Peter expandió sus ojos, frunció el ceño y se echó hacia delante. —Pilar, ¿qué haces? —Hermana, por fin... Habló la voz de Mireya a través del móvil, una voz parecida a la de su exesposa, pero con una variante un tanto diferente, parecía más ronca. Peter cogió su celular de la mesa para grabar e
Peter respiraba acelerado, tenía el corazón en un puño escuchando todo, estaba a punto de trancar la llamada. —No he dejado de reconocer mis errores, lo sabes, y también te he pedido perdón, pero asume tú también. La enfermera sentía que se ahogaba. Empezó a abrir y cerrar las manos, a respirar co
Las manos de Mireya quedaron temblorosas al finalizar la llamada. No eran los nervios, era la rabia. Lanzó el teléfono sobre la mesa redonda de plástico que se ubicaba en una esquina de la misma habitación a donde fue confinada, desde que el padre de su hijo huyó de la casona de Verna, llevándose c
Mireya suspiró. Intentó comer, cuando un móvil vibró y no fue el de ella. El rumano miró la pantalla y su expresión cambió, enseriándose muchísimo, ella no perdió detalle alguno. —¿Quién es? ¿Tu amado jefe? —Ella podía hablarle en juego, pero sí quería saber quien llamaba y quién provocaba que ese
Peter escuchaba a Jaya sobre el informe que ella había realizado con respecto a los últimos acontecimientos sobre todas las cosas y tareas que investigaba la agencia, pero el más importante y en el que Peter prefirió enfocarse fue en el análisis de la llamada entre Pilar y Mireya, siendo una joya pa
La conexión con el agente Jarr, quien ahora se encontraba en Grecia, no se hizo esperar. —Jefe. —¿Cómo has encontrado a las autoridades de Varna? —Nada sospechosas, apoyan. —¿Qué hiciste con los empleados de la mansión? —La policía local se ha encargado de ellos luego de que se los entregué. Te
—¿Qué ocurre? Jaya compartió un video con su jefe, enviándolo a su dispositivo, B.J se lo acababa de pasar. Peter lo vio y enderezó todo su cuerpo. Su franela de mangas cortas de color negro se apretó al rededor de sus antebrazos al inclinarse hacia delante, apoyando la Tablet en la mesa, observand
(Hace más de ocho años). Peter se despertó solo en su cama. Estaba completamente desnudo y mientras se desperezaba, frunció el ceño al no encontrar a Pilar al lado suyo. Erguido su cuerpo, sonrió de medio lado al escuchar algo de música, lejana melodía, provenir desde la cocina. La sonrisa mayorme