Siguieron la costumbre de ir a verlas y dejarlas en la Preparatoria y de llevarlas a pasear casi siempre las llevaba a lugares fríos, era para contenerse de hacer algo malo. Había dejado de ir a ver películas. Los vestidos de Novia se había encargado Laila, eran hermoso de color negro, perlas, y el ajuar era lindísimo. Dominik visito a solas a su hermana, le contó lo que paso y lo que hizo al regresar al castillo, ella lo miró atónita. —¡Quéeeee!, pero hermano van a ser tus esposas, deberías enseñarles cómo complacerte aunque sea oralmente, ¡ellas están enamoradas de ti!, por eso quieren hacer eso contigo—dijo Laila —¡Pero tengo miedo de excederme!, yo quiero su virginidad después de casarnos—dijo el Rey —Hermano, por favor, ¡estos son otros tiempos!, pero si deberías enseñarles el sexo oral, así te complaces y te descargas, tú debes complacerlas también, ¡tú sabes bien hacer eso! Dominik la miro pensativo,«sin embargo, no sería en el castillo de su abuelo, quiero respetarlo» —O
—Si les voy a ir enseñando, las amo y quiero que sientan mi amor a plenitud no solo sentimental, sino físico, las amo. —Nosotros también, ¡te amamos! Dominik había puesto una alarma para que los despierte para tener tiempo de bañarse y ponerse la poción para que desaparezca cualquier olor físico. Las abrazo a las dos y del cansancio se quedaron dormidos así desnudos. Pasaron dos horas y sonó la alarma, se despertaron, se levantaron, se bañaron juntos, jugando y riendo, se pusieron la poción y se vistieron, con magia limpia el desorden de la casita, salieron y el lugar era hermoso. —Vámonos un momento a la montaña para regresar fríos, ¡por si acaso! —¡Es verdad, vamos!—dijeron las gemelas Al llegar a la montaña se tiraron bolas de nieve riéndose, regresaron al castillo Wallacer, estaban todo blancos de la nieve. Adrién los miro que se sacudían la nieve y eran puras risas, ellas le tiraban la nieve a Dominik —¡Ya párenle!, hace rato me dieron duro con las bolas de nieve —¡Tú em
Las gemelas iguales estaban cansadas, pero no tanto por la juventud de ellas y su fortaleza, fueron a cenar algo, tomaron sus copas de sangre y se fueron a dormir, pero por si acaso dejaron prendido el TV y el reproductor y les valió porque más tarde su abuelo entro y vio el TV prendido y dijo en su mente que como siempre se quedaron dormidas viendo películas. Ya eran las 5 y 30 se despertó Laila y se levantó del sofá bostezando, vio a su hermano dormido profundamente, roncaba quedamente, se sonrió, lo dejo dormido y bajo al comedor, volvió a traer más copas grandes de sangre y las puso encima de una mesita de noche que tenía ahí. Lo miraba, estaba tranquilo, que lejos estaban aquellos días en que lloraba a su esposa desconsoladamente, ahora estaba feliz. Vio que su hermano se movió para darse la vuelta, pero igual estaba dormido, espero una hora más y ya lo llamo. —Dominik ya son las 6 y 30 de la tarde, ¡despierta!—dijo Laila Abrió los ojos muy despacio, bostezo largo, se estiró
Se fueron su padre y hermana, se bañó, se puso su pijama, espero un momento más vio la hora y se fue en una bruma escarlata y apareció en el cuarto de las chicas que ya tenían todo listo. —¡Hola, mis amores! —¡Dominik!, pensamos que no venías —¡Qué va!, dije que venía y mi palabra es ¡válida!—dijo Dominik Se acomodaron en la alfombra, se besaron un momento y empezó la película, lo que no sabían era que Adrién había dejado un hechizo ahí para ver que hacían solos. Pero solamente se besaban y las chicas se recostaban en el pecho de su amado nada más, cuando termino la película, Alice dijo que la que seguía era de comedia y la querían ver. Dominik acepto y se quedó a sabiendas de que cuando es su hora de dormir se podía quedar dormido ahí Se reían viendo la película, pero paso lo que tenía que pasar, le venció el sueño y se durmió en la alfombra con una gemela a cada lado de su cuerpo, ellas lo abrazaban, le abrieron un botón del pijama y le besaron su pecho, sonrieron pícaramente
