—Claro que no, pero tengo la paranoia disparada —Rex hizo un puchero—. Y ahora que te subiste sobre mí... otra cosa también. —¿En serio? —Sophi se remeneó sobre él, sintiendo la dureza de su erección despertar contra su intimidad a través de la tela—. ¿Y qué tengo que hacer para que te vayas a trab
Cuando Sophia entró al edificio de oficinas de King´s Holding Corporation, ya su padre la estaba esperando. Aunque Nathan ya no estaba activo como CEO, cualquier preocupación de su hija la hacía suya, así que si ella había que pasar un mal rato, él prefería estar ahí para respaldarla. Subieron junt
—Si puedes bailar con tu padre con él. Sophi le tendió los brazos como si todavía tuviera siete años y muy emocionada ensayaron aquel primer baile padre-hija. Ahora cuando Sophi hiciera aquella misma visita con Meli, al menos ya tendría varios vestidos en mente. Nathan mandó a apartarlos todos y s
Sophi retrocedió dos pasos mientras cerraba los ojos, luego simplemente se dio la vuelta y buscó la puerta más cercana. No podía creer lo que aquel hombre estaba diciendo y las manos le temblaban tanto que si se quedaba en medio de aquella música y aquellas luces estaba segura de que empezaría a con
Terminó en ese mismo instante la despedida de soltero y condujo hacia la casa con el corazón acelerado. Cuando llegó, Sophi estaba descalza, despeinada y con el maquillaje corrido de llorar, sin que nada de eso le importara. Rex se detuvo frente a ella, pero no se atrevió a abrazarla, porque en la
Rex y Meli se miraron, porque sabían que Sophi no iba a quedarse callada. —Nena... escucha —murmuró él abrazándola—. Tómate unas horas para pensar en esto, para calmarte. Y mañana temprano... bueno mañana temprano hablas con tu padre. ¿De acuerdo? Ella asintió y Meli se despidió de ellos para ir a
"LO SIENTO, PERO NO PUEDO PERDONARTE LO QUE ME HICISTE. NO ME PUEDO CASAR CONTIGO". Aquellas palabras parecían simples, pero no lo eran, al menos no para Rex. Y el acento calmado de Nathan no ayudaba en nada. Antes de que Meli siquiera colgar la llamada, Rex ya estaba corriendo hacia la puerta, ha
—¡No! —gritó—. ¡Las oportunidades se ganan, no se reclaman! ¡Usted no es mi padre, Nathan King es mi padre, él es el único que ha estado ahí para mí cuando lo he necesitado! —¿Y qué? —preguntó Edgar amargamente—. ¿Por qué tiene él que quedarse con mi hija? ¡Yo fui quien debió estar ahí, y criarte..