempo?—Estás en tu casa, bueno, oficina. Ven por aquí —Edison le jala la sill
Quisiera estar sorprendida, pero la mente de Maylene se distrae tanto en la imagen que está viendo que ya no siente ni preocupación. Por alguna extraña razón se lo esperaba. Señala los datos que arroja la computadora. —Esa dirección ya no existe —comenta, totalmente seria—, ya no vivo en esa cas
—Da otro paso más y te vuelo el cráneo ahora mismo. Cómo si una víbora lo hubiese mordido Edison abre los ojos. Cree que es Maylene quien lo estaba esperando con las cejas dobladas en confusión. Pero es peor. Una mirada de piedra proveniente de un monstruo tan alto como la puerta de la oficina
No tiene palabras. Y lo que sucede a su alrededor, y al alrededor de las niñas es algo que la tiene sin palabras. Declan puede manejar el auto sin problema. Aún así tienen a sus escoltas en el auto que los sigue. Los balbuceos y las palabras ininteligibles de sus hijas son las únicas voces que se
—Tú y ellas me están sanando. Una vez más, la deja sin aire. Ella y las niñas. Mantener esta conversación y mantenerla a flote sin que sienta como un pedazo roto de su corazón es imposible. Se quiebra un poco más. No quita la mano de Declan de su pierna. Pero tampoco la agarra. En cualquier mo
No puede contenerse. No puede porque lo que siente es más que un simple dolor. Es lo mismo que si le dijeran incontables veces que lo que hizo, y lo que está haciendo, es mentirles a sus propias hijas. A sus niñas. A sus ángeles.—¿Maylene? —el tono preocupado de Declan empeora la situación. Las últ
Se da cuenta que Maylene tiene algo qué decirle.—Sí se trata de lo que acabo de decir no hablaremos más de eso. No haré nada si tú no quieres —Declan agarra su mano, su delicada mano que jamás olvidó lo suave que era en la suya.Maylene vuelve a sentir el nudo en la garganta.Asiente.—De acuerdo —
Ahora cree que las cosas son distintas. Tal vez lo son desde que se dio cuenta en el parque que tiene que saber cómo sobrellevar las cosas. Aunque esté comenzando a luchar internamente por sus impulsos. No baja a cenar porque se tarda un poco arreglando a las niñas para dormir, y Hannah se levanta