—¿Te gusta algo en particular, Hayley?Maylene se detiene mirando a Hayley, y luego mira a Declan.—¡Me gustan los cuentos que mi mami me lee!—Vamos a comprar muchos libros —Declan alza los ojos hacia Hannah—, ¿y a ti que te gusta, linda?—Los osos —responde Hannah, casi tímida en el cuello de su m
—Dios, Claire. No puedo pasar toda mi vida encerrada sin saber nada. ¡Hay alguien allá afuera que me quiere ver arruinada y no sé su nombre! Tengo que ir, y no te preocupes, encenderé mi ubicación y le pediré a Fenton que me lleve, no estaré sola —corre hacia sus niñas para besar su cabello—, vendré
Su corazón se encoge de forma que es muy difícil explicar. Cada día que pasa las palabras de Declan cobran peso, cobran confusión, cobran desesperación. La desesperan. Y como ahora, no hay ningún lugar en su mente que pueda explicarle lo que acaba de escuchar.En este momento, mirándolo fijamente, a
Declan se fija en el camino, sin hacer un gesto al oírla.—No sé que más quieres saber, Maylene. Amy me pidió que te creyera, es todo. Y no quería darle el gusto a Kieran —es extraño ver a Declan tan calmado. Y debido a eso, parece afectarle que en realidad sí sea la verdad.—Te estás contradiciendo
—¿Quién? ¿Carl? —Declan ruge con la pizca de molestia.—Al menos él si me creyó y aunque hizo todo este alboroto de la boda sí me creyó en el pasado, creyó que no era mentirosa y estuvo conmigo cuando mi padre falleció, cuando necesitaba a alguien, él estuvo ahí. Nadie más estuvo, sólo él.Declan si
Cuando Maylene baja del auto y sin soltar la puerta del copiloto, toma un suspiro.Luego rodea el auto para llegar al otro lado.Declan abre la puerta en silencio.—Tienes que regresar, no puedes estar aquí. Tu herida…—logra formular cuando ya quedarse callada y no decir nada no es una opción. No qu
Es increíble. Es simplemente increíble que sea él quien esté aquí y no…¿Carl? Siente algo de vergüenza por haberle dicho esa comparación. ¡Demonios! Ya comienza a dudar hasta lo que dice. Debe concentrarse.La campana advierte de su llegada. Maylene se da cuenta que es una simple tienda de aparatos
—No quiero meterme en problemas. Ya mucho hice con decirle el nombre.—No lo hará. Soy madre, tengo dos niñas, no se preocupe. Y si duda de mí puede estar segura que yo soy la verdadera Maylene Dodson. Sabrá que soy yo cuando le pregunte sobre lo que sucedió hoy y si esa mujer regresa y no le pregun