Carlo se puso encima mía aunque trate de evitarlo poniendo mis manos en su pecho para apartarlo, abrió mis piernas a la fuerza con sus rodillas, cogiendo mis brazos y poniéndolos encima de mi cabeza — Estate quieta fiera, ahora seras mia, quieras o no, estamos solos — me dijo — Déjame en paz o te denuncio a los carabineros, cabrón — le grité intentando soltarme su agarre — ¿Qué pasa aquí Carlo? ¿qué crees que estás haciendo con ella? sal de aquí ahora mismo — le grito mi antiguo jefe, que en ese momento entraba en su despacho — No creas que he acabado contigo, zorra — me dijo Carlo antes de marcharse de allí — Gracias jefe, si no llega a entrar, no se que me hubiera hecho ese desgraciado conmigo — le dije — Vete antes de que Carlo llame a tu marido, que me supongo que ya estara hablando con él por telefono — me dijo Me marche del despacho, pero si o si tenía que pasar por el Club para salir a la calle, cuando ya estaba llegando a la entrada, unos brazos rodearon mi cintura, para
Entramos dentro de la casa dirigiéndonos Giovani yo al salón, entramos dentro mirándome mi padre, extrañandose de ver alli tambien a Giovani, mi padre se levantó del sofá acercándose a nosotros, ofreciéndole la mano a Giovani saludando los dos, mientras Bianca y yo nos mirábamos con cierta extrañeza — Bienvenido a mi casa Giovani y gracias por pagar las facturas del hospital — le dijo mi padre — No hay nada que agradecer, el embargo que hay sobre sus propiedades, estará saldado cuando Alexandra me demuestre un test de embarazo positivo que espero que sea muy pronto — contestó Giovani, mirandome mi padre a mi con estupefacción — ¿Mi hija, tener un hijo tuyo? ¿que embargo, Alexandra? de qué habla tu marido — me preguntó mi padre — Tranquilo papá, no te preocupes por nada ¿me lo prometes? — respondí — Vale hija, sabes que siempre he confiado en ti Alexandra — me dijo mi padre — Bueno, lo siento pero tenemos que marcharnos — dijo Giovani muy serio — Esta bien hija, ya nos veremos ot
Cuando entramos los dos en el salón, vi a un hombre de la misma edad de mi marido, muy bien vestido con un traje de color azul que parecia bastante caro — La señora Conte ¿supongo? — me preguntó — No quiero que me tatué por favor — respondí — No se preocupe señora, intentare hacerle el menor daño posible — me dijo — Noooo, sueltame figlio di puttana — le dije intentando soltarme del agarre de mi marido — Giovani si no se está quieta, es imposible hacerlo, tú dirás — dijo el hombre — Pinchala entonces, pero poco ya que quiero dejarla embarazada y no quiero que se enganche a la cocaína — le dijo mi marido — Nooo por favor, dejarmeeeeee —- grite llorando mientras me ponían una goma apretada a mi brazo, viendo una jeringuilla con líquido en su interior, en la mano del tatuador — Estate quieta de una puta vez, eres todo lo que tienes en tu vida, te saque de las calles, le di a tu viejo una vida nueva, me lo debes todo, sin mi simplemente serias basura — me dijo Giovani, cuando tenía
Terminamos nuestro refresco, le pagamos al camarero, quedando en verse a la noche mi amiga y él, intercambiando los dos los números de teléfono. Nos marchamos de allí fijándonos en unos carteles que habían pegados en la calle, donde promocionan en una discoteca a un grupo, mi amiga anotó en un papel donde era, marchandonos a la casa de su tía, ya que era la hora de comer. Por la tarde y después de acostarnos a dormir la siesta, nos levantamos las dos, duchandonos primero una y luego la otra, poniéndonos los vestidos que nos compramos en una de las tiendas de la ciudad. ya arregladas nos despedimos de Lupita, marchandonos a la dirección que apuntó mi amiga de la discoteca donde iban a tocar el grupo que promocionan. Entramos dentro fijándonos en toda la gente que había, acercándose a nosotras el camarero que nos atendió en la cafetería y otro chico más. —------------------------------------------------------------------------------------------------------------------ — Hola ¿cómo está