Dominik se quedó parado ahí mirándolos sonriendo, se le acercó una amiga de las gemelas —Perdone majestad y ¡¿las gemelas?! —Ah, mi hermana se las llevo para probarse el vestido de novia—dijo el Rey —Ah, ¡con razón! No se fueron con usted—Lo dijo soltando una risita Mariana —No sé por qué siguen con esa odiosa tradición, ¡yo quería verlas vestidas así!—dijo el Rey —Majestad más que una tradición es cuestión de ¡superstición romántica! —Sí, ¡es cierto!, ¿niña ya te vas a tu casa?—dijo el Rey —Si majestad, tengo que ir a pie hasta allá—dijo Mariana, la mejor amiga de las gemelas —Si quieres, ¡te dejo en tu casa! —dijo Dominik —¡¿En verdad?! Me da vergüenza —¡Nada de vergüenza!, dime donde es y te dejo—dijo el Rey Mariana le dio la dirección, Dominik la visualizo, la abrazo y se hizo bruma escarlata, asomo en la pequeña salita de la casa, sus padres que estaban sentados ahí al ver esa inmensa bruma se asustaron y gritaron, cuando se dieron cuenta de que era el Rey. —¡Su majest
Regreso al castillo, y estaba en la sala, sentado estirándose y vio una bruma verdinegra, era Laila, pero llego con las gemelas. —¡Dominik! —dijeron las dos y se abalanzaron a besarlo —¡Mis amores!-dijo el Rey —Ya se probaron sus vestidos, se las ve ¡hermosas!-dijo Laila —¡Yo quería verlas!-dijo Dominik —No se puede, es la tradición —dijo Laila —¿Se van a quedar aquí un momento más? —¡Si tú quieres, sí!-dijeron las dos —Vamos a mi habitación-dijo Dominik —Espera hermanito mío, ¡espera! No las lleves, solo daría que murmurar de ellas, yo voy contigo-dijo Laila Y se fueron juntos, entraron riéndose y ahí estaban unos disfraces —¡Qué es esto?! Son disfraces y están 4-dijo Laila —Si es para todos, vamos a una fiesta de disfraces —Yo no sabía de esto, pero deben pedir permiso a Adrién-dijo Laila —Yo voy a decirle un momento —dijo Dominik Asomo en la sala y ahí estaba Adrién —Hola, Dominik —Hola, Adrién, las gemelas están en mi castillo, llegaron con mi hermana Laila ya se p
Ya cuando terminaron se levantaron y se fueron al lugar de los juegos, para Adrién era algo nuevo, cuando empezó a bailar el juego de las flechas se equivocaba, pero las gemelas le enseñaron y apareció una chica hermosa que le dijo si podía jugar bailando con Él, Adrién le dijo que si entonces bailaron y ella le llevaba el son a Adrién y se reía, las gemelas veían a su abuelito reírse con esa chica. Llegaron al score perfecto y la chica de la euforia le agarro la cara a Adrién y lo beso, largo y profundo, cuando termino lo miro se sonrojó y se fue, Adrién se quedó todo colorado que sus nietas se reían de verlo boquiabierta. —¡Abuelito!, te beso, ¡esa chica te beso!, jajajá —Sí… eh… ¡Me… beso!—dijo Adrién —¡Adrién! Te conseguiste una fan, jajaja—dijo Dominik Siguieron en los otros juegos, en el ping-pong Dominik iba a la par con Adrién, cuando este se dio cuenta de que lo estaba mirando la chica que lo beso, se quedó parado y la bola paso de largo y Dominik grito. —¡Ganéeee!, jaja
—Oh, perdone su majestad—dijo levantándose y tropezándose con la manta y Adrién la abrazo para que no caiga, se miraron y se sonrojaron —¡Buenas tardes!—volvió a decir ya parándose bien —¡Buenas tardes!, parece que se divirtieron —dijo Dominik pícaramente Adrién estaba colorado y Mircela igual, las gemelas no se aguantaron la risa —Mi mamá debe estar preocupada, jamás he faltado en llegar a casa—dijo Mircela —Dame tu número, hablaré con ella—dijo Dominik Mircela le dio el número Dominik hizo videollamada, cuando contestaron la mamá de Mircela reconoció al rey en el acto —¡Buenas tardes!… oh majestad, ¡disculpe es usted! —¡Buenas tardes!, la llamaba para decirle que no se preocupe Mircela está en la casa de un amigo mío, llegamos todos aquí, del cansancio nos dormimos todos y olvido llamarla, aquí estamos, mis novias, su abuelo, Mircela y yo, la voy a poner para que hable con ella —¡Gracias, majestad!—dijo la mamá de Mircela Mircela se había acomodado el pelo alborotado y cogi