CAPITULO 36: UN ALFA RECHAZADO (II) —Arzen… —susurró abrió los ojos y trató de apartarlo—. Arzen, basta… Pero el Alfa estaba perdido en su propio deseo y no la escuchaba. Él solo quería seguir hasta el final del camino, calmar ese fuego que había dentro de él. —Arzen… —Scarlett esta vez habló más alto y trató de apartarlo—. Dije que no. —Shh —el sonrió y acunó su cara—. Lo deseas como yo… —afirmó—. Puedo sentirlo. Iba a besarla cuando Scarlett apartó la cara. —No. No quiero —dijo decidida—. Vete. Las cejas de Arzen se fruncieron y no comprendió del todo su cambio. Hasta hace un momento estaba perdida por su toque, derritiéndose por sus besos. ¿Qué cambió? —Scarlett… —Dije que te fueras —repitió ella, esta vez mirándolo—. No quiero que me toques… esto… esto no es parte de nuestro acuerdo. ―Pero… Ella no quería escucharlo, si lo hacía corría el riesgo de ceder y no podía permitirlo. Por lo tanto, tomó medidas extremas. —Sal de mi cama — ordenó y sacando fuerza de su interio
CAPÍTULO 37: VOY A MATARLOMientras tanto, relativamente cerca del castillo, Evelia abría la puerta de su cabaña.—Llegas tarde —se quejó.—Lo lamento, mi señora —se disculpó el sirviente—. Tuve que esperar a que todos se fueran a sus camas; usted pidió que no fuera visto.La loba torció los labios e hizo una seña para que el centinela entrara. El hombre era parte de la seguridad del castillo y estaba estúpidamente enamorado de ella. En otro momento, lo habría mandado al diablo, pero por ahora lo necesitaba. Tenía que saber cuáles eran los movimientos de Scarlett en el castillo y, sobre todo, saber lo que ella y Arzen hacían.Cerró la puerta y fue al grano.—¿Lo hiciste?—Sí, mi señora —dijo el centinela, mojándose los labios—. Hice lo que me pidió.Evelia fingió una sonrisa y llevó las manos al nudo de su bata.—Bien, entonces, cuanto mejor sigas mis órdenes, mejor serás recompensado.La abrió lentamente, dejándole ver su cuerpo desnudo.—Ahora ven y disfruta de tu premio —se acostó s
CAPÍTULO 38: DEBES ENCONTRAR A TU COMPAÑERO. En el estudio del castillo, Arzen y Dan miraban sus manos, perdidos en sus propios pensamientos. Fue Dan quien habló primero después de un rato de silencio. —¿Se puede saber qué te pasa? Tienes cara de perro amargado —dijo, con una ceja levantada. Arzen evitó la mirada de su amigo y se dirigió hacia la licorera para servirse un trago de hidromiel. —Y es muy temprano para beber —agregó frunciendo el ceño—. ¿Qué te pasa? El Alfa ignoró el reproche, se sirvió un vaso, lo bebió de un trago y se sirvió otro. Dan lo observaba con preocupación. —Sí, lo que sea que te esté pasando es grave —murmuró. Arzen dejó el vaso en la licorera y se mesó los cabellos con frustración. Dan tenía razón: estaba amargado, enojado y frustrado. Aún podía escuchar las palabras hirientes de Scarlett resonando en sus oídos. —¿Me vas a decir o no? —Dan comenzaba a perder la paciencia. Y finalmente Arzen se giró para enfrentar a su amigo. —Solo si tú me
CAPITULO 39: ¿CUÁL ES LA NATURALEZA DE TU RELACION?Scarlett entró a la cabaña de la sanadora seguida de Lavinia. Apenas puso un pie dentro, el olor a hierbas inundó su nariz, mezclado con el tenue aroma a incienso quemado. Las paredes estaban cubiertas de estantes llenos de frascos con ingredientes exóticos y plantas secas colgaban del techo. Una mujer de cabello blanco, con arrugas que denotaban años de experiencia, le dio una sonrisa cálida.—Buenos días, mi señora —dijo la mujer. ―Mi nombre es Lucerna.Scarlett sonrió levemente y tomó asiento.—Supongo que mi nana le ha hablado de mi situación, —comentó Scarlett.La sanadora asintió.—Sí, Lavinia y yo hemos hablado de muchas cosas en estos días.—Bueno, entonces quisiera saber cómo hacer para despertar a mi loba, ―Scarlett fue directo al grano. ―Además… tuve un sueño con ella —dijo, mirándola seriamente—. En mi sueño, ella me dice que tengo que encontrar a mi compañero, que es la única manera de que ella despierte completamente. ¿
CAPITULO 40: NO COMPARTO MI COMPAÑERA. Arzen había pasado la noche anterior reflexionando sobre sus sentimientos hacia Scarlett. Aunque no podía negar la atracción que sentía, el miedo a perder su posición como Alfa lo mantenía en guardia. Pero verla con Kael solo intensificaba su confusión y celos. —Yo... estaba hablando con Kael —balbuceó Scarlett. Algo en la expresión de Arzen la atemorizó y ella dio un paso hacia atrás. —Ya veo. —Arzen le dio una mirada breve, y luego centró su atención en Kael, con un profundo desdén en su rostro— Pero harías bien en recordar que ahora eres mi compañera y estás fuera de los límites de todos los demás. Sintiendo su cara quemarse con su indirecta, Scarlett trató de defender sus acciones. —Estábamos hablando, no tienes por qué ser tan grosero. ―¿Grosero? ―Arzen dio un paso amenazador hacia ella, sus ojos furiosos no dejaban de mirarla. ―Pues déjame dejarlo claro aquí y ahora, Scarlett. ―cambió la mirada hacia Kael. ―No aprecio que otros hombres
CAPÍTULO 41: REUNIÓN CLANDESTINAMientras tanto, en el salón del trono del castillo de Sears, tres hombres tenían una reunión clandestina.―¿Estás seguro de que lo hará, Sears? ―preguntó Daemon, el padre de Grayson, con una ceja levantada―. No sé por qué, pero esa Omega no se me hace tan tonta. Escuché que logró hacer que Evelia saliera del castillo. ―El lobo sonrió y añadió―: Y mira que nadie había logrado que el estúpido de mi sobrino se deshiciera de ella. Y no podemos arriesgarnos a ser descubiertos.―No te preocupes, lo tengo bajo control. ―dijo tranquilizándolo.Inicialmente, Sears quería obtener el apoyo de la manada Luna Oscura. Para lograrlo, hizo un hechizo que le dio a Ashly las características de la loba de la profecía de la madre de Arzen. Su plan era que, si Ashly se convertía en la compañera del Alfa Arzen, él conseguiría el respaldo de esa poderosa manada.Pero luego, Daemon y Grayson le presentaron un plan mejor. Le dijeron que, en lugar de controlar solo una manada, p
CAPÍTULO 42: UN CONSEJO INSATISFECHO.―¡NO!Arzen se encontraba frente al consejo de ancianos de la manada, sus manos se abría y cerraban, sus sienes latían y su respiración era agitada. Estaba enojado, ya que ellos le habían pedido que tuviera un heredero cuanto antes. La solicitud lo tomó por sorpresa y se negó rotundamente.Uriel, el anciano mayor, intervino.—Arzen, deja de ser tan testarudo. Todos en la manada murmuran que no te llevas bien con tu luna. Tener un hijo juntos no solo consolidará tu posición, sino que también dará tranquilidad a la manada.Un torbellino de emociones se agitó dentro de Arzen ante la posibilidad de que Scarlett se convirtiera en la madre de sus cachorros. Por un momento, se la imaginó embarazada de su bebé, pero rápidamente desechó esos pensamientos. En tono bajo, le dijo a Uriel:—Recuerda que mi unión con Scarlett es temporal.El viejo lobo asintió comprensivo.—Lo sé, pero ahora debes pensar en lo mejor para ti y la manada.Arzen lo miró impotente y
CAPÍTULO 43: UN VESTIDO.—O sea, ¿estás aceptando que tienes sentimientos por ella? —Dan preguntó, atento a las reacciones de su amigo.—No. Lo estoy haciendo por la manada, nada más —respondió Arzen, tajante.El beta alzó una ceja y contuvo una sonrisa.—Sí, claro.—¿Qué? Eso es parte de sus obligaciones como Luna.—Ay, por la Diosa, Arzen, ¿no te das cuenta de que el único que se cree su mentira eres tú? Se te nota, que esto es más que una obligación. ―Dan suspiró y miró serio a su amigo. —Sinceramente, ya estoy cansado.—¿Cansado? ¿De qué? ―el alfa estaba comenzando a arrepentirse de haberle contado.—De tu estupidez. ―respondió Dan ―Eres un alfa, por la Diosa. Toma a la chica, márcala y sé feliz, ¿qué tan complicado puede ser? Arzen apretó la pluma de fénix en su mano.—No es tan simple, Dan. Y tú lo sabes.—Sí, sí, la tonta profecía de tu madre —el beta hizo una mueca de disgusto y tomó asiento delante de Arzen—. Oye, nada garantiza que sea verdad. Vamos, ¿cuántos años han pasado