Una vez que los dos nos sentamos en el coche, quise preguntarle a Pietro sobre la empresa de mi padre, sorprendiendome él cuando me contestó a mi comentario — Son los asesores los que estan al frente, pero también están los de Corporation, son los asesores financieros de tu marido — me dijo — ¿Qué hacen ellos en la empresa? nadie les ha dado permiso — le dije — Alexandra las cosas se están poniendo muy mal y no hay fondos para que mantengamos a flote la empresa de tu padre, si no ocurre un milagro, estaréis en pocos días arruinados completamente — me dijo Pietro En el hospital Pietro aparco su coche bajando los dos, entramos dentro acercándose una de las enfermeras que allí había a donde estábamos Pietro y yo — Señorita Braun, perdone que la moleste pero ¿sería tan amable de seguirme un momento? — me preguntó — Vete, yo me voy a ver cómo está tu padre, te espero en su habitación — me dijo Pietro Me marché con la enfermera hacia un pasillo muy largo donde había una puerta enfren
— Passare – escuche la voz de Giovani y entre, sorprendiendose mi marido al verme cuando entre en su despacho — Me supongo que habrás venido porque has recapacitado — me preguntó mientras entraba yo en el despacho sentándome en el sillon que habia enfrente de su mesa — ¿Por qué me estás haciendo todo esto? — le pregunte viendo como Giovani se levantaba de su sillón poniendose enfrente mía apoyándose en la mesa — Hay una cosa que creo que aun no has comprendido Alexandra, eres mi esposa, firmo tu padre un contrato conmigo, o sea que quiere decir que me perteneces, y como tal tienes que obedecerme y estar junto a mí, te guste o no — me dijo — ¿Y por qué tan pronto,un hijo? nos acabamos de casar y ya te dije que no estoy preparada aun para ser madre — le respondí — No es que tu lo quieras o no lo quieras, soy tu marido y si yo quiero un heredero ahora, tu como esposa tienes la obligación de ceder a mi deseo — me dijo — Sabes que no soy así Giovani, creo que ha sido un error venir,-
Nos sentamos todos los invitados en las mesas donde ya estaban puestos nuestros nombres con ciertos carteles pequeños. Mientras el galardonado hablaba por el micrófono que había encima de un escenario, sentí la mano de mi marido en mi pierna, le cogi la mano intentando que no siguiera, ya que me imaginaba que quería hacerme, nos miramos los dos, viendo el semblante de su cara muy serio, aparte mi mano sintiendo como la mano de mi marido seguía acariciando mi pierna, apartando él la tela del vestido, introdujo dos dedos dentro de mi tanga, haciendo círculos en mi clítoris, haciéndome cerrar los ojos por el placer que me daba, sintiendo que me ardían las mejillas de la vergüenza que estaba pasando en esos momentos. Giovani siguio acariciandome mientras tenia su mirada en la persona que estaba hablando en ese momento, imposible de aguantar mas, apoye mi cabeza en su hombro, dando un pequeño gemido cuando senti una fuerte corriente, notando mi orgasmo, mire a mi marido viendole en la cara
Entre en su despacho sentandome en el sillon que habia detras de su mesa, encendió su ordenador mirando documentos internos que allí había, levantándome del sillón cuando empecé a escuchar hablar fuerte y gritar fuera del despacho, me acerque hasta la puerta del despacho, Mire hacia fuera viendo a Renatta con el semblante de su cara muy rojo discutiendo con Claire— Vale ya por favor las dos, ¿Claire qué haces tú aquí? — pregunté— He venido a hablar con mi amorcito y a entregarle un documento que nuestro abogado — dijo– aunque soy yo la que te tiene que preguntar, ¿que haces en el despacho de mi prometido? — me pregunto— ¿Prometido? de qué estás hablando — pregunté— Más vale que me dejes entrar en el despacho y te sientes, por lo que veo, tu querido Giovani no te ha contado nada — me dijo entrando sin permiso en el despacho de Giovani, sentandose en uno de los sillones que allí dentro habíaEntre en el despacho de mi marido, sentandome en el sillon que habia al lado de Claire, dan
