CAPÍTULO 4: EN LA CAMA DEL ALFA.
—¡No quiero hacerlo! ¡No quiero hacer eso, padre! —Scarlett negaba una y otra vez, mientras las lágrimas brotaban de sus ojos.
Pero Sears ya había perdido la paciencia. Dio un paso adelante y agarró el delicado cuello de Scarlett con tanta fuerza que le cortó el aire.
—Conoces muy bien mis alcances, Scarlett, así que será mejor que no me provoques. No solo puedo descargar mi ira con Lavinia, sino también con todos esos estúpidos cachorros muertos de hambre que alimentas cerca del río.
Los ojos de Scarlett se abrieron llenos de miedo y sorpresa; nunca imaginó que su padre estuviera enterado de los cachorros huérfanos que alimentaba.
Una sonrisa de satisfacción cruel apareció en los labios de Sears.
—¿Pensaste que no lo sabía? —chasqueó la lengua y se burló—. Nada escapa de mi control, Omega. Harías bien en recordarlo. Ahora camina y haz lo que te ordené.
Scarlett no tuvo más remedio que obedecer, pero estaba aterrorizada. Se cerró la bata, pero Sears se la arrancó con brusquedad, rompiéndola en el proceso.
—Ve sin esto. La idea es que parezca que Arzen te ha follado.
Sears estaba dispuesto a culminar sus planes a cualquier costo. Le había costado mucho que Ashly se prometiera con Arzen, pero su tonta hija había desaparecido. Y para colmo, Arzen se había negado a aceptar a Scarlett como sustituta. Sin embargo, no se daría por vencido tan fácilmente; la unión de las dos manadas tenía que hacerse de cualquier modo.
Por eso había ideado un plan despiadado.
Scarlett debía meterse en la cama de Arzen, y luego él los sorprendería con un testigo. Así, el Alfa se vería obligado a tomarla como compañera, ya que el consejo de Alfas se lo exigiría si no quería desatar una enemistad entre las manadas.
—Date prisa, ¿qué esperas? —le instó con una voz cargada de veneno.
Scarlett tragó grueso y se aventuró por los oscuros pasillos del castillo. La ceremonia de unión se realizaría en el castillo de su padre, por lo que Arzen pasaría la noche como invitado antes de partir al día siguiente.
Cada paso que daba se sentía como una condena. Las sombras en los pasillos parecían alargarse, casi como si quisieran atraparla y detenerla. Su corazón latía desbocado y las lágrimas seguían cayendo por sus mejillas. Sentía que cada rincón oscuro del castillo susurraba su destino inevitable, y con cada paso, la desesperación la envolvía más y más.
Mientras tanto, en su habitación, Arzen se acostó en la cama y echó la piel de oso a un lado. La insatisfacción se apoderaba de él. Le preocupaba la desaparición de Ashly y cómo la cancelación de su unión ponía en riesgo su lugar como futuro Alfa. Las palabras de su amigo Dan resonaban en su mente, pero una vez más las hizo a un lado. No estaba dispuesto a unirse a una Omega sin estatus ni posición; al menos Ashly era una Beta.
Ofuscado por los recientes sucesos, bebió todo su hidromiel y dejó la copa con demasiada fuerza sobre la mesa. Sentía calor e inquietud, al igual que su lobo interior. Se puso de pie, se desvistió por completo y se dejó caer de nuevo en la cama, buscando el consuelo del sueño profundo.
En los pasillos, Scarlett no podía dejar de temblar, no de frío, sino de puro miedo. Caminaba con paso vacilante, subiendo la escalera. No podía creer que estuviera a punto de hacer algo tan bajo. Lo único que la mantenía avanzando era el recuerdo de la ira de su padre y la certeza de lo que le ocurriría si se atrevía a desobedecer.
—Camina deprisa y deja de temblar, m*****a sea —gruñó Sears detrás de ella—. Si sigues así, lo vas a despertar cuando te metas en su cama.
La advertencia hizo que dejara de temblar porque se quedó paralizada. ¿Cómo iba a ser capaz de meterse en la cama de ese hombre? Y sobre todo, ¿cómo iba a explicarlo si despertaba? Scarlett no podía estar más asustada. Quería salir corriendo y esconderse, pero si quería evitar que Lavinia fuera castigada, no tenía más opción que seguir.
—Detente —susurró Sears con dureza—. Esta es la habitación del Alfa —el hombre señaló la puerta.
Habían llegado al último piso de la torre del castillo. Por suerte, al Alfa le habían asignado una de las habitaciones más privadas, aunque eso no serviría de mucho cuando se desatara el escándalo.
—Date prisa, idiota —le gruñó con desprecio—. Entra.
Scarlett se aferró a sus brazos, no queriendo entrar.
