Su corazón reconoce, lo que sus ojos no pueden.
Aron MorganEs muy difícil para mí estar en esta piel, que mi familia desconoce, verlos sufrir por mi muerte estando presente, han pasado casi cuatro meses ya y me rompe el corazón ver a mi hijo y a mi hija sufrir por mí.—Te extrañe.— Pronuncia mi hijo y me abraza, sin importarle el que diran, la sensasion que tengo de dicha es indescriptible, un abrazo era algo común y cotidiano antes entre nosotros, ahora después de este proceso valoro cada instante, cada gesto, cada detalle…Suspiro con el simple roce de las manos de mi mujer, cuando antes tenerla a mi lado era algo a lo que no le daba la debida importancia.´Pensaba erróneamente que no había algo que pudiese separarnos, y ahora estoy aquí, en mi casa como un invitado.—Quiero mostrarte algo.— Me dice el, como si fuese un secreto, tiene las mejillas completamente rojas.Mi hijo creció de tamaño, pero sigue siendo un niño muy inocente, ¿Qué será?.— Cuestiono interesado, debe ser muy importante para él como para no compartirlo con na
Elizabeth Morgan —¿Qué quieren?.— Les pregunto, temblando de miedo, nada de lo que está pasando es casualidad, el objetivo no es Ariadna, soy yo, o tal vez somos ambas.— Pienso rápido retrocediendo totalmente aterrada.—¡Aléjense! .— Chillo y no hacen caso.—¿Nos tiene miedo señora Morgan?.— Se burla el jefe.—No me haga daño, le daré el doble de lo que están pagándole para que me deje en paz.— Ofrezco con la voz temblorosa, hasta que me topo con una pared.——No eres la mujer tan intimidante que me dijeron, más bien eres un cervatillo asustado a punto de ser devorado.— Me dice él y todos sus secuaces se ríen a carcajadas.—¿Qué piensan hacerme?.— Les pregunto, abriendo mi cartera, si voy a morir lo voy a hacer luchando, voy a dar pelea, el me recordó de lo que soy capaz, no soy cualquier mujer, soy la señora Morgan.—Nosotros no le haremos nada, nuestro jefe, se encargara de usted personalmente.— Me responde otro, agarrándome las manos rápidamente, donde ya estaba sujetando un arma de
Elizabeth Morgan—¿No puedes dormir?.— Susurra en la oscuridad, yo niego de pie como si pudiese verme, y luego pronuncio —.No.— Con voz quebrada.—Ven aquí.— Me dice el haciéndome espacio en su cama.——No voy a tener sexo contigo.— Le advierto.—Creo que con esta herida no podría hacerte nada aunque lo deseara con toda el alma.— Me dice en un susurro y no sé si creerle, me siento como un polilla atraída a la luz, mis pies se mueven solos, aunque mi cabeza este llena de dudas.—Apenas entro en la cama, me abraza en la misma maldita posición en que lo hacía Aron, todo en José Luis me lo recuerda, tal vez esa es la razón de esta atracción que siento por él…Suspira de forma audible y me da un beso en la coronilla, me acurruco entre sus brazos, sintiendo que este es mi lugar, su olor me embriaga, me siento tan cómoda como hace meses no me sentía que me duermo profundamente entre los brazos de ese extraño.Despierto, en horas de la mañana un poco más tarde de lo normal y me sorprende estar
Ariadna MorganMe siento extrañamente cómoda con ese desconocido en la casa, sigo asistiendo a la universidad e incluso al trabajo, pero me tomo el tiempo necesario en observarlo, el nos conoce demasiado bien, incluso conoce nuestra casa como si siempre hubiese vivido aquí…Estoy tomando un jugo en la cocina, mientras lo observo preparar unos emparedados, no duda ni pregunta donde esta nada…Además cuando esta preparar ando lo emparedados, no le coloca mostaza a uno de ellos, el de mi hermano, sabe que el detesta la mostaza.Mi madre baja lista para ir al trabajo, se soltó el cabello y se maquillo ligeramente, se ve joven y atractiva, puedo ver la forma en que se ven y entrecierro mis ojos, no quiero que él se aproveche de ella, no sabemos cuáles son sus intenciones aunque le haya salvado la vida a mi madre.Recibe una llamada y yo trato de escuchar lo que dice—Buen día para ti también. ——Mañana me reincorporo. — Le responde luego de una pausa.—No necesito ninguna seguridad, el luga
