Pilar entendía todo, lo agradecía, pero esos detalles del dinero y el aprovechar dónde estaba y su situación le dio ideas de emprendimiento. Le pidió prestada a Max una laptop. En una siesta de los chicos se sentó en la sala del gran y lujoso apartamento, encendió la computadora y comenzó a plasmar
El móvil de Freddy seguía sonando, no contestarían. «Que se extrañen y que investiguen qué sucede en Madrid. Para cuando siquiera se alarmen por la ausencia de Martínez, ya la tripulación, desde Tarsis hasta el chef estarán presos», aseguró Embert. El sábado en la noche, Pilar corrió a darse una du
Pilar recordó haber tenido síntomas parecidos cuando se enteró que sería madre. Aunque no tuvo tiempo de sentir las verdaderas náuseas gracias a la debacle en su matrimonio, sí las tuvo y durante cuatro meses completos. También llevó durante aquel embarazo una herida de bala y el corazón destrozado,
Domingo. Amaneciendo, aún oscuro. Las aguas del puerto industrial de Santander se encontraban tranquilas. Las luces, todas sus farolas y postes aún eran necesario que siguieran encendidas. Esas mismas luces fueron manipuladas por la administración del lugar bajo el mandato de la guardia costera, nec
Mirada en el reloj de muñeca, luego al frente. —Adelante, equipo A. Dos de los tres agentes, quienes escuchaban la comunicación mayormente en inglés, descendieron de la camioneta rotulada, cerraron las puertas emitiendo el menor ruido y rápido, se acercaron al muelle subiendo la extensa rampa que
Escuchó ruido, eso fue lo que provocó que ya no mirara la pantalla. Era un ruido lejano, pero de clara actividad. Todo su cuerpo entró en tensión y una súbita rabia se apoderó de su psiquis. Se encontraba en el área de despacho al lado de su gran y lujoso camarote. Alzó el teléfono fijo y marcó el n
—Positivo. Oh, mi Dios... —La garganta de Pilar se cerró un poco, necesitó apoyar sus manos en los azulejos que rodeaban el lavabo. Una lágrima rodó sobre su mejilla. Secó su cara y absorbió por su nariz, estaba feliz, muy diferente a como se sentía la noche anterior y casi todos los minutos de la
Se sentó al rededor de la barra-encimera sobre una silla alta, comenzó a engullir cereal con leche fría acompañado de un café, mirando la pantalla del celular que aún seguía dándole reportes de sus hijos, a punto de salirse un momento de esa aplicación para realizar la llamada. Vio que entraba una y