—¡No se trata de dinero, es una cuestión de dig...! —¡Ay por favor, no diga "dignidad"! El hecho de que me vea gracioso con la peluca reglamentaria no quiere decir que haya cruzado medio mundo para que usted se crea que soy un payaso —replicó John con sorna—. ¡Esto es por dinero! ¿O me va a negar q
—Es que no tengo que jurarlo, solo basta una prueba de paternidad para probar esto —replicó Maddi encogiéndose de hombros—. El drama mejor déjelo para su club de teatro que aquí nadie vino a perder tiempo. El asunto es simple: el señor King no puede tener hijos, yo estoy dispuesta a darle en adopció
La expresión de Maddi era relajada y sincera mientras aseguraba que ella no le gustaba, así que la de James era sorprendida y curiosa. ¿Ella de verdad pensaba eso? ¿Que no le gustaba? El juez se dirigió a ella y le hizo una sola pregunta. —Señorita Grant, ¿usted estaría de acuerdo en hacerse una p
—¡No, James, claro que no! —¿Entonces por qué insistes con esto? —¡Porque yo tampoco quiero que lo hagas solo porque no tienes más opciones! —exclamó Maddi, aunque en el fondo sabía que la única razón por la que estaban allí era porque él de verdad no había tenido más opciones. James se metió las
El juez levantó las cejas con un gesto de sorpresa mientras John le entregaba los documentos que avalaban que las acciones de James King habían regresado a la familia dos años atrás. —¿Alguna razón en particular para que esto pasara? —Sí, mi madre me desheredó por casarme con Sabrina —replicó Jame
Maddi quedó aturdida y con el corazón latiéndole desbocado en el pecho mientras James la tomaba entre sus brazos y la besaba apasionadamente. Podía sentir su lengua jugueteando en su boca y sus dientes mordiendo su labio inferior. Pero la sorpresa cedió en el mismo momento en que ella cerró los ojos
Lo que ninguno de los dos esperaba era que Meli y Nathan decidieran continuar la celebración en su casa, y luego se le sumaron John, Will, Connan, la nena, y tuvieron la mejor tarde del mundo compartiendo en familia. Todos estaban felices, pero Maddi y James no dejaban de mirarse, y casi siempre co
No le costó demasiado dormirse, después de todo había sido un día intenso y estaba muy cansada, pero ni siquiera habían pasado diez minutos cuando Maddi comenzó a sentir aquel calor desesperante que recorría su cuerpo. Pateó las mantas y se revolvió en la cama, pero seguía sudando y sus pupilas se m