Carol no se sentía bien, su corazón parecía querer salirse de su pecho, pero fue peor cuando vio la pantalla. —Quiero disculparme si mis muchachos han sido algo bruscos o te han asustado. Carol no lo podía creer, tampoco entender. Se preguntó qué hacía ella en esa situación, hablando con el jefe
Monastiraki dejaría de ser el principal punto de comercio turístico ese día para convertirse en un lugar de conmemoración. Fue allí donde se suscitaron las más grandes explosiones y uno de los atentados que tocó los corazones, no solo de toda Grecia, sino del planeta entero. El ayuntamiento de Atena
Él sonrió al estar más cerca, labios cerrados, gesto ladeado y sincero. Usaba traje también, azul para él, y se había afeitado, mostrando su interesante juventud con un rostro varonil, rasgos propios del mediterráneo, ojos oscuros y profundos, mandíbula cuadrada, cabello castaño que en ese momento,
Peter alzó sus cejas cuando vio al doctor tocando, de manera muy leve, casi imperceptible, la parte baja de su espalda. —Sí, claro, Leo, por supuesto. —Doctor. —Peter se guardó el móvil en el mismo bolsillo interno y estiró su mano derecha. El médico correspondió al saludo, estrechando la mano co
—No me has llamado, ¿qué está sucediendo? —¡No la hemos encontrado, jefe! —Tyler Clement tuvo que elevar su voz por encima del ruido que tenía de fondo: las aspas de un helicóptero. El hombre fornido, de rostro juvenil y de cabello rapado, usando uniforme de escuadrón y llevando su chapa de Inteli
—Me complace muchísimo volver a compartir contigo, Pilar. Esto ha sido bastante pesado, hemos pasado por momentos muy difíciles —decía Leontaris—. El hospital está funcionando muy bien. ¿Las cosas? Viento en popa, pero ya podrás imaginar todo lo que me ha tocado coordinar y bueno, verte, poder conve
—Embert no me inspira algo negativo, al contrario, pero he visto muchas cosas en esta profesión y si tienes algo que decir, yo podré ayudarte... —¿Qué? ¡No! ¿Por qué lo dices? ¿Por qué llegas a esa conclusión? ¿Por no haberle contado que estaba encinta de un hijo suyo?—quiso ella saber—. No soy víc
Él suspiró. Colocó sus manos en jarras y miró a su alrededor, a nada en específico, antes de volver a mirarla. —Pilar, me has gustado desde que te conocí. —Ella detuvo su respiración, un solo segundo nada más—. Tú para mí, eres... —pasó las manos por su cara y se acercó a ella— eres la mujer más va