Capítulo 0139
Mireya suspiró. Intentó comer, cuando un móvil vibró y no fue el de ella. El rumano miró la pantalla y su expresión cambió, enseriándose muchísimo, ella no perdió detalle alguno.

—¿Quién es? ¿Tu amado jefe? —Ella podía hablarle en juego, pero sí quería saber quien llamaba y quién provocaba que ese
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