—¿Y crees que esto es malo? —preguntó Valeria con los ojos cristalizados. —Eso depende de lo que sientas tú. ¿Tú estás feliz, hija? —le preguntó con seriedad. Valeria se limpió las lágrimas y asintió mientras se alzaba para abrazarlo. —Sí, pá… estoy asustada, pero estoy muy feliz con esta noticia
—¡Ya lo rompiste! —resopló Elliot cuando Nick pasó el resto del camino hasta la comisaría sin hablar. Richard se encogió de hombros. —Layla me dijo que ya lo sabía, no pensé que el hecho de que fuera yo representara un gran problema —dijo bajándose del coche y abriendo la puerta de Nick—. Baja, hi
—¿¡Qué!? —Anna abrió mucho los ojos cuando vio al abogado, que parecía sacado de un catálogo de trajes de los años sesenta y parecía más asustado que ella—. ¡Pero… yo hice mi llamada y ella me dijo…! —¿Ella? —preguntó el detective cuando Anna se interrumpió—. ¿A quién se refiere? —A nadie… Este no
Valeria le dio un beso a Alice y otro a Zuzú antes de que se fueran a descansar. Amelia había demorado poco menos de veinticuatro horas en darle el alta del hospital, y por fin estaba en la tranquilidad de su casa, pero sabía bien lo que eso significaba. No se molestó en irse a su habitación, sino
—Creo que… sería mejor si… vamos a descansar… —balbuceó de repente como si el calor que emanaba del pecho desnudo de Nick de repente hubiera empezado a hacer efecto en ella. Nick se dio cuenta en el instante en que su respiración volvió a hacerse pesada, y volvió a besarla mientras la empujaba haci
Nick negó con vehemencia mientras se revolvía incómodo en el asiento trasero del coche. Jack conducía, Yuri iba en otro coche y una patrulla los escoltaba de regreso a casa. La última protección que tenían por el momento porque el detective Norton sí se había tragado aquello de que Miranda se había
Él se detuvo de repente cuando vio que ella casi lo miraba sin pestañar. —¿Revoltosa? ¿Estás bien? ¿Pasa algo? Valeria negó mientras se mordía el labio inferior, nerviosa, y solo abrió los brazos bien grandes pidiendo un abrazo. Nick sonrió como si le hubieran hecho un regalo, la levantó contra s
El detective Norton golpeó la mesa con rabia antes de correr hacia el departamento técnico del precinto y m****r a rastrear a aquel celular. Él también reconocía que era un número local, y eso significaba dos cosas: La primera era que Miranda lo había engañado miserablemente para ganar tiempo. Y la