Cuando recogi todo lo que tenia en la casa de Mario para marcharme con mi hija, Maria me ayudaba llorando y pidiendome que no me fuera, pero el día anterior Mario fue tajante cuando me eho de su casa.
Brody nos volvió a acoger en su casa, consiguiéndome un trabajo en el club donde él trabajaba y tan malos recuerdos me traía a la mente, cambiándonos los turnos para estar con mi hija. Una noche cuando terminé mi turno y ya me iba a casa, entro en el club Mario y la mujer que me amenazo en Paris, los dos iban abrazados y muy acaramelados sintiéndome celosa y aliviada por otra parte. Al cruzarme con él, nuestras miradas dueron de rabia y rencor Mario, se apartó un poco de ella acercándose a mí.
— Hola, ¿Cómo estás? — me preguntó
— Muy bien ¿y tu? — contesté
— Bien, te voy a presentar a --- — no lo deje terminar
— Nos conocimos en Paris, cuando fui contigo a la recepción — dije viendo como ella sonreía mirándome
— Bueno, me tengo que ir, ya hablaremos — le dije
Cuando salí por la puerta, no pude retener mis lágrimas, ya que me había enamorado perdidamente de Mario. Una semana despues de haberle visto en el club, estaba en casa dándole de comer a mi hija cuando tocaron el timbre, abrió la puerta Brody entrando en la cocina muy serio con una carta certificada.
— Nena es del abogado de Mario — me dijo abriendo la carta cambiándole el semblante de su cara
— ¿Qué pasa Brody? — pregunté asustada
— Quieren hablar contigo, Mario ha pedido la custodia de la pequeña — me dijo
— No puede ser, él no me haría eso, además no es hija suya — dije
Temblorosa le cogí la carta leyéndola, mientras las lágrimas me caían por mis mejillas solas, terminé de darle de comer a mi hija cogí el móvil llamando a Mario, pero su teléfono estaba sin cobertura. Llame a su abogado contestándome este a los pocos segundos.
— Hola soy Erika O "Brien, — le dije
— Buenas tardes, señora, supongo que ha recibido la notificación ¿verdad? — me dijo
— Si y dígale a Mario que no me quitara a mi hija, él no es el padre y no tiene ningún derecho.— contesté
— Erika por favor venga a mi despacho y hablamos tranquilamente — dijo
— No tengo nada de qué hablar, es mi hija y no podrá quitármela — le repetí
— Erika por favor, cuando se calme venga a mi despacho, es más compleja la situación —
— ¿Qué quiere decir? — pregunté
— Usted trabaja en un club y podríamos decir que, si le hiciera falta se acostaría con un hombre por dinero y luego está su compañero de piso, bueno además se puede decir que usted abandono el hogar donde vivía — me dijo
— Y Mario tiene dinero ¿verdad? — pregunté sin obtener respuesta, finalizando yo la llamada
Por la noche estando trabajando en el club, vi a Mario entrar con la misma mujer que entro aquella noche, salí de la barra acercándome a ellos, dándole un bofetón a Mario rompiéndole el labio, me cogio del brazo sacandome con él a la calle.
— Que no se te ocurra otra vez, te lo advierto — me dijo muy enfadado
— Retira la demanda, es mi hija y no tienes derecho — contesté cabreada
— Vuelve a mi casa, pero como mi sirvienta si la quieres, los papeles del divorcio te llegarán pronto, no tienes nada Erika piénsatelo, pero no tienes mucho tiempo — me dijo entrando seguidamente en el club.
— Erika ¿pasa algo? — preguntó el encargado de la puerta
— No tranquilo, todo está bien — contesté
Unos días más tarde y dispuesta a no dejar que Mario me quitara a mi hija, volví a su casa rota, destrozada y humillada. Cuando entré me recibio sonriendo Mario acercandose a mi
— Veo que has tardado poco en pensártelo, dile a María que te acomode en la habitación de las sirvientas y te de la ropa adecuada, esta noche hay una cena en mi casa y tú serás quien nos sirva — me dijo
— Quiero estar al lado de mi hija, no puedes mandarme al otro lado de la casa — contesté enfadada
— De Lidia me ocupare yo no te preocupes, pero la servidumbre duerme en el otro lado de la casa — dijo
— Ya te dije que es mi hija, no voy a consentir — no me dejo hablar cogiendome los hombros con fuerza acercando su cara a la mia
— No vas a consentir ¿qué? Lidia es --, se acabó la conversación María te acompañara — me dijo no terminando la frase
Cuando María me vio, lloro de la emoción mientras nos abrazábamos.
— Siento mucho lo que pasa, ya me ha contado Mario que vienes a servirle — me dijo
— No pasa nada María, no consentiré que me arrebaté a mi hija — dije
Por la noche entre María y yo preparamos la mesa para la cena. Primero llegó la que María llamaba, la amiguita de Mario, llegando poco despues los demas invitados. Cuando todo estuvo dispuesto María les anuncio que la cena estaba servida, acercándose Mario a mí en la cocina, cogiéndome del brazo.
