Julie se pone de pie de inmediato al ver su acción y lo mira perpleja.—¿Pero qué haces?—No te llevaré… No te irás. ¡No así! Hablaremos sobre esto primero.—¿Y a ti qué te importa si esto me afecta o no? ¿Qué importa lo que yo opine? No soy quien para juzgarte, no te conocía Marcos —Gime y se muerde el labio para detener un sollozo—. Estás en todo tu derecho de tener una vida, una historia antes de mí, yo también la tengo créeme. Lo injusto y lo que sí me molesta, es que hayas permitido que por mi tristeza, dejases que esto sucediera. ¡Esto no está bien! No es correcto.—Julie… —El ladea la cabeza y su mirada demuestra angustia total. Ella le gusta, por increíble que suene y por el poco tiempo que tiene de conocerla, le atemoriza perderla de esta manera cuando todo apenas comienza— Las cosas no son como tú piensas.—Sí. —Enfatiza— Las cosas sí son como pienso. ¡Esto está mal! Yo no vine a Italia para esto. Vine para despejar mi mente, para librar a mi corazón de penas. No para involu
Tomando asiento en uno de los sillones frente al escritorio de su amigo, el rubio ve como Marcos se pone de pie para gritar:—¿Me puedes explicar qué fue eso? ¿Cómo que debo sacar a Julie de la ciudad y quién quiere matarla?Luciano asiente y cruzándose de brazos responde:—Junto con la policía federal, gracias a uno de tus contactos, dimos con el creador de lo acontecido con Julie ayer.—¿Cómo así? ¿Y porque tú no me contaste nada al respecto anoche? ¿Por qué no me llamaste?—Discúlpame Marcos, pero ayer tú estabas más allá que acá.El italiano frunce el ceño a más no poder y el rubio se apresura en decir:—No estabas en tus cinco sentidos. ¿Si me entiendes? Después de que te dieron ese sedante o calmante para el dolor... ¡Que se yo! Tú solo dormías —Resopla—. Y no llamé porque te deje en buenas manos… Aparte, estaba muy ocupado con Eliza. Esa chica realmente es absorbente, más sin embargo, saque tiempo para llamar amistades y hacer mis investigaciones.Marcos desvía la mirada y los
Después de cambiarse de ropa y de ponerse la pijama, Julie cae de costado sobre la cama y arropándose por completo ella observa hacia la ventana y deleitándose con la belleza de la noche, ve el cielo estrellado en su máximo esplendor.Un sollozo la abandona y suspirando susurra:—Nunca debí venir… Nunca.La puerta de su habitación es tocada dos veces y ella se gira para espetar:—Quiero estar sola. ¡Gracias!—Julie… —La voz de Luciano la hace aguantar un gemido de dolor.Todo le recuerda a su italiano de ojos exóticos.Todo. —Déjame sola por favor.Este ignora su pedido y se adentra en la habitación lo cual la enojar y sentándose de mala gana en la cama ella espeta:—¿Qué no entiendes que quiero estar sola?—Sé lo que pasó.Julie guarda silencio y le sostiene la mirada mientras lo ve tomar asiento en la cama de Eliza.—Marcos estuvo mal, lo sé. Él también lo sabe. Lo reconoce y lo acepta. Pero merece que le des una oportunidad de explicar su situación y si después de saberla aún no q
Ambos toman asiento en la cama de Julie y ella se sienta en las piernas de Marcos al este no dejarle alternativa.Ya más tranquilos, el sonríe al abrazarla con fuerza. No quiere soltarla, por nada del mundo.Sentir que la había perdido, así solo hubiese sido por unas cuantas horas, fue sumamente doloroso para él.Así que tenerla en sus brazos y en su regazo nuevamente, es como todo un sueño.—Eres tan preciosa… Hasta llorando. Pero no lo hagas, me hiere si es por mi causa y aunque no lo fuese, también. —Susurra contra su cuello.Ella se gira para así poder estar frente a él y verlo a los ojos.Esos ojos tan exóticos.Tan hermosos…«¡Me tientan como loca! Con esa mirada le perdonaría todo. Lo que sea, lo que fuese.»Aunque no debería, su mentira me ha dolido más que nada. Pero no puedo evitarlo, todo con él es tan diferente…—¡Basta! —Ella gime extasiada.—¿Qué? —Susurra burlón a lo cual Julie pone los ojos en blanco.—¡Tú sabes lo que haces! —Le da una palmada juguetona contra su ampl