Giovani y yo nos marchamos de mi casa, me sente en su coche, sentandose él en el asiento del conductor, cuando llegamos a s casa, bajamos los del coche cogiendome Giovani del brazo sorprendiéndome, me llevó a la parte de atrás de la casa, abrió una puerta donde me di cuenta de que habían unas escaleras que bajaban a una especie de sótano, bajamos las escaleras, fijandome en el hombre que había colgado a unas argollas que había en el techo, estando el hombre muy mal herido y lleno de sangre— ¿Para que me has traído aquí? — pregunté— Quiero que veas que le hago a los traidores, seguir golpeándole muchachos — le dijo Giovani a los sicarios se encontraban allí— ¿Y que tiene que ver conmigo? — volví a preguntar— Tu me has traicionado, te acostaste en el club donde te recogi hace unos dias con varios hombres, contandole cosas de mi y ahora mis enemigos vienen a cortarme el cuello y ¿porque?, porque mi mujercita es una traidora — me dijo— Te estás equivocando conmigo, fue tu primo el qu
Carlo se puso encima mía aunque trate de evitarlo poniendo mis manos en su pecho para apartarlo, abrió mis piernas a la fuerza con sus rodillas, cogiendo mis brazos y poniéndolos encima de mi cabeza — Estate quieta fiera, ahora seras mia, quieras o no, estamos solos — me dijo — Déjame en paz o te denuncio a los carabineros, cabrón — le grité intentando soltarme su agarre — ¿Qué pasa aquí Carlo? ¿qué crees que estás haciendo con ella? sal de aquí ahora mismo — le grito mi antiguo jefe, que en ese momento entraba en su despacho — No creas que he acabado contigo, zorra — me dijo Carlo antes de marcharse de allí — Gracias jefe, si no llega a entrar, no se que me hubiera hecho ese desgraciado conmigo — le dije — Vete antes de que Carlo llame a tu marido, que me supongo que ya estara hablando con él por telefono — me dijo Me marche del despacho, pero si o si tenía que pasar por el Club para salir a la calle, cuando ya estaba llegando a la entrada, unos brazos rodearon mi cintura, para
Entramos dentro de la casa dirigiéndonos Giovani yo al salón, entramos dentro mirándome mi padre, extrañandose de ver alli tambien a Giovani, mi padre se levantó del sofá acercándose a nosotros, ofreciéndole la mano a Giovani saludando los dos, mientras Bianca y yo nos mirábamos con cierta extrañeza — Bienvenido a mi casa Giovani y gracias por pagar las facturas del hospital — le dijo mi padre — No hay nada que agradecer, el embargo que hay sobre sus propiedades, estará saldado cuando Alexandra me demuestre un test de embarazo positivo que espero que sea muy pronto — contestó Giovani, mirandome mi padre a mi con estupefacción — ¿Mi hija, tener un hijo tuyo? ¿que embargo, Alexandra? de qué habla tu marido — me preguntó mi padre — Tranquilo papá, no te preocupes por nada ¿me lo prometes? — respondí — Vale hija, sabes que siempre he confiado en ti Alexandra — me dijo mi padre — Bueno, lo siento pero tenemos que marcharnos — dijo Giovani muy serio — Esta bien hija, ya nos veremos ot
Cuando entramos los dos en el salón, vi a un hombre de la misma edad de mi marido, muy bien vestido con un traje de color azul que parecia bastante caro — La señora Conte ¿supongo? — me preguntó — No quiero que me tatué por favor — respondí — No se preocupe señora, intentare hacerle el menor daño posible — me dijo — Noooo, sueltame figlio di puttana — le dije intentando soltarme del agarre de mi marido — Giovani si no se está quieta, es imposible hacerlo, tú dirás — dijo el hombre — Pinchala entonces, pero poco ya que quiero dejarla embarazada y no quiero que se enganche a la cocaína — le dijo mi marido — Nooo por favor, dejarmeeeeee —- grite llorando mientras me ponían una goma apretada a mi brazo, viendo una jeringuilla con líquido en su interior, en la mano del tatuador — Estate quieta de una puta vez, eres todo lo que tienes en tu vida, te saque de las calles, le di a tu viejo una vida nueva, me lo debes todo, sin mi simplemente serias basura — me dijo Giovani, cuando tenía