—Tengo que irme así que cualquier cosa me llamas, y si es hoy mejor. ¿Sí? Te quiero —y vuelve a colgar.Ésta vez no se queda en ese sitio sino que sale rumbo a la habitación de las gemelas. Ambas niñas siguen durmiendo, aún es muy temprano en la mañana. Se acerca a la ventana para observar el camino
—Piensa en las niñas. Cualquier sospecha y cualquier mal presentimiento debemos escucharlo. No irás a ese lugar, y mucho menos sola —Claire suspira—, sé que nuestro viaje de unos cuantos días se extendió, y comprendo tu frustración: pero no estás recibiendo ayuda de cualquier extraño —susurra en voz
Los pasos de sus hijas sin querer distraen todo lo que ellos habían pensado en hacer. O en lo que Maylene iba a responder.Los dos observan a las gemelas, quienes se acercan curiosas ante el inmenso hombre que está sentado al lado de su madre. Sobretodo Hannah, quien se abraza a su peluche y dispues
—¿Te gusta algo en particular, Hayley?Maylene se detiene mirando a Hayley, y luego mira a Declan.—¡Me gustan los cuentos que mi mami me lee!—Vamos a comprar muchos libros —Declan alza los ojos hacia Hannah—, ¿y a ti que te gusta, linda?—Los osos —responde Hannah, casi tímida en el cuello de su m
—Dios, Claire. No puedo pasar toda mi vida encerrada sin saber nada. ¡Hay alguien allá afuera que me quiere ver arruinada y no sé su nombre! Tengo que ir, y no te preocupes, encenderé mi ubicación y le pediré a Fenton que me lleve, no estaré sola —corre hacia sus niñas para besar su cabello—, vendré
Su corazón se encoge de forma que es muy difícil explicar. Cada día que pasa las palabras de Declan cobran peso, cobran confusión, cobran desesperación. La desesperan. Y como ahora, no hay ningún lugar en su mente que pueda explicarle lo que acaba de escuchar.En este momento, mirándolo fijamente, a
Declan se fija en el camino, sin hacer un gesto al oírla.—No sé que más quieres saber, Maylene. Amy me pidió que te creyera, es todo. Y no quería darle el gusto a Kieran —es extraño ver a Declan tan calmado. Y debido a eso, parece afectarle que en realidad sí sea la verdad.—Te estás contradiciendo
—¿Quién? ¿Carl? —Declan ruge con la pizca de molestia.—Al menos él si me creyó y aunque hizo todo este alboroto de la boda sí me creyó en el pasado, creyó que no era mentirosa y estuvo conmigo cuando mi padre falleció, cuando necesitaba a alguien, él estuvo ahí. Nadie más estuvo, sólo él.Declan si