—Lo acabas de decir —Maylene cierra los ojos, y los abre dándole a su vista el pecho cubierto de Declan—, “existió.” Ya no existe más un “nosotros” —y gira el rostro—, y no fui yo quien lo terminó…—alza las cejas rápidamente para enfatizar—, nunca fui yo.Declan no se contiene. Suavemente gira el ro
Y se suelta de su abrazo.Maylene sale rápidamente de la habitación.Declan intenta alcanzarla pero la puerta se cierra frente a sus narices, y el puño debido a su frustración cae con lentitud en la madera de la puerta. Cabizbajo, Declan deja caer la cabeza con la mano en la salida: dándose cuenta q
Maylene se acerca lentamente hacia la pared para tomar el umbral. Sus ojos siguen abiertos, en ese lugar que logran advertir una y otra vez de que no está loca…No.“No me digan que todavía sigues sorprendida.”—¿Quién eres? —Maylene tira la primera pregunta con fuerza. Su pecho sube y baja constant
—Tengo que irme así que cualquier cosa me llamas, y si es hoy mejor. ¿Sí? Te quiero —y vuelve a colgar.Ésta vez no se queda en ese sitio sino que sale rumbo a la habitación de las gemelas. Ambas niñas siguen durmiendo, aún es muy temprano en la mañana. Se acerca a la ventana para observar el camino
—Piensa en las niñas. Cualquier sospecha y cualquier mal presentimiento debemos escucharlo. No irás a ese lugar, y mucho menos sola —Claire suspira—, sé que nuestro viaje de unos cuantos días se extendió, y comprendo tu frustración: pero no estás recibiendo ayuda de cualquier extraño —susurra en voz
Los pasos de sus hijas sin querer distraen todo lo que ellos habían pensado en hacer. O en lo que Maylene iba a responder.Los dos observan a las gemelas, quienes se acercan curiosas ante el inmenso hombre que está sentado al lado de su madre. Sobretodo Hannah, quien se abraza a su peluche y dispues
—¿Te gusta algo en particular, Hayley?Maylene se detiene mirando a Hayley, y luego mira a Declan.—¡Me gustan los cuentos que mi mami me lee!—Vamos a comprar muchos libros —Declan alza los ojos hacia Hannah—, ¿y a ti que te gusta, linda?—Los osos —responde Hannah, casi tímida en el cuello de su m
—Dios, Claire. No puedo pasar toda mi vida encerrada sin saber nada. ¡Hay alguien allá afuera que me quiere ver arruinada y no sé su nombre! Tengo que ir, y no te preocupes, encenderé mi ubicación y le pediré a Fenton que me lleve, no estaré sola —corre hacia sus niñas para besar su cabello—, vendré