Me levanté del suelo como me dijo y subí al vehículo que me iba a llevar o a mi libertad o a mi muerte, sentandome en él asiento del conductor .Nada más sentarme en el vehículo y ponerme el cinturón de seguridad mire el GPS que tenia el vehiculo, dándome cuenta de que tenía que pasar la frontera hacia los estados unidos, Arranque el vehículo marchandome de aquel lugar, hacia mi destino, ya llevaba unos kilómetros recorridos cuando vi enfrente de mi, un retén de la policía colombiana, mis manos temblaban, temiendo a que me detuvieran, pero lo unico que tenia en mente, era salvar a mi amiga Bianca, que en ese momento era lo único que me importaba. Después de pararse uno de los policías y tener que darle la documentación del vehículo temblando las manos, me preguntaron dónde iba, respondiendoles tartamudeando, diciéndoles que iba de turista. Cuando me dijo el policía que siguiera mi camino, no sabía si llorar o gritar por la suerte que tenia, ya que temía que me registraran y con toda la
Estuvimos andando mientras me fijaba en todo para poder huir de aquellos hombres, viendo y contando los hombres que habían, las alarmas que habían y las vallas de pinchos que tenían rodeada aquella casa. — ¿Has disparado alguna vez? — me preguntó Liam — Nunca y tampoco me interesa aprender, las armas no me gustan ´— respondí — ¿Siempre has sido tan respondona?, aunque te he de confesar una cosa, me gustan las mujeres con iniciativas propias — dijo Seguimos paseando por los alrededores de la casa, cuando de pronto se abrieron los portones que guardaban aquella casa, entrando un todo terreno negro con las lunas tintadas para que no se viera quien venida dentro — Vete a la casa y encierrate en el dormitorio, Maria te llamará para almorzar — me dijo, mientras se marchaba de donde estábamos y me dejaba en ese lugar sola. Ya era muy tarde cuando escuché tocar a la puerta de mi dormitorio. Como estaba sentada en una de las sillas de la terraza, me levante de ella para acercarme a la pue
Ya con el equipaje en la entrada, el chofer de Liam cogió nuestras maletas metiéndolo en el maletero de la limusina, nos sentamos dentro del vehículo Liam y yo, esperando a que el chofer el vehículo para irnos al aeropuerto donde Liam tenía su avión privado. Cuando llegamos, bajamos de la limusina, siendo las azafatas en ese momento las que recogieron nuestros equipajes del coche para introducirlas en el avión. Una vez que aterrizo, bajamos por las escalinatas, dirigiéndonos a un vehículo todo terreno y con las lunas tintadas que ya nos esperaba en la misma pista de aterrizaje. — ¿Dónde estamos? — le pregunté a Liam — En Marbella, aquí tengo varios negocios, y Giovani ya nos espera en el hotel — me respondió Subimos al todo terreno, dirigiéndose el chofer hacia el hotel de la ciudad, mientras yo miraba por la ventanilla del coche las maravillas de esa ciudad. — ¿Te gusta Marbella? — me preguntó Liam — Es preciosa, digna de vivir aquí, parece que no le falta de nada a esta ciudad
Liam se acercó hasta donde yo estaba sonriendo, mientras yo miraba por todo el hall para ver si veía a mi marido, sorprendiéndome al no verlo por ninguna parte. — Alexandra, estaba a punto de subir a tu habitación, me gustaría que me acompañaras a mi club, si no te importa, claro — me dijo — No claro que no me importa, pero ¿has visto a Giovani? hace un momento estaba conmigo en la habitación, pero cuando he salido del cuarto de baño ya no estaba — le dije — Estará hablando con alguno de los socios que también han venido, pero olvídate de él, vámonos del hotel, mi chofer nos espera en mi coche — me dijo ofreciéndome su mano. Nos marchamos Liam y yo del hotel, subiendo al todo terreno que estaba aparcado en la puerta donde el chofer ya tenía la puerta del mismo abierta. llegamos a los pocos minutos a un lugar cerca de donde estaba la playa, parando el vehículo el chofer y abriéndonos la puerta nos bajamos los dos. Entramos en un local fijándome en lo grande que era y la cantidad de