—Por favor…
—¡Cierra la jodida boca y entra de una vez! —le ordenó Sears con impaciencia, apretando sus dedos alrededor del brazo de Scarlett con tanta fuerza que sintió que le rompería los huesos—. Si no lo haces, haré que esos cachorros que tanto proteges sufran lentamente. ¿Entendido?
Los ojos de Scarlett se llenaron de lágrimas, pero los ojos dorados de su padre, llenos de desdén y crueldad, le dijeron que no había escapatoria. Sears no tendría piedad. Con manos temblorosas, rodeó la manija de la puerta antes de abrirla y entrar en la habitación del Alfa.
CAPÍTULO 5: ATRACCIÓN.Scarlett cerró la puerta tras ella; sus ojos permanecían cerrados mientras la vergüenza la consumía.—Querida Diosa, perdóname —susurró.Cuando abrió los ojos, la luz de la luna se filtraba por la ventana, adornando con su brillo al cuerpo sobre la cama. El alto y fornido lobo ocupaba casi todo el lugar, y Scarlett se encontró tragando saliva, no solo por el miedo sino por las extrañas sensaciones que él despertaba en ella. Con solo 18 años, su lobo aún no había despertado; esa era otra de las razones por las que su padre la despreciaba.Era una Omega y, para colmo, sin un lobo.Apartó esos pensamientos de su cabeza y siguió adelante. No podía retractarse; si lo hacía, su padre lastimaría a Lavinia, y ella era como una madre para ella. Así que lo mejor era terminar con todo cuanto antes. Se llenó de valor y avanzó hacia la cama. Cuando lo vio más de cerca, se le encogió el estómago y su nerviosismo aumentó.«Todo terminará rápido», se dijo.Sus ojos azules escan
CAPÍTULO 6: REACCIÓN INCONTROLABLE.Por un momento, Arzen creyó que estaba soñando. Pero luego percibió el delicioso aroma y la presencia de una mujer a su lado. El suave aroma que emanaba de ella había puesto alerta a su lobo. Ónix había despertado y caminaba de un lado al otro; la hembra junto a él despertaba un deseo animal.«Maldita sea», bramó internamente. «Debí haber bebido más de la cuenta y ahora estoy imaginando cosas».Pero desechó la posibilidad de que estuviera soñando cuando su lobo reaccionó con más ímpetu ante la presencia femenina. No fue una pequeña reacción. Todo su cuerpo se erizó, su corazón latió salvaje mientras su sangre fluía caliente dentro de sus venas. Una especie de magnetismo y poder sobrenatural lo hacía no querer separarse de ella. Todos los músculos de su cuerpo vibraron, y Ónix gruñó ansioso por poseerla.«Mierd@, quizás he pasado demasiado tiempo sin estar entre los cálidos muslos de una mujer», se dijo, «y ahora esto me pasa factura».Sonrió y agrad
CAPÍTULO 7: UN ACTO DE SEDUCCION.Scarlett no podía respirar, primero por la sorpresa de saber que Arzen estaba despierto y segundo por las cálidas oleadas de sensaciones que él estaba despertando en ella. Era algo increíble, como fuego líquido corriendo por sus venas. Tenía el corazón agitado, no solo por ese extraño deseo, sino también por miedo.—Alfa... —ella balbuceó asustada y antes de que pudiera decir algo más, Arzen ya la sujetaba del cuello.—¿Así que la hija Omega Sears Moon es tan zorra como todos dicen? ¿O estás aquí con otro propósito? —gruñó Arzen, su voz resonando amenazante en la habitación.Cuando llegó a la manada, escuchó rumores de que la hija menor de Sears se acostaba con todos. Y que esa era una de las razones por las que el Alfa la despreciaba; la pequeña Omega no podía cerrar las piernas.—No... Alfa... yo...Scarlett intentaba hablar, pero el miedo y la falta de aire solo le permitían balbucear.—Por favor, Alfa... déjame explicarte... por favor...Arzen est
CAPITULO 8: SIN INOCENCIA.Arzen estaba haciendo uso de todo su autocontrol, pero Scarlett no se lo estaba poniendo fácil. No quería sucumbir a su seducción. Pero cuanto más se oponía, más fuerte se hacía la necesidad dentro de él. Su instinto animal predominaba.—No, Scarlett... —gruñó, tratando de contenerse—. No deberías estar aquí...—Pero estoy aquí —susurró ella, acercándose más—. Y tú me deseas.Así que, rindiéndose a sus propios deseos, la sujetó de la cintura y una especie de electricidad recorrió su cuerpo cuando sintió la delicada piel bajo sus dedos. Le fue imposible contenerse, de hecho, ya no quería hacerlo, así que bajó sus labios y le susurró al oído:—Me gusta la suavidad de tu piel.Su voz grave y seductora envió escalofríos por cada rincón del cuerpo de Scarlett. ¿Quién iba a pensar que un Alfa como él, con expresión feroz y fría, tendría una voz tan seductora?Sin embargo, más allá del deseo, el miedo también estaba presente y en ese preciso momento, ella se debatí
CAPÍTULO 9: UN PLAN EXITOSO.El Alfa se puso rígido y soltó una maldición. Apartó a Scarlett sin miramientos y salió de la cama, sintiendo como si se hubiera sumergido en un río helado. En un instante, los efectos del hidromiel desaparecieron, al igual que la lujuria que lo había dominado.—¿Qué demonios? Tú… ¿Tú eres virgen? —gritó, dirigiéndose a la ventana en dos pasos y abriendo la cortina, permitiendo que la luz de la luna inundara la habitación.Arzen miró a la mujer llorosa en la cama y su sangre se heló. La Omega era virgen; él había sido su primero, desechando todos los rumores que había escuchado sobre ella cuando llegó a la manada.Mientras tanto, Scarlett se abrazaba a sí misma, deseando poder desaparecer. Su largo cabello caía desordenado sobre su espalda, dando muestra de lo que acababa de ocurrir.—¡Maldita sea! —bramó Arzen furioso, golpeando con fuerza la pared—. ¿Por qué no dijiste nada? ¡¿Por qué te quedaste callada?!Caminó de un lado al otro como león enjaulado.S
CAPÍTULO 10: LUNA DE REEMPLAZO.En el salón principal del castillo, la tensión era palpable. Arzen y Scarlett habían sido descubiertos hace unas horas, y ahora Sears exigía respuestas.—No creas que vas a escapar de tus responsabilidades, Alfa Arzen. Lo que pasó se sabrá ¡en todo el Reino de Estia! —dijo Sears con voz firme y desafiante.Arzen dio un paso al frente, con una mirada amenazante y una sonrisa burlona.—Por supuesto, Sears, tú te encargaste de que así sea —contestó, haciendo una pausa, claramente refiriéndose a la criada y al beta—. Pero te equivocas si piensas que eso me importa.La rabia de Sears iba en aumento; no podía permitir que sus planes fallaran.—Pero la has desvirgado y, según la ley, corresponde que la hagas tu Luna. Tu honor de Alfa te obliga a unirte a ella, ¡sean cuales sean las circunstancias! —replicó Sears, con voz más alta y furiosa.Arzen sonrió con desdén.—¿Así? Das por sentado que yo sigo las mismas reglas que esta manada. Teníamos un acuerdo y tu hi
CAPÍTULO 11: VE CON TU FUTURO ALFAEn su habitación, Scarlett seguía siendo consolada por Lavinia. Aún no había podido salir del tumulto de emociones que había experimentado la noche anterior. Lentamente, le contó todo a su nana entre sollozos. La vieja Omega no dijo nada, solo se limitó a escucharla, mientras le acariciaba la cabeza y la dejaba llorar.—¿Qué vas a hacer ahora? —preguntó, una vez que Scarlett se calmó un poco.—No lo sé, nana. Mi padre se equivocó. El Alfa… el Alfa no es tonto y se dio cuenta de todo allí mismo. Pero lo que más me dolió fueron todas esas palabras crueles que dijo. Él… él dijo que yo… que yo… —Scarlett no podía repetir tal cosa; de solo recordarlo, la vergüenza la inundaba nuevamente—. Él no quiere unirse a mí, nana. Soy poca cosa, seguro.Lavinia le alzó el rostro y le dio una sonrisa indulgente.—No digas eso, mi niña. Tú no eres poca cosa. Pero debes entender que el Alfa está enojado. Dale tiempo para pensar y estoy segura de que se dará cuenta de q
CAPÍTULO 12: ÉL ESTÁ ESPERÁNDOTE.Scarlett respiró hondo, tratando de calmar el torbellino en su interior. Con una última mirada a Lavinia, salió de la habitación y descendió las escaleras hacia su destino. Mientras lo hacía de repente, los olores y sonidos a su alrededor se hicieron más intensos. Incluso podía escuchar el tic tac del reloj en la gran sala y el olor del pasto verde cerca de los límites de la manada llegó a su nariz.Se detuvo un momento confundida, cuando de repente un impulso inusual de correr por el bosque se apoderó de ella. En su interior su corazón latía con más fuerza, como si algo dentro de ella la instara a hacerlo.Su corazón comenzó a acelerarse y los sonidos y olores se hicieron más intensos.―Diosa… que… ¿Qué está pasando? ¿Qué está pasando? ―susurró tragando saliva y buscando calmarse.«Dentro de ti duerme un poder ancestral, un don que te he otorgado. Y es hora de que lo despiertes y encuentres tu verdadero lugar en este mundo»Lo que le había dicho la Di