La casa de él era grande y muy hermosa, tenía bonitos muebles, un suave alfombra, había también una larga escalera que llevaba a un segundo piso.
-Arriba están las habitaciones. ¿ Quieres escoger la tuya?- su ronca voz llegó hasta mí, sacándome de mis pensamientos.
-¿La que yo quiera?- le miré con ojos enormes, cargados de emoción.
-Por supuesto. Podrás tener la que más te guste- me dijo y le sonreí ampliamente.
-Muchas gracias, Maestro- le agradecí solemnemente.
Todas las habitaciones se parecían, y terminé escogiendo una que tenía una gran cama cubierta con una colcha color melón. Era realmente grande, más grande que cualquier habitación que pudiera haber visto o soñado alguna vez. Los muebles eran preciosos y un amplio ventanal daba vista al jardín.
-¡Es hermoso!- dije sintiendo que aquello era un sueño.
-Lo es, cariño- me sonrió- y lo mejor, es que es tuya. Aquella puerta es el cuarto de baño y esta otra es el vestidor- dijo señalando a medida que hablaba- por ahora te traeré una de mis camisas para que duermas, el servicio vuelve por la mañana, no me agrada tenerlos cerca. Solo Gloria se queda, Mañana podremos ir a comprar lo que necesites, y pronto comenzaremos con tus clases.
-Gracias, Maestro- quería llorar, nunca pensé que podría encontrarme con alguien tan bueno.
Después de una larga ducha, peiné mi cabello, hacia tanto que no me sentía tan limpia y con tantas esperanzas. El Maestro cuidaría de mí, me enseñaría todo lo necesario para sobrevivir en este mundo cruel. Mi suerte había cambiado.
<<Junto al Maestro estaré bien>> pensé feliz, me coloqué su grande camisa y sin pensarlo más me metí a la cama. Era tan suave, tan grande, tan cómoda, sentí que esa noche dormiría sobre una nube. Me propuse que aprendería todo del maestro, me convertiría en una nueva chica y nunca más permitiría que nadie me humillara como lo hizo aquel hombre del café. Ya no más pasar hambre, ya no más dormir en el suelo, ya no más pasar frío, ahora tenía al Maestro.
Dormí toda la noche como un tronco, ha sido la mejor noche de mi vida. Me estiré en la cama sintiendo que mi cuerpo había descansado tanto que estaba completamente relajada, recordé todo lo sucedido ayer y agradecí en silencio que el Maestro se hubiese cruzado en mi camino. Me senté en la cama y pude ver que había una indumentaria doblada, quizás era algo para ponerme, y volví a agradecer, sería bueno poder vestirme, no era nada agradable sentir que solo aquella camisa cubría mi cuerpo.
Afortunadamente todo era de mi talla, había también ropa interior y me sentí feliz, todo estaba tan limpio y olía tan bien.
Rápidamente me vestí, fue al cuarto de baño y lave mis dientes, me peiné un poco y luego me miré en el espejo. A pesar de los moretones, el maestro tenía razón, era una chica bonita y al parecer aquello era bueno.
-¡Señorita Susana!- escuché que alguien me llamaba. No era el Maestro, y por un momento tuve miedo, pero me obligué a tranquilizarme, él no permitiría que me hicieran daño y menos en su propia casa, él pensaba que yo era una joya.
-Un. . . Un momento- respondí y luego inhalé y exhalé varias veces para calmarme, salí del cuarto de baño y me encontré con una mujer de unos cuarenta y tantos años.
-Usted debe ser Susana- dijo en tono agrio.
-Si- respondí muy tímida.
-El señor Kaplam te espera para desayunar.
-Muchas gracias.
<<Con que ese es su nombre; Kaplam, aunque quiera que lo llame Maestro, Kaplam es su nombre>>
Seguí a la mujer hasta llegar a una hermosa habitación, que supongo será el desayunador. Allí me esperaba el maestro. Levantó la vista hacia mí y me dedicó una gran sonrisa.
-Buen día, Susana.
-Buen día, Maestro- le sonreí también.
-¿Maestro?- preguntó la mujer.
-Puedes retirarte, Gloria- su tono se endureció cuándo se dirigió a ella, entonces la mujer me miró fijamente, luego giró sobre sus talones y se marchó.
-Creo que le he caído muy mal a la señora.
-No te preocupes, es mujer de mal carácter y para nada amigable- me respondió tranquilo.
-¿Es su esposa?- le pregunté tímida, él me miró y dejó escapar una larga carcajada.
