Me desperté por la noche encontrándome sola en la cama, encendí la luz de la lamparita que había en la mesita y me levanté de la cama, mirando a todas partes buscando a mi marido, entre corriendo al cuarto de baño ya que las nauseas no me dejaban tranquila, cuando me estaba refrescando la boca, escuché golpear la puerta de la habitación, me marché del baño y me acerque despacio a la puerta — ¿Quién es? — pregunté — Alexandra, abreme tengo que hablar contigo — escuche hablar a Liam detrás de la puerta — ¿Que quieres Liam?, es muy tarde ya y mi marido puede llegar en cualquier momento — le respondí — Ya lo sé y perdona, pero tengo que decirte una cosa muy importante, es sobre tu amiga Bianca — me respondió Enseguida abri la puerta de la habitación, viendo a Liam de pie tras la puerta, apestando a alcohol y a colonia barata de mujer — ¿Tú te has visto como estas? apestas a whisky — le dije — Pues Giovani está peor que yo y además está durmiendo en mi cama con una fulana — me dijo
Como le dije a mi padre, el pobre hombre llamó al médico que no tardo en personarse en nuestra casa, mientras yo me quede tumbada en mi cama, notando como ese líquido rojizo seguía cayendo entre mis piernas. — Hola Alexandra, ¿Qué te pasa, cielo? tu padre me ha llamado muy preocupado — me pregunto el medico, cuando entró en el dormitorio donde yo me encontraba — Me está cayendo un líquido rojizo por mis piernas doctor — respondí — ¿Estás embarazada mi niña? — Creo que sí, aunque no me he hecho ninguna prueba — le dije — Entonces te la haré yo ahora y por cierto ¿dónde está tu marido? que aquí no lo veo y creo que esta no es su casa — preguntó el médico — Está de viaje, ya sabe cómo eso de ser un importante CEO doctor Después de hacerme varias pruebas y dar positivo en el test de embarazo, el doctor llamó a una ambulancia para llevarme al hospital ya que había riesgo de que abortara a mi hijo, pero aunque me negué una y otra vez, entre mi padre y el doctor me obligaron a subir
Tres días estuve ingresada en la clínica, cuando me dieron el alta, Giovani fue a recogerme y escoltados por sus sicarios nos marchamos de allí. Subimos a la limusina que nos esperaba fuera, sentandonos en los asientos de cuero negro. La llegada a nuestra casa fue como un festejo para Felisa que ya nos esperaba en la puerta de la casa. — Que alegría volver a verte cariño — me dijo Felisa — Yo también me alegro de volver a la casa de mi marido — le respondí muy seria, ya que echaba mucho de menos a mi padre y a mi verdadera casa — Felisa acompaña a mi esposa a nuestro dormitorio y que se tumbe en la cama, aún está débil — dijo mi esposo Felisa me ayudó como si estuviera verdaderamente enferma hasta llegar al dormitorio, no quise tumbarme en la cama ya que llevaba varios días en la clínica y necesitaba ducharme para quitarme el olor a medicamentos y otros enseres de la clínica. Entre en el cuarto de baño, abri los grifos dejando que el agua corriera como a mi me gustaba, me quite la
Cuando Liam se marchó del despacho de mi marido, me quedé mirándolo muy seria — Me podías haber dicho que te ibas de viaje y no tener que enterarme por Felisa — le dije — No creía que te importara lo que yo hago, — me dijo — Soy tu esposa y creo que tengo ese derecho — ¿Por fin te vas a comportar como una esposa? perdona Alexandra pero no me lo creo, prefiero follarme a Claire como ya te dije, ella me demuestra por lo menos algo de cariño cuando estamos juntos — me dijo — Está bien, vamos a dejar una cosa clara Giovani, ¿quieres un hijo? pues bien yo quiero que no vuelvas a estar con ella, ¿que decides? — le pregunté — Perdona que dude de ti, pero si, tu te portas como una buena esposa yo dejo de ver a Claire, — me dijo muy serio– y ahora si me perdonas, tengo mucho trabajo atrasado, nos veremos en la cena — me dijo Por la noche, a la hora de la cena, cenamos Giovani y yo en silencio, después me senté en el sofá para ver un poco la tele antes de marcharme al dormitorio, mientra