Aron Morgan—Señor Coleman, acabamos de localizar a los responsables directos del intento de secuestro de la señora Morgan. — Me dice uno de los secuaces de Ángelo, entregándome un informe en mis propias manos.—Excelente, vamos a dar un pequeño paseo por los barrios bajos.— Le respondo, ninguno de ellos sabe lo mucho que odio que me llamen por el nombre de mi peor enemigo, me asquea, pero debo seguir aquí fingiendo hasta que acabe con todos los que quisieron acabar con mi vida y la de mi esposa al mismo tiempo.—Al fin algo de acción por aquí, como en los viejos tiempos. — Dice mi guardaespaldas, sacando armas de una habitación al lado de mi oficina, sin ningún tipo de pena, la asistente ni se inmuta esto es cotidiano para ellos.—Si exactamente como en los viejos tiempo. — Secundo, tronándome los dedos los secuestradores pertenecen a una mafia local, estoy nervioso, la adrenalina corre por mis venas, Albert va a mi lado, mientras todos los integrantes del grupo Coleman actúan eufó
Aron MorganMe siento decepcionado al ver que le coloca droga a mi bebida, tomo el vaso que me ofrece y me lo tomo de un solo trago enseguida me siento mareado, no es la primera vez que me hacen esto, es una droga con la cual la gente pierde la voluntadSé que no tendrá el efecto esperado en mí, estoy entrenado para consumirla y no revelar ningún tipo de información que pueda poner en peligro a mis compañeros—De un momento a otro veo tripe, sonrió como un idiota, mientras ella comienza a preguntarme de todo.— ¿Qué es lo que quieres al acercarte a mi familia?— Me dice con voz enojada, tomando mi barbilla con fuerza excesiva——Cuidarlos, como lo haría cualquier padre por sus hijos. —— ¿Por qué quieres cuidarnos?— Me pregunta ella con los brazos cruzados.—Porque los amo, Aron me pidió que no los abandonara. — Le respondí, con ganas de decirle que yo soy su padre, pero no es el momento.— ¿Cómo supiste que a Luis no le gusta la mostaza?— Me pregunta, lo mas tonto que me pudo pregunta
Elizabeth Morgan.— ¿Con quién hablabas?— Me pregunta mi hija.—Con José Luis, quiere entregarme algo que me dejo Aron con el. — Le respondo colocándome la cartera.—No te confíes, ese tipo es peligroso para nosotras. — Me dice ella.—Te recuerdo que me salvo la vida. — Le respondo a mi hija y ella rueda los ojos.—No sabes con que motivo lo hizo. — Repica y yo ruedo los ojos.—No tardare, nos vemos en casa. — Le digo saliendo después de apagar mi computadora.—Está bien. — Me responde ella y se queda metida en su celular como si nada, siento que mi estomago se contrae de la expectativa y debo ser sincera conmigo misma, no solo es por el contenido de la carta, también me siento así por el hecho de encontrarme de nuevo con José Luis—Las últimas veces que nos vimos nos comimos a besos…Aunque no llegamos a nada mas, respiro profundo al mirarlo sentado en el capo de su auto esperándome con un sobre en las manos, esta vestido con un píntalos de jean, que le queda demasiado bien, y una cam
Elizabeth Morgan—En ese momento José Luis comenzó a pretenderme abiertamente y mis hijos lo aceptaron, pensé en no aceptar sus avances, pero quiero sentirme mujer de nuevo, quiero sentirme amada y deseada, por el hombre que me gusta.Casi todos los días, viene a visitarnos y el día que no fue nos dijo que tenía que hacer un viaje de emergencia, no se adonde, quiero saber todo de él, pero ni siquiera sé dónde queda la sede de la empresa que dirige.Sin José Luis a mí alrededor, decido que es el momento adecuado para darle su merecido a Ángelo Coleman, el desgraciado que es el responsable de la muerte de Aron y por poco recientemente provoca mi muerte.—Me reúno con mi grupo de seguridad y les ofrezco mucho dinero si me ayudan con el hombre que acabo con parte de mi vida, así yo vuelva a rehacer mi vida, el desgraciado pagara por haberme dejado viuda y a mis hijos huérfanos, sin embargo una llamada de una vecina del pueblo donde vive mi madre cambia todo.—Buenas tardes mi niña, linda.