-Yo no tengo esposa Susana, y si deseas ser el tipo de alumna que conversamos, entonces te daré ahora mismo la primera lección; Una seductora, una mujer que se preocupa solo por ella y por el dinero que pueda obtener, nunca le pregunta a un hombre por su esposa. Es la manera más cruel de acabar con la pasión.
-Si, maestro- bajé la mirada, pero él me reprendió inmediatamente.
-¡Susana!- le miré- regla número dos, jamás bajes la mirada ante nadie. Tú eres poderosa, eres bella, y yo te daré todas las herramientas que necesitas para triunfar, así que no vuelvas a bajar la mirada. Ni ante mí, ni ante nadie.
-Si Maestro- quería llorar, sentí que mis ojos comenzarían a arder e intenté concentrarme en él, para evitar llorar- es solo que. . . la señora Gloria me mira muy mal, creo que no le agrado y eso me preocupa.
-Hoy es el primer día y ya debo darte tantas lecciones en la mesa Susana. Regla número tres, te importa muy poco lo que los demás piensen de ti. Tú nunca debes doblegarte ante nadie. ¿ me oyes?- demandó y yo asentí- así que si Gloria o cualquier otra persona no te soporta, es asunto suyo, no tuyo. ¿De acuerdo?
-De acuerdo, Maestro.
-Muy bien. Espero no olvides nunca una lección Susana, harán de ti una mujer fuerte y decidida. ¿Recuerdas cómo te trató aquel hombre del café?
-Si- Respondí queriendo bajar la mirada, pero recordando su lección clavé mis ojos en él- me trato muy mal.
-Y así será siempre si no cambias. Debes hacerte fuerte, debes formarte un duro carácter para sobrevivir en el mundo. Comprende que este mundo es solo de los más fuertes Susana- me miró reflexivo- está bien que seas dulce y tierna, pero eso debe ir acompañado de inteligencia, astucia, determinación y una gran dosis de seducción, eso harán de ti una mujer grande.
-Si, Maestro.
-Solucionaremos hoy mismo lo de tu apellido. Necesitas uno, como todo el mundo. Tengo un amigo que me ayudará a tramitar todos los documentos necesarios, escoge uno Susana.
-¿Un apellido, Maestro?- pregunté nerviosa.
-Si- me sonrió.
-¿El que yo quiera?
-El que más te guste- me sonrió nuevamente- tú puedes tener lo que quieras, Susana. Tu nuevo apellido no es nada comparado, con todo lo que obtendrás.
-Yo. . . no sé cuál elegir. . .
-Te ayudaré un poco. ¿McMillan?, ¿Carson?, ¿Mattws?
-¿Puedo tener el suyo, Maestro?- le pregunté con inocencia.
-No- me respondió firme- no confundas las cosas. No haré de ti una hija, te convertiré en una mujer- sus palabras me dolieron un poco. Entonces recordé que las chicas del instituto siempre hablaban de una modelo muy bonita; Migdalia Mitchell. . .
Sí. Yo quería ese apellido para mí. Quería ser tan importante como ella.
-Mitchell. . . quiero que mi apellido sea Mitchell- declaré firme.
-Concedido, Susana Mitchell. Ese será tu nombre, ahora desayunemos que nos espera un largo día. Visitaremos a mi amigo y luego tiendas. Quiero que tengas mucha ropa hermosa, muchos zapatos.
El día fue realmente agotador. Cuando volví a la casa con el Maestro, íbamos cargados de muchas bolsas. Me compró todo de lo que me enamoré, y conste que me enamoré de mucho. Era como una niña en tienda de golosinas.
Habíamos almorzado en un bonito y sencillo restaurant. Él había ordenado por los dos.
-No te preocupes- me había dicho- dentro de poco comer cómodamente en los restaurantes más elegantes de la ciudad, reconocer excelentes platillos en el menú y diferenciar un buen vino de esas asquerosas bebidas que suelen tomar los menos privilegiados.
-Gracias Maestro.
-¿Sabes cuándo es tu cumpleaños?, ¿ Sabes al menos cuántos años tienes?
-Si- respondí apenada- tengo casi diecisiete Maestro, cumpliré el doce de septiembre.
-Eso es la semana próxima- me sonrió y mi vista se desvió a sus hermosos dientes- podríamos hacer algo especial.¿ no crees?
-Nunca he hecho algo especial, de hecho nunca he celebrado mi cumpleaños, Maestro.
-Eso es solucionable, de ahora en adelante lo celebrarás siempre.
