Pilar recordó haber tenido síntomas parecidos cuando se enteró que sería madre. Aunque no tuvo tiempo de sentir las verdaderas náuseas gracias a la debacle en su matrimonio, sí las tuvo y durante cuatro meses completos. También llevó durante aquel embarazo una herida de bala y el corazón destrozado,
Domingo. Amaneciendo, aún oscuro. Las aguas del puerto industrial de Santander se encontraban tranquilas. Las luces, todas sus farolas y postes aún eran necesario que siguieran encendidas. Esas mismas luces fueron manipuladas por la administración del lugar bajo el mandato de la guardia costera, nec
Mirada en el reloj de muñeca, luego al frente. —Adelante, equipo A. Dos de los tres agentes, quienes escuchaban la comunicación mayormente en inglés, descendieron de la camioneta rotulada, cerraron las puertas emitiendo el menor ruido y rápido, se acercaron al muelle subiendo la extensa rampa que
Escuchó ruido, eso fue lo que provocó que ya no mirara la pantalla. Era un ruido lejano, pero de clara actividad. Todo su cuerpo entró en tensión y una súbita rabia se apoderó de su psiquis. Se encontraba en el área de despacho al lado de su gran y lujoso camarote. Alzó el teléfono fijo y marcó el n
—Positivo. Oh, mi Dios... —La garganta de Pilar se cerró un poco, necesitó apoyar sus manos en los azulejos que rodeaban el lavabo. Una lágrima rodó sobre su mejilla. Secó su cara y absorbió por su nariz, estaba feliz, muy diferente a como se sentía la noche anterior y casi todos los minutos de la
Se sentó al rededor de la barra-encimera sobre una silla alta, comenzó a engullir cereal con leche fría acompañado de un café, mirando la pantalla del celular que aún seguía dándole reportes de sus hijos, a punto de salirse un momento de esa aplicación para realizar la llamada. Vio que entraba una y
—Carla, espera un momento, están llamando de la recepción. —¿Alguien llegó? —No lo sé, veré. Pedí todo lo que tenía que pedir en la farmacia, no creo que se quedara algo en el lobby. Pilar se levantó, pero no caminó demasiado. En una de las paredes de la cocina había un dispositivo con pantalla q
El guardaespaldas sacó su móvil y marcó a su jefe. No tuvo respuesta inmediata, pero siguió insistiendo, llamando a súbditos que le rodearan, a B.J o a Jaya y notificando en la central de seguridad del edificio lo que estaba pasando. —Este es su nombre, ¿correcto? La enfermera no había notado hast