—¡Val! —Nick no supo de qué forma ahogó aquel grito, pero la alcanzó en un segundo y la levantó en brazos, acostándola en la cama—. ¡Val, por Dios! La sacudió con toda la suavidad que los nervios se lo permitían y sintió que el alma le volvía al cuerpo cuando la vio reaccionar un poco. —¿Nick…? —
—De la bancarrota de los Jones —dijo Andrew, señalando a la comentarista que salía en la televisión. «Las últimas acusaciones contra la heredera de uno de los principales distribuidores textiles del continente, Empresas Jones, ha traído durante los últimos días una baja peligrosa en las acciones de
Andrew agarró su corbata, que según él era lo único que necesitaba para enfrentar a un batallón de carabineros, y estaban a punto de salir los cuatro por la puerta cuando Nick se detuvo. —¡Maldición! Valeria tiene cita con la doctora en un par de horas —recordó—. No me dará tiempo regresar… —Yo la
—No me importa, soy un rey feudal… tengo derecho. Nick miró su reloj y suspiró preocupado mientras marcaba el celular de Valeria. Debía estar en la consulta desde hacía una hora, y no saber de ella lo estaba atormentando. Por fin después del tercer repique Valeria le contestó. —¡Revoltosa por favo
Abanicar fue poco, Emma creyó que se le caería la mano tratando de que Valeria se recuperara. —¿De verdad? ¿Está segura, doctora? ¿No será un reflejo del aparatito o algo así? —balbuceó Valeria. —No, linda, son dos, claros y seguros. Lo que sí no sé es el sexo, pero si quieres puedo ser tu obstetr
Valeria asintió y su amiga se despidió para irse a casa. Descansó un rato y miró su armario, estaba llenos de vestidos hermosos que en algunos meses ya no podría usar, así que decidió ponerse el que más le gustara para la cena de esa noche, y que ya Nick se encargara de llevarla a algún lugar que pe
Si Nick Bennet tenía algún botón capaz de cambiar su expresión en un solo segundo, alguien debió presionarlo en ese mismo instante, porque su rostro se ensombreció por completo. Aquel brazo que estaba rodeando a Valeria la estrechó todavía más y golpeó con el dorso del puño en el asiento delantero.
Antes de llegar al hospital Nick llamó a su doctora y en cuanto llegaron, Valeria reconoció también a Amelia esperándola también. —Llévenla a la salita de ultrasonido inmediatamente —pidió la ginecóloga y se llevaron a Valeria mientras Amelia detenía a Nick. —¿El papá? Nick no sabía cómo debía re