Para mí es muy extraño sentirme tan llena de atenciones. Nunca, nunca me había sentido así, es infrecuente pero a la vez es hermoso. ¡El Maestro se preocupa tanto por mí!, me ha dicho que le encanta mi tímida sonrisa y no sé porque pero eso me hizo sentir extremadamente bien.
Él dice que soy su joya, y yo deseo con todo mi corazón que me vea brillar.
Estoy dispuesta a ser la mejor de las alumnas, a aprender al pie de la letra todo lo que me enseñe. Haré que el Maestro se sienta muy orgulloso de mí. Seré la mejor seductora de todas, aprenderé a defenderme en este mundo, y lograré que cuando me mire se sienta orgulloso de su obra.
Aun no sé por qué me ayuda, ni por qué está tan interesado en que yo sea su alumna, pero estoy dispuesta a esforzarme, no voy a defraudar a mi Maestro.
Los días han transcurrido velozmente. Ya mañana será mi cumpleaños, no he visto al Maestro tanto como quisiera. Por el contrario he tenido muchas visitas; un hombre muy elegante llamado Roman, se ha encargado del cuidado de mi piel y mi cabello, además de mis manos, ahora tengo hermosas uñas que parecen sacadas de revista. También ha venido la señorita Liliana, ella es una mujer tan refinada que después de una semana junto a ella, aún sigo sintiéndome intimidada; ella se ha encargado de mostrarme la mejor manera de vestir, como caminar de forma que balanceo mi cuerpo en un lento vaivén, me ha mostrado las posturas correctas para sentarme, cómo debo pararme, la posición que deben tener mis manos, cómo debo moverlas al hablar, me ha ayudado a ser más delicada y femenina. Y por si todo eso fuese poco, también ha venido la señora Mercedes, una mujer regia y muy disciplinada, me ha enseñado un montón de normas sociales, reglas de etiqueta como ella les llama; cómo debo tomas la copa, cua
El firme contacto de sus labios me deja completamente inmóvil, no sé cómo reaccionar ante esta acción del Maestro, supongo que una seductora lo besaría y exigiría un beso más profundo, pero la verdad es que no sabía cómo reaccionar. Nunca antes me han besado.En el internado, alguna de las chicas más grandes se besaban a escondidas con los chicos en las habitaciones y los pasillos, pero la verdad es que yo siempre fui retraída, la niña rara de todo el internado, a la que golpeaban, el centro de la burla y los maltratos, más de un niño intentó besarme, pero yo lograba huir.Ahora que los labios del Maestro están sobre los míos, es imposible huir, sus manos están aferradas con fuerza a mi cintura, su cuerpo me oprime contra la puerta. No hay escapatoria alguna.Siento como introduce mi labio inferior en su boca, lo succiona suavemente y esto genera un extraño calor en mi cuerpo, aun me encuentro inmóvil , estoy pasmada por la sorpresa.El Maes
Kaplam. . .Llegué a mi habitación, luego de haber cerrado la puerta, me recargué sobre ella, dejando escapar el aire que hasta el momento contenía. Ya en lo secreto de mi habitación me permito perder el control, a solas y sin testigos.Mi pecho baja y sube con velocidad, y mi respiración se oye descoordinada. Susana sin duda alguna es una hermosa jovencita, aunque ella no sea consciente de eso, es sumamente hermosa, su cuerpo aunque un poco delgado posee las curvas necesarias, tiene gracia al caminar, es plenamente sensual sin intensión de serlo y es una excelente alumna. Sus besos han encendido el deseo en mi piel, he tenido que contenerme para no tomarla allí mismo y es que aún no está preparada para eso. La unión física es algo imposible en éste momento, pero la verdad es que aunque me cueste admitirlo estoy jugando un juego bastante peligroso, enseñar a seducir a alguien que ya es sensual en sí misma a temprana edad, puede traer resultados perturbab
Ha sido un día largo y agotador. Tuve que esforzarme mucho en mis clases del día de hoy acentuando cada gesto de mi mano al hablar, caminando con pasos lentos y seductores haciendo que mis caderas se bamboleen con gracia. Esta noche es mi primera gran prueba. Debo esforzarme en agradar a todos, ser coqueta y atrevida si parecer una ofrecida, ser delicada y hermosa. No sé cuál es el propósito del Maestro, pero sea cual sea voy a lograrlo.He pasado todo el día pensando en los besos del Maestro, no sé qué me ocurre, pero no puedo olvidarlos. Anoche tuve muchos sueños en donde el Maestro me besaba nuevamente, quiero más besos de esos. No es que sienta nada por el Maestro, eso está claro. Es. . . es solo que deseo practicar y perfeccionar la técnica. Debo saber besar como ninguna otra.Salgo de la tina envuelta en delicadas fragancias. Seco mi cuerpo y lo cubro con la tuya, prendo el secador y seco mi cabello dándole volumen, eso logra acentuar mi rostro. Sonrió al esp