— Cuando se acabe la cena, quiero que hablemos— me dijo
— Sobre ¿Qué? Ya me tienes donde querías, no tengo porque hablar contigo — contesté
— Te recuerdo que ahora trabajas para mí y quiero respeto — me dijo
Mientras les servía, miraba a Mario y a su acompañante, muy acaramelados, mirándome ella también mientras me sonreía. Cuando la cena termino, Mario me hizo acompañarlo a su despacho.
— Loren se quedará unos días en mi casa y quiero que le sirvas como me vas a servir a mi ¿entendido?
— Te recuerdo que aún soy tu esposa — dije
— Espero que, por poco tiempo, Erika tuviste tu oportunidad y te marchaste, ahora que estas aquí le diré a mi abogado que te traiga los papeles del divorcio
— Te recuerdo que tu me echaste de tu casa y no te preocupes. Los firmaré con mucho gusto, aunque quiero un contrato con una cláusula, que diga que no me quitaras a mi hija
— Mientras trabajes en mi casa, no tienes por qué preocuparte, llamaré a mi abogado para que prepare el documento, ya te puedes marchar buenas noches.
A medianoche escuche llorar a mi pequeña, me levante de la cama y sin ponerme la bata fui corriendo a su habitación, cuando entré la cogí en brazos para calmarla viendo en la puerta a Mario medio desnudo, solamente con un pantalón corto. — Ya la calmo yo, tú puedes volver a la cama con tu amiga — le dije — También Lidia es responsabilidad mía, vivís las dos en mi casa — me contestó Mario se acerco a donde yo me encontraba con mi hija, me ayudo a cambiarle el pañal, la cogio en brazos meciendola hasta que mi pequeña se durmió, la dejo en su cuna, marchándonos los dos del dormitorio, pero sin esperármelo me cogió del brazo con la mano, empotrándome contra la pared y su cuerpo. —Si tu quisieras, podríamos — me dijo —¿Qué, follar y mañana, seguir sirviendo a tu amiga?, no Mario lo siento si estas caliente la tienes en tu cama, yo me voy a la mía — le dije mirándonos los dos a los ojos en la penumbra de la noche — Erika te deseo ahora, — me dijo susurrándome en el oído, mientras
— Erika prepara tu equipaje, tengo que ir urgente a Italia, tienes que representar tu papel de amante esposa, es un socio muy importante para mí — me dijo — Que te acompañe tu amiga, yo tengo que cuidar de mi hija — contesté — Te lo advierto, no me pongas a prueba, haz el equipaje, salimos dentro de dos horas — me dijo Hable con María para decirle lo del viaje y como buena persona que era, me dijo que no me preocupara por mi hija ya que para ella era como si fuera su nieta por que la quería mucho. Prepare mi equipaje, sali despues al salón donde Mario ya me estaba esperando. El chofer puso nuestro equipaje en el maletero, subiendo nosotros dos al vehículo y arrancando el chofer, nos dirigimos al aeropuerto. Al llegar a Italia, nos esperaba en pie de pista una limusina con chofer, subimos al vehículo dejándonos en el hotel, Grand Hotel Palace. Nada más entrar el botones cogió nuestro equipaje, haciendo que lo acompañáramos al ascensor, cuando salimos de él me di cuenta de que era
Esa noche, Mario me llevó a cenar al más lujoso restaurante de Roma, luego fuimos paseando disfrutando de la hermosa noche que, hacia hasta llegar a la plaza del Vaticano, asombrándome de lo precioso que era todo. — Mañana te enseñare más monumentos, ya es tarde y estarás cansada — me dijo — Con una condición —le dije — me tienes que invitar a un helado en Giolitti, sé que es la heladería más famosa de Roma ¿Qué me dices? — le pregunte — Sus deseos sonó auguri per la mía signora — me dijo riéndose Cuando regresamos a la habitación del hotel, Mario cogió una manta y una almohada preparándose el sofá para dormir, me quede sentada en la cama mirándolo pensativa, — Que descanses — me dijo Apagué la luz tumbándome en la cama, pero no paraba de dar vueltas sin poder dormir, era demasiado castigo, pensé, así que decidida me volví a sentar en la cama llamando a Mario — ¿Te ocurre algo? ¿te encuentras bien? — me preguntó sentandose en el sofá — Anda acuéstate en la cama conmig