Una mañana que hacía un sol precioso y el tiempo era demasiado bueno, nos fuimos de la casa Felisa y yo, ya que me apetecía ir de compras y las cosas con mi marido estaban muy bien. Subimos a la limusina que estaba aparcada en la puerta con el chofer esperándonos a que subieramos y nos sentaremos, ya que Giovani se fue a su empresa en su propio automóvil. Cuando el chofer aparco el vehículo en el parking de un centro comercial y nos abrió la puerta, Felisa y yo bajamos dirigiéndonos después al interior para ver varias tiendas de ropa de bebe y de utensilios para la casa. Después de andar varios metros nos metimos en una tienda donde vi varios conjuntos para mí y para mi hijo, ya que pronto tendría que ponerme ropa más ancha por el embarazo aunque Giovani todavia no sabia que íbamos a ser padres, pero quería darle una sorpresa comprandole a nuestro hijo algún conjunto para mostrarselo a mi marido y ver en su rostro la alegría por la buena noticia, que tanto espera mi marido, Después de
Pasaron dos días desde que los sicarios de Liam me llevaron a esa m*****a casa, donde solamente había hombres. Mi amiga cada dia estaba peor ya que la iniciaron a la cocaína y cuando no se la daban para pincharse o esnifarla, parecía que se le había metido el diablo dentro de su cuerpo, ya que no dejaba de gritar, de dar patadas y de romper todo lo que se le ponía por enmedio, así que decidida a no soportar verla sufrir tanto, hice que uno de los sicarios llamara a Liam, necesitaba que mi amiga se recuperara del infierno en que la habían metido y por supuesto también salvar a mi padre, aunque yo tuviera que firmar un contrato con el mismísimo diablo, que en este caso era el mejor amigo de mi marido, Liam — ¿Ya te lo has pensado mejor? — me preguntó Liam mientras se acercaba a donde yo estaba — ¿Qué quieres de mi para que mi amiga se recupere de la m****a que le habeis metido en el cuerpo y dejes a mi padre tranquilo? — le pregunté — Firmaras un contrato conmigo, te divorciaras de Gi
Liam me ayudo a levantarme del suelo, entrando los dos en el cuarto de baño, cogió unas gasas de un cajón del mueble para limpiarme la herida que me hizo su sicario en mi cara — Giovani ha venido para darme los documentos de divorcio firmados por el, ya no le perteneces mi amor, ya eres completamente mía y pronto seras mi mujer — me dijo — No mientas, Giovani no me haría eso — le dije — Ya no sangras, me voy a cenar con mi amigo, cuando venga esta noche te daré los documentos para que los leas y que te quede muy claro, que no suelo mentirle a quien amo, ciao bambina — me dijo Liam cuando se marchaba del dormitorio Estuve casi toda la tarde andando de un lado hacia el otro lado de la habitación muy nerviosa, esperando a que Liam regresara de su cena con Giovani, sin parar de decirme que Giovani no me podía hacer eso, que era imposible que consintiera aceptar divorciarse de mi, sin por lo menos buscarme y saber dónde estaba, o quién me había secuestrado ya que sabía perfectamente por
Subí al dormitorio dirigiendome directamente al cuarto de baño para mirarme la marca que me hizo Liam en el cuello, intenté disimularlo con maquillaje pero todo fue inutil ya que la marca era bastante notable. Después de retocarse el maquillaje, me marché del dormitorio volviendo al salón — Una de las cosas que te he comentado antes ya la he hecho ¿no quieres saber cual es la otra cosa que quería hacer? — me preguntó Liam — No gracias, no me interesa — contesté Me fije que Liam tenia un movil en la mano, marco ciertos números dandome el movil a mi cuando le contestaron la llamada — Habla, no querías saber de tu padre, pues es el el que está esperando a que le respondas — me dijo — ¿Papa? ¿Eres tú? — pregunté — Alexandra hija ¿cómo estás? — escuche la voz de mi padre preguntandome — Sí papá soy yo, ¿y tú cómo estás? — pregunté — Estoy bien, Alexandra hija, no te preocupes por mí, huye si puedes de ese mal nacido, Giovani te esta buscando, corre Alex hija, corre todo lo que pueda