Por un momento llegué a pensar que me rechazaría, se quedó estático sin mover si quiera un músculo, mientras yo le provocaba con mis labios. Sus manos se estrecharon más en mi cintura, sonrió con mis labios pegado a los suyos y supe de inmediato que se había recuperado de la sorpresa.Sus labios se movían sensuales contra los míos, siento la temperatura subir, me abruma la intensidad del beso y todo lo que produce en mí. Su boca abandona la mía y estoy a punto de gemir de frustración al resentir el calor que de ellos emana, pero me percato de que su mano sube hasta la parte posterior de mi cabeza, se aferra a ella con fuerza y tira de mi cabello un poco hacia atrás, mi cuello queda totalmente expuesto. Comienza a dejar suaves y húmedos besos a lo largo de mi cuello, un fuerte escalofrío me recorre la espina dorsal, me siento arder y mi respiración se agita.Su boca es sencillamente deliciosa, El Maestro, sabe besar de una manera que logra que me estremezca. Su leng
Me desperezo estirando a plenitud mi cuerpo sobre la suavidad de las sabanas de seda. Anoche no pude dormir muy bien. ¿Acaso alguien podría después de lo que viví?, Me levanto directamente al cuarto de baño, en donde duro aproximadamente veinte minutos. Cuando estoy lista con un delicado vestido color fucsia, me siento en la cama, no sé si bajar a desayunar o quedarme en la habitación, no sé si podré soportar ver al Maestro, siento que la vergüenza no me lo permitirá.Decido alejar la cobardía y bajar, en algún momento debo enfrentarlo. Cuando abro la puerta de la habitación, Gloria estuvo a punto de golpear mi cara con sus nudillos.-Buen día Gloria, ¿qué se te ofrece?- le digo con mi voz seca.-En el recibidor está el joven Martín, dice que desea verla.-¿Martín?- pregunto cómo tonta.-El mismo- responde ella fría.-Bien- digo y sin más me encaminó al lugar. Cuando llego, efectivamente Martín me espera con una amplia sonrisa en
Me quedó junto a la escalera de la entrada, observando como Susana, se sube al auto de Martín, y desaparecen a un rumbo que yo desconozco. Siento tanta frustración que no sé cómo manejarla.Sé perfectamente lo que quiero hacer de ella, sé muy bien en quién la quiero convertir, sé que debe codearse con jóvenes y que debe poner en práctica lo que le enseño, sé que estar solamente conmigo no le hace bien, puede terminar albergando estúpidos sentimientos que no debe tener y a los cuales yo no estoy dispuesto a enfrentarme.Yo soy el cazador, y nunca me convierto en presa, es imposible que terminé envuelto en mi propia trampa. Seducir es una arte maravilloso, mi Maestra me mostró todo que puedes conseguir a través de la seducción, es un arma poderosa, pero debes saber usarla bien, pues es un arma de doble filo y terminar convirtiéndose en tu perdición. Obviamente no es mi caso, jamás he estado enamorado, ni pienso estarlo.Pero, es imposible ignorar la frustración que m
Han transcurrido un año y seis largos meses, estoy próxima a cumplir mis diecinueve, me he sentido un poco frustrada porque pese a mis intentos de seducción, no he logrado hacer ceder al Maestro.Ha faltado a su promesa, sigo sin pasar al siguiente nivel.Por otro lado, Martín, es cada vez más atento conmigo, me llena de regalos, no hay día en el que no me llame y sus mensajes no se hagan presente. He conocido muchos chicos, atractivos y lo más importante. . . muy ricos, de buena cuna y con excelente educación.Martín y yo tenemos una extraña relación, no faltan los besos y las caricias, de hecho ha intentado intimar en un par de ocasiones, pero siempre se lo he negado, estoy decidida a que el Maestro, sea el primero.He crecido mucho en este año y medio, mi cuerpo antes era bonito y con inocentes curvas, ahora es un cuerpo juvenil lleno de curvas exuberantes, mi piel es tersa y muy bien cuidada, mi cabello es el anhelo de cualquier mujer, mi seno