Cuando llegue a casa, aún había más de una patrulla de policía en las inmediaciones, baje corriendo del taxi que cogí en el aeropuerto, entrando en la casa encontrándome a María y a una amiga suya echas un mar de lágrimas. — Gracias que ha vuelto señora, no encuentran a la niña — me dijo llorando — Perdóneme señora soy el inspector Rodríguez, ¿es usted la madre de la niña? — me preguntó — Si señor soy yo, ¿saben algo ya? — pregunté — No, lo siento y el padre de la niña ¿puede ser que se la haya llevado? — me preguntó —Mi hija no tiene padre, es fruto de una violación — contesté — Comprendo lo siento, lo denuncio cuando la violaron — me dijo como si se avergonzara él mismo — No, tenía mucho miedo y preferí no hacerlo — le dije — ¿Tiene usted algún enemigo que quisiera hacerle daño? Y ya con esto las dejo descansar — me dijo — No ninguno, pero por favor encuéntrela, es lo único que tengo en mi vida, es mi pequeña — le dije desmayándome perdiendo el conocimiento Cuando
Los días iban pasando muy lentos y aún no se sabía nada de mi pequeña, yo no comía, no dormía siempre estaba pendiente del teléfono, aunque María y Mario siempre estaban pendientes de mí. — Tienes que comer algo Erika, vas a caer enferma y no será bueno para tu hija, te prometo que la encontraremos — me decía Mario Todas las noches me tumbaba en la cama con el muñeco de mi hija, llorando hasta que de cansancio me dormía. Un día al levantarme de la cama, caí al suelo desfallecida, Mario que escucho el golpe entró en mi dormitorio, me cogió en brazos tumbándome en la cama. — Voy a llamar a mi doctor, no puedes seguir así — me dijo Cuando el medico vino y me reconoció, le dio a Mario varias recetas, dirigiéndose despues a mi — Ten fe, tienes a Mario muy preocupado Erika, si tienes fuerza veras todo mucho más fácil y podrás enfrentar el destino, no te hundas hija mía, verás como pronto la tendrás en tus brazos, Mario te ama, aunque sé que no te lo ha dicho, si me necesitas llama
Ahora no es el momento, márchate de mi casa ya hablaremos tú y yo — contestó Mario — ¿De qué tenéis que hablar Mario? — pregunté — De nada Erika cariño, Leo por favor márchate — volvio a decirle — Esta bien me marchare, pero si no tienes lo que un hombre tendría para decírselo se lo diré yo — contestó Leonor, dejándome atónita —¿Qué tienes que contarme Mario? ¿dónde está mi hija? — le grite —Erika cariño, cuando te calmes hablaremos — me dijo — No Mario me lo vas a decir ahora o le preguntaré a ella — le insistí — Está bien, yo fui quien te violo, mis amigos no te hicieron nada, Lidia es mi hija — me dijo Me acerque a Mario, para darle una bofetada, pero me cogió el brazo —¿Por qué, porque yo? — le pregunté llorando — Porque quería darle a mi madre un nieto y me pareciste tan inocente, que creía que pagándote me darías al bebe cuando naciera, porque estabas sola y parecías una muerta de hambre, despues de violarte, contrate a un detective para asegurarme de que no te
Despues de la confesión que me hizo Mario, me fui al dormitorio cogí mi equipaje marchándome con Brody a su casa, a pesar de las suplicas de mi marido. Los días en casa de mi amigo iban pasando y no sabíamos aún nada de mi hija, hasta que un día vi como metían por debajo de la puerta un sobre. Cuando lo abrí encontré unas instrucciones para salvar a mi pequeña. Sin decirle a nadie nada, me presente en la dirección que ponía encontrándome a Leonor y dos sicarios armados. — Tu, ¿tú tienes a mi pequeña? — pregunté — Te advertí que te quitaras de en medio que Mario era mío, si quieres a tu mocosa, tienes que hacer lo que yo te diga y tranquila, tu hija está en buenas manos -- me dijo -— ¿Qué quieres que haga? Pero por favor no le hagas daño -— le dije — Tranquila estará bien siempre y cuando hagas lo que te diga — Vete a tu casa, báñate y espera mis instrucciones, esto va a ser muy divertido --— me dijo Me fui a casa de Brody, me bañe, me vestí y espere a las instrucciones. Me
Tres días despues de que me violarran en mi propia cama, me llamo María muy contesta diciéndome que tenía a mi hija en sus brazos. Me vestí y acompañada de Brody cogimos un taxi dándole al conductor la dirección donde vivía Mario. Nada más llegar me bajé corriendo del taxi entrando en la casa buscando a María, pero me encontré a Mario mirándome muy serio. -- ¿Qué haces aquí? -- me preguntó -- Me ha llamado María ¿dónde está mi hija? Pregunté -- No puedes ni verla ni tocarla, tengo una orden de alejamiento contra ti, por favor márchate -- me dijo -- No puedes hacerme eso, es mi hija -- le grite -- Tengo su custodia, mi abogado te llamara para que firmes los papeles del divorcio, no quiero que crie a mi hija una ramera como tú y ahora por favor sal de mi casa o tendré que llamar a la policía para que te saque -- me dijo -- Eres un cabron, fue tu amigo quien la violo en mi propia casa, pregúntale a la golfa de tu novia -- le grito Brody -- Tengo pruebas de lo bien que lo pas