PARTE 58

VICTORIA

—¡Bastian! Perdón, no quería gritarte, pero hace rato, estoy que te hablo y no contestas. ¿Estás bien? — Yo estoy con la bandeja con el desayuno de Ángel, él está muy distraído, solo quisiera que no fuera por pensar en la plástica esa, solo imaginar un segundo que piensa en ella y mi corazón se apachurra.

Le sube el desayuno a Ángel y los minutos bajan.

—No quiso comer mucho, pero me imagino que es normal.

—Por lo menos comió la avena — Su mirada me dice algo que no capto, pero presiento, es un niño grande— Bastian, porque elevas los ojos, ¿qué hiciste?

—Lo ayudé un poco, yo comía esto de pequeño y me encantaba, perdona, no quise hacerlo, pero su olor me llevó a esa época y su sabor ni me digas.

Yo sonreí, porque me siento descubierta, supongo que le tengo que decir la verdad.

—Para ser sincera, la receta me la dio tu nana. A Ángel le encantó y veo porque, lo lleva en los genes

—A los hombres se les puede conquistar también por el estómago, llévate este librito con recetas, n
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