• 13:00 PMTomando de su abrigo, Marcos se prepara para salir de la oficina cuando siente que abren la puerta e irrumpen en ella. Al girarse, ve a su mejor amigo Luciano entrar y caminar hacia su escritorio con evidente molestia.—¿Me puedes explicar lo que está pasando, por favor?Marcos deja escapar un suspiro y sentándose nuevamente en su asiento ejecutivo, se cruza de brazos para decir:—Estoy con Julie.Luciano resopla y girando de forma exasperada, lo enfrenta:—¿Pero cómo que estás con Julie? ¿Si te das cuenta que acabas de conocerla? ¡Te vas a casar en menos de tres semanas! —Grita eso último.«El momento ha llegado, es tiempo de decirle la verdad.» Cubriéndose el rostro con ambas manos, Marcos cierra los ojos y soltando el aire contenido, susurra:—Mi compromiso con Franchesca solo es una fachada, Luciano. Creí habértelo dicho...Este palidece y cayendo de culo sobre el sillón frente al escritorio de su amigo, espeta:—¿Cómo se te ocurre no contarme algo como eso? ¡Soy tu me
Temblorosa, Julie observa como los cuatro hombres que la siguieron e intentaron robarla, esperan por ella afuera, en la acera frente a la tienda.Tiene miedo, ya que ellos en cualquier momento pueden hacer lo mismo que ella, adentrarse al lugar y aparentar de que algo compraran cuando no es así, para luego atacarla.Ahora, se arrepiente una y mil veces de haber salido sola de la casa de hospedaje. Debió aceptar cuando el señor Fabricio, el taxista, se ofreció a esperarla, pero no.Por terca y para no disque dar molestias no aceptó su generosidad y lo dejó ir. Ahora esta sola, aterrada, en un país que no conoce, mucho menos la zona donde se encuentra.Del terror, hasta se olvidó en qué municipio de la ciudad se encuentra.Quizo salir para comprarle un detalle a Marcos antes de verlo, en agradecimiento por el hermoso gesto que tuvo hacia ella.Pero nunca imaginó que su vida estaría en peligro. Milán no parece una ciudad peligrosa, al contrario, aparenta ser igual de segura que Londres.
• Cinco horas después… Marcos es dado de alta y después de todos los trámites, testimonios e interrogatorios de la policía por lo acontecido, los tres por fin pueden irse de la comisaría.Luciano conduce a casa de Marcos mientras éste duerme en los brazos de Julie, quien lo acuna en su regazo con fuerza.Sigue sin poder creer lo ocurrido y todo lo que Marcos hizo por ella. Y también su amigo, Luciano. A quien ella le agradece al verlo estacionar el convertible frente a la hermosa casa.Y antes de que el rubio bajase del auto, ella susurra:—Gracias, Luciano.El se gira para verla y sonriéndole asiente con la cabeza.—Es enserio. De verdad, muchas gracias —Su voz flaquea—. Tú no tenías porque ir y sin embargo lo hiciste. Viniste junto a él para ayudarme sin saber a lo que se exponían, no lo dejaste solo y, te lo agradezco.—Jamás lo dejaría solo —Susurra, para luego responder burlón—. Mucho menos en el estado que se encontraba, si lo hubieras visto. Después de tu llamada, palideció, e
Después de preparar juntos la cena, ambos deciden comer mientras ven una película en la sala de estar y cuando esta finaliza, Julie toma distancia de su amplio pecho y susurra:—¿Hace mucho que vives aquí?Marcos ladea una sonrisa y ladea la cabeza, negando y asintiendo al mismo tiempo. Un tanto indeciso.—¿Qué significa eso? —Ella dice mientras ríe.—Esta es la casa de mis padres, bueno... —El se aclara la garganta y se corrige— Era.—¿Puedo saber por qué era, dónde están?—Muertos. —El dice tajante, sin chistar aunque perdido en pensamientos.Julie pone los ojos en blanco y sin poder evitar la vergüenza y sonrojes, susurra:—Ay, Marcos perdona mi imprudencia, lo siento mucho.El niega con la cabeza otra vez y dice:—No te preocupes, iba a hablarte de ello igualmente, aunque creo haberte mencionado ayer lo de mi madre —El la ve asentir y prosigue—. Es lo justo si también quiero saber más de tu vida.—Es cierto, me hablaste de tu madre, lo había olvidado, lo siento... Con todo lo ocur
Julie se pone de pie de inmediato al ver su acción y lo mira perpleja.—¿Pero qué haces?—No te llevaré… No te irás. ¡No así! Hablaremos sobre esto primero.—¿Y a ti qué te importa si esto me afecta o no? ¿Qué importa lo que yo opine? No soy quien para juzgarte, no te conocía Marcos —Gime y se muerde el labio para