El firme contacto de sus labios me deja completamente inmóvil, no sé cómo reaccionar ante esta acción del Maestro, supongo que una seductora lo besaría y exigiría un beso más profundo, pero la verdad es que no sabía cómo reaccionar. Nunca antes me han besado.
En el internado, alguna de las chicas más grandes se besaban a escondidas con los chicos en las habitaciones y los pasillos, pero la verdad es que yo siempre fui retraída, la niña rara de todo el internado, a la que golpeaban, el centro de la burla y los maltratos, más de un niño intentó besarme, pero yo lograba huir.
Ahora que los labios del Maestro están sobre los míos, es imposible huir, sus manos están aferradas con fuerza a mi cintura, su cuerpo me oprime contra la puerta. No hay escapatoria alguna.
Siento como introduce mi labio inferior en su boca, lo succiona suavemente y esto genera un extraño calor en mi cuerpo, aun me encuentro inmóvil , estoy pasmada por la sorpresa.
El Maestro se separa un poco, pega su frente a la mía, saca su lengua que recorre mi labio inferior y sin poder evitarlo, tiemblo.
-¿Te han besado antes, Susana Mitchell?- me pregunta con voz ronca. Mi corazón late desesperado como un ave que ansía escapar de la pequeña jaula en la que se encuentra.
-N. . .No, Maestro- mi voz suena temblorosa. Quisiera que sonara firme, pero es imposible, no sintiendo todo lo que siento. Miro sus profundos ojos.
-¿Una aspirante a seductora que no sabe besar?. . . de lo más curioso- responde mirándome firme. No puedo soportar su mirada y desvío la mía- No Susana, mírame- obedezco- un beso puede marcar el principio o el final de todo. Besar es un arte Susana. ¿ lo comprendes?
-Si, Maestro.
-Un buen beso puede despertar la enloquecedora pasión en un hombre, o simplemente puede ocasionar que se pierda todo el interés. No es difícil aprender- sentí como sus manos que habían suavizado su presión en mi cintura, volvían a ejercer su fuerza- los besos llevan intenciones ocultas- asiento atenta ante su clase, pero nerviosa- este es un beso tímido- se acercó y apenas rozó mis labios- demuestra inocencia, quizás una profunda timidez o miedo a ser rechazado. También puede ser usado como el principio de un gran beso- ¿ comprendes?
-Sí. . .si Maestro- acercó su boca a mí, ahora me beso en la comisura de los labios.
-Este es un beso coqueto Susana, es un tanto juguetón. Ese beso acompañado de una hermosa mirada, puede lograr muchas cosas en un hombre.
-Comprendo. . . - dije antes de que su pregunta llegara. Colocó una mano detrás de mí cuello y me acercó a su boca.
-Este es un beso que suelen darse los enamorados- su boca hizo presión sobre la mía, se movía tiernamente, suave, sin prisas, era realmente un beso que despertaba, las fibras de mi ser. No supe cuándo, pero intenté responde a su beso, mis labios comenzaron a moverse tímidamente. Se separó y me sonrío- me agrada que lo intentes, es lo mejor de ti Susana, eres una excelente estudiante.
-Yo. . . quiero hacerlo bien, Maestro- le dije sintiendo que mi cara ardía, seguramente estaba muy ruborizada.
-Entonces, te mostraré el mejor beso de todos, es el más ardiente, es el beso que mejor debes manejar Susana, es el beso seductor- lo miro sin pestañar- tus manos deben posarse en mi cuello- las llevo allí rápidamente- No. No Susana, no es así, tus movimientos debes ser lentos, juguetones.
-Lo siento- me disculpo y retiro mis manos.
-Te mostraré como hacerlo, por algo soy tu Maestro. Lleva tus manos a mi cuello, pero sube acariciando mi pecho, lentamente, con cariño pero firme, debes sentir el roce de tu piel- le obedezco tímidamente- debes relajarte cariño- me dice- estás demasiado tensa, así no resultará- intento alejar los nervios de mí, pero es imposible, siento cada musculo de su cuerpo pegado al mío, y aunque sé que sólo se tratan de clases, no puedo calmar a mi desbocado corazón.
-Yo. . . solo estoy un poco nerviosa Maestro, no quiero defraudarle.
-No lo harás- me dice- debes tomártelo con calma- te explicaré, tus manos deben acariciar el cuerpo de tu acompañante, tus labios deben moverse contra los míos firmemente, solo déjate guiar, imita lo que yo haga, te puedo dar técnicas previas, pero el beso en sí mismo, es cuestión de instinto.
Temblorosa, pero decidida a cumplir con mi lección dejo que mis manos se deslicen por su pecho, acaricio su cuello, fijo mi mirada en sus labios, recuerdo las clases de Lilian, bajo mi mirada la vuelvo a posar en él, pero ahora en sus ojos, me acerco a mi Maestro, es mucho más alto que yo, así que me colocó en puntillas, me aferro a su cuello, la elevación de mi cuerpo genera que mis senos se opriman contra su pecho.
Suspiré contra su boca, cuando sentí que su agarre a mi cintura se hacía más fuerte.
-¿Lo hago bien, Maestro?
-Comprobémoslo- me dice antes de que su boca tome nuevamente la mía.
Su boca es firme, extrañamente suave, húmeda y muy caliente. Sus besos me queman los labios y aunque es una nueva experiencia para mí, se sienten terriblemente delicioso. Me aferro a su cuello como si de un salvavidas se tratase, me sorprendo un poco cuando su lengua invade mi boca, no sé qué hacer, pero sigo el consejo del Maestro; debe tratarse exclusivamente de instinto.
Muevo mi lengua contra la suya, las uno, la toco, y luego alejo la mía, la choco contra la de él. Atraigo su legua a mi boca y la succiono, me siento enloquecida y abrumada; no pensé que besar se sintiese tan bien.
Le escucho gemir cuando muerdo suavemente su labio inferior, aquel gemido logró asustarme, pensé que le había lastimado. Pero no fue así, él no se detiene, sino que me toma de la parte trasera de mi cabeza y su lengua invade nuevamente mi boca. Siento que de pronto ha comenzado a hacer un calor insoportable, mi pecho se agita, mi cuerpo tiembla y no comprendo la razón puesto que no tengo frío, ni miedo.
Su mano recorre mi espalda y la otra acaricia mi cabello. Sin poder evitarlo un pequeño gemido escapa de mi boca. El beso pareció durar una eternidad, el aire no circulaba hasta mis pulmones, y sentí que me desmayaría. Pero en ese preciso momento, el Maestro decidió que la lección había culminado.
-Lo haces bastante bien- su voz sonaba tan serena que me sentí terriblemente avergonzada de que mi cuerpo estuviera sudoroso, mi respiración agitada y mi corazón a punto de salir por mi boca.
-Gra. . . gracias, Maestro.
-Mañana cenarán con nosotros algunos socios y su familia, enfócate en las clases con Liliana y con Mercedes, y aplica lo que te ha enseñado Roman, mañana será una especie de prueba, quiero ver cómo te desenvuelves y cómo aplicas todo lo que has aprendido. Quiero verte hermosa, elegante, segura de ti misma, coqueta y cariñosa.
-Como usted diga, Maestro- asiento firmemente.
-Sé que lo harás bien. Tú serás mi obra maestra, Susana Mitchell- se inclina nuevamente contra mi boca, pero aquel beso fue a penas un roce- Buenas noches cariño. Feliz cumpleaños.
Y sin más se marchó caminando firmemente, y yo me quedé allí, viéndolo alejarse por el pasillo.
Entré a mi habitación con el corazón latiendo a mil por hora. Me recargo sobre la puerta y llevo mis dedos a mis hinchados labios.
<<¿Qué clases de lecciones tiene el maestro preparadas para mí?>>
Pienso en sus besos, en el calor que emanaba de su cuerpo, en cómo me hizo sentir. No sé porque, pero as palabras que me dijo una mañana mientras desayunábamos volvieron a mi cabeza.
-Ésta es la regla más importante de todas Susana, cariño: " Nunca, nunca debes enamorarte. Quien se enamora otorga un desmedido poder para ser lastimado Susana, debes comprenderlo y aprender a dejar los sentimientos de lado. Las seductoras no aman, si quieres ser respetada, venerada y admirada, debes aprender a controlar tus sentimientos el día que te permitas amar, puedes dar por terminada tu decisión de ser fuerte y una seductora libre. El día que te enamores habrás perdido todo Susana Mitchell"
El recuerdo de sus palabras genera locos pensamientos en mí.
¿Por qué pensar en esa regla; la más importante de todas?
No. No estoy enamorada del Maestro, y nunca lo estaré, ni de él, ni de nadie. No sé amar, nunca he sido amada, no conozco esa sensación, lo único que he conocido es el desprecio, el maltrato, los golpes y la humillación. Me he jurado a mí misma que obtendría dignidad, respeto y mucho dinero, eso me daría poder para jamás volver a ser la niña miedosa, tonta y tímida de antes. Esa chica que lloraba por el maltrato, que sufría en silencio, que pasaba frío, que dormía en la calle, esa chica que comía de la basura, esa ya no existía había emergido una nueva Susana. Susana Mitchell, esa era ahora. Una chica dispuesta a conseguir o que se proponía, no me dejaré humillar más, no permitiré ninguna falta en mi contra, sin importar lo que tenga que hacer, mi meta en esta vida es sencilla; dinero y poder.
Decido darme una ducha, necesito tranquilizar a mi cuerpo. El agua corre desde mi cabello hasta mis pies. Siento que poco a poco me calmo, los recuerdo de esos besos vuelven a mí y me siento enojada ¡no quiero pensar en los malditos besos!, pero no puedo evitarlo. Siento tanta tensión que quisiera llorar.
Salgo de la ducha y prendó el secador, mi cabello se va secando y adquiriendo brillo. Roman dice que tengo un lindo y sano cabello, yo quisiera cortarlo un poco, quizás hasta mis hombros, pero el Maestro no lo aprueba, dice que largo se ve mejor y seguramente tiene razón. Salgo del cuarto de baño, cubro mi cuerpo de crema hidratante, me enfundo en unas cómodas bragas y un pijama sencillo y entró a la cama.
La suavidad del colchón me recibe, me cubro con la colcha y sin evitarlo mis pensamientos vuelven al beso. Enfurecida conmigo misma, me giro boca abajo y sujeto las almohadas con fuerza.
¡Quiero dormir!
Me digo, pero después de una hora de intentarlo compruebo que no puedo. Aunque mi cuerpo está tranquilo mi mente no para de trabajar y pensar en el Maestro. Esos besos me dejaron abrumada y confundida. Maldigo porque sé que será una perturbada noche, y por primera vez desde que llegara a esta casa, me pregunto:
¿Qué es lo que quiere el Maestro de mí?
Kaplam. . .Llegué a mi habitación, luego de haber cerrado la puerta, me recargué sobre ella, dejando escapar el aire que hasta el momento contenía. Ya en lo secreto de mi habitación me permito perder el control, a solas y sin testigos.Mi pecho baja y sube con velocidad, y mi respiración se oye descoordinada. Susana sin duda alguna es una hermosa jovencita, aunque ella no sea consciente de eso, es sumamente hermosa, su cuerpo aunque un poco delgado posee las curvas necesarias, tiene gracia al caminar, es plenamente sensual sin intensión de serlo y es una excelente alumna. Sus besos han encendido el deseo en mi piel, he tenido que contenerme para no tomarla allí mismo y es que aún no está preparada para eso. La unión física es algo imposible en éste momento, pero la verdad es que aunque me cueste admitirlo estoy jugando un juego bastante peligroso, enseñar a seducir a alguien que ya es sensual en sí misma a temprana edad, puede traer resultados perturbab
Ha sido un día largo y agotador. Tuve que esforzarme mucho en mis clases del día de hoy acentuando cada gesto de mi mano al hablar, caminando con pasos lentos y seductores haciendo que mis caderas se bamboleen con gracia. Esta noche es mi primera gran prueba. Debo esforzarme en agradar a todos, ser coqueta y atrevida si parecer una ofrecida, ser delicada y hermosa. No sé cuál es el propósito del Maestro, pero sea cual sea voy a lograrlo.He pasado todo el día pensando en los besos del Maestro, no sé qué me ocurre, pero no puedo olvidarlos. Anoche tuve muchos sueños en donde el Maestro me besaba nuevamente, quiero más besos de esos. No es que sienta nada por el Maestro, eso está claro. Es. . . es solo que deseo practicar y perfeccionar la técnica. Debo saber besar como ninguna otra.Salgo de la tina envuelta en delicadas fragancias. Seco mi cuerpo y lo cubro con la tuya, prendo el secador y seco mi cabello dándole volumen, eso logra acentuar mi rostro. Sonrió al esp
Por un momento llegué a pensar que me rechazaría, se quedó estático sin mover si quiera un músculo, mientras yo le provocaba con mis labios. Sus manos se estrecharon más en mi cintura, sonrió con mis labios pegado a los suyos y supe de inmediato que se había recuperado de la sorpresa.Sus labios se movían sensuales contra los míos, siento la temperatura subir, me abruma la intensidad del beso y todo lo que produce en mí. Su boca abandona la mía y estoy a punto de gemir de frustración al resentir el calor que de ellos emana, pero me percato de que su mano sube hasta la parte posterior de mi cabeza, se aferra a ella con fuerza y tira de mi cabello un poco hacia atrás, mi cuello queda totalmente expuesto. Comienza a dejar suaves y húmedos besos a lo largo de mi cuello, un fuerte escalofrío me recorre la espina dorsal, me siento arder y mi respiración se agita.Su boca es sencillamente deliciosa, El Maestro, sabe besar de una manera que logra que me estremezca. Su leng
Me desperezo estirando a plenitud mi cuerpo sobre la suavidad de las sabanas de seda. Anoche no pude dormir muy bien. ¿Acaso alguien podría después de lo que viví?, Me levanto directamente al cuarto de baño, en donde duro aproximadamente veinte minutos. Cuando estoy lista con un delicado vestido color fucsia, me siento en la cama, no sé si bajar a desayunar o quedarme en la habitación, no sé si podré soportar ver al Maestro, siento que la vergüenza no me lo permitirá.Decido alejar la cobardía y bajar, en algún momento debo enfrentarlo. Cuando abro la puerta de la habitación, Gloria estuvo a punto de golpear mi cara con sus nudillos.-Buen día Gloria, ¿qué se te ofrece?- le digo con mi voz seca.-En el recibidor está el joven Martín, dice que desea verla.-¿Martín?- pregunto cómo tonta.-El mismo- responde ella fría.-Bien- digo y sin más me encaminó al lugar. Cuando llego, efectivamente Martín me espera con una amplia sonrisa en
Me quedó junto a la escalera de la entrada, observando como Susana, se sube al auto de Martín, y desaparecen a un rumbo que yo desconozco. Siento tanta frustración que no sé cómo manejarla.Sé perfectamente lo que quiero hacer de ella, sé muy bien en quién la quiero convertir, sé que debe codearse con jóvenes y que debe poner en práctica lo que le enseño, sé que estar solamente conmigo no le hace bien, puede terminar albergando estúpidos sentimientos que no debe tener y a los cuales yo no estoy dispuesto a enfrentarme.Yo soy el cazador, y nunca me convierto en presa, es imposible que terminé envuelto en mi propia trampa. Seducir es una arte maravilloso, mi Maestra me mostró todo que puedes conseguir a través de la seducción, es un arma poderosa, pero debes saber usarla bien, pues es un arma de doble filo y terminar convirtiéndose en tu perdición. Obviamente no es mi caso, jamás he estado enamorado, ni pienso estarlo.Pero, es imposible ignorar la frustración que m
Han transcurrido un año y seis largos meses, estoy próxima a cumplir mis diecinueve, me he sentido un poco frustrada porque pese a mis intentos de seducción, no he logrado hacer ceder al Maestro.Ha faltado a su promesa, sigo sin pasar al siguiente nivel.Por otro lado, Martín, es cada vez más atento conmigo, me llena de regalos, no hay día en el que no me llame y sus mensajes no se hagan presente. He conocido muchos chicos, atractivos y lo más importante. . . muy ricos, de buena cuna y con excelente educación.Martín y yo tenemos una extraña relación, no faltan los besos y las caricias, de hecho ha intentado intimar en un par de ocasiones, pero siempre se lo he negado, estoy decidida a que el Maestro, sea el primero.He crecido mucho en este año y medio, mi cuerpo antes era bonito y con inocentes curvas, ahora es un cuerpo juvenil lleno de curvas exuberantes, mi piel es tersa y muy bien cuidada, mi cabello es el anhelo de cualquier mujer, mi seno
Siento que mi corazón se acelera, creo que podría desmayarme a causa de la felicidad que recorre mi cuerpo. Pero, como es de esperar, no lo demuestro. Lo miro fijamente mientras sonrió y muerdo mi labio inferior.-¿Acaso dudas, Susana?- me pregunta con voz ronca.-¿De tenerte en mi cama?- le pregunto sonriendo- no Maestro, llevo al menos un año y medio esperándolo, ya estoy preparada para esto.- lo veo fruncir el ceño y al parecer no le han gustado mis palabras.-¿Ya estás preparada?- me taladra con la mirada- ¿ y quién te ha preparado, Martín?- su voz está cargada de ironía- si es así, te aseguro que puedo enseñarte muchas cosas que él no te ha mostrado- Sonrió y oprimo mis senos con su pecho, le doy un pequeño mordisco al lóbulo de su oreja y después lo succiono, me siento satisfecha cuándo lo escucho suspirar.-No se equivoque Maestro, no he ascendido al segundo nivel- lo siento relajarse un poco- y todo porque me he dedicado, como niña buena, vale a
Me muevo entre sueños y siento un fuerte dolor en mi intimidad, abro los ojos y descubro que ya han salido los primeros rayos del sol. El Maestro, aún duerme a mi lado, está desnudo al igual que yo, la sábana sólo cubre su cintura hasta medio muslo, lo que me deja a la vista su amplio pecho, sus bien trabajados brazos, sus largas y duras piernas, su cabello esta alborotado, sus facciones relajadas y su hermosa boca entreabierta. Un estremecimiento me recorre al recordar que esa misma boca a besado cada milímetro de mi cuerpo, que ese cabello desordenado ha sido sostenido fuertemente en mi mano empuñada mientras él se apoderaba de mis senos, al recordar que he besado su boca, su cuerpo, sin sentir ningún tipo de vergüenza. He estado dispuesta a darle todo de mí y él lo ha recibido más que gustoso.Me quedo en silencio, solo viendo lo hermoso que es, a la vez que me siento la mujer más afortunada de todas, no sé si deba despertarle, a fin de cuentas hemos dormido muy