Después de tal intenso beso, Marcos se pone de pie con Julie en brazos, pero gime al sentir una leve punzada de dolor en su antebrazo herido.—No me cargues —Ella susurra con ternura—... Bájame, recuerda tu herida.—No. —El gime contra su boca y la acuesta nuevamente en su cama— No quiero soltarte.Julie rueda los ojos pero luego sonríe con ternura de nuevo. Todavía le cuesta creer que él sea tan perfecto ante sus ojos.Que su trato hacia ella sea tan delicado y cariñoso.Le cuesta creerlo pero le fascina.A pesar de lo ocurrido, a pesar de la mentira. Sí, le fascina.—No seas terco. —Le dice mientras lo abraza de vuelta.—No lo seas tú. —El réplica mientras le acaricia la espalda con ambas manos— Debo decirte algo más… Es que aún tenemos tanto de que hablar. —Murmura contra sus labios— ¿Te puedo pedir una cosa?Julie asiente mientras le sostiene la mirada y le corresponde un beso.—Después de lo sucedido, temo por tu seguridad —El detalla su rostro con precisión, no quiere perder de
Mientras tanto… Eliza salta de la cama cuando su alarma comienza a sonar sin parar y de manera estruendosa. Luciano la sigue al también ponerse de pie en un salto y mirar hacia todas partes algo agitado ante el escándalo.Cuando el rubio capta que el ruido proviene de un pequeño aparato el cual es muy parecido a un reloj, lo agarra y lo tira al piso.Eliza palidece ante lo visto pero luego bosteza y camina hacia él para agacharse y recoger el despertador.—¡No tires mis cosas! —Espeta soñolienta— No mi alarma, sin ella no puedo vivir.—Lo siento. —El susurra— Me asusté.Eliza asiente con la cabeza y se gira para caminar hacia la cama de su amiga, pero se detiene a mitad de camino al no verla allí.—¿Julie? —Susurra su nombre pensando que ella esté en el baño.—¡No está! —Luciano espeta— Se han ido, mira.Eliza palidece.—¿Qué? Pero…Ella pierde la voz cuando Luciano se da vuelta y le entrega una nota.—Es la letra de Marcos. Está con él, se la llevó a su casa. —El rubio le entrega la
Caminando tomados de las manos por el estacionamiento de la agencia, Julie susurra:—¡Esto es increíble! Esta es la agencia más grande que he conocido en toda mi corta vida. Y vaya que he conocido muchas.—Y eso que aún no has visto nada —El sonríe—. La agencia que te dirige en Londres debería mejorar el manejo de sus modelos. ¿Sabes a qué me refiero? —Se aclara la garganta — Exponerlos más, no hacerlos tan exclusivos. Deberían pensar más en grande... No sé, no dejarlos solo estancados en Europa, sino hacerlos más internacionales.Julie asiente.—Estoy de acuerdo, supongo que no lo hacen por temor a perdernos, ya sabes… Que nos salga un contrato más jugoso. —Ella ríe al escucharlo reír.—Y en eso tienes toda la razón, porque yo pagaría el precio que fuera por tí. —Susurra eso último en voz alta.Julie detiene su andar al escucharlo decir tal cosa y por instinto Marcos también lo hace, aunque no suelta de su mano en ningún momento. Ella le sostiene la mirada con fuerza y con la misma i
—¿Estás bien? —Ella pregunta mientras lo ve tomar asiento en su silla ejecutiva y luego la sienta en su regazo.La mirada fija de Marcos hacia la puerta, hace que Julie se pregunte a sus adentros qué puede tenerlo así. Más allá de lo yá vivido, sabe que él está batallando con algo más fuerte de lo que tan siquiera ella pueda imaginar.«Sé que hay algo que te está atormentado y aún no me has dicho. ¿Pero qué? ¿Tendrá su suegro algo que ver?» —Marcos… —Ella susurra a pocos centímetros de sus labios mientras acaricia sus mejillas con ambas manos— Por favor, dime, ¿Qué tienes? ¿Qué sucede? ¿Hay algo que pueda hacer por ti?En vista de que no obtiene respuesta, ella va a ponerse de pie para buscarle un vaso de agua. Pero Marcos no se lo permite al tener ambos brazos rodeando su cintura con fuerza.No la quiere lejos, no quiere soltarla. Sabe que su vida está pendiendo de un hilo después de lo que a hecho.Retar a su peor enemigo y suegro frente a todos, en la sala de juntas…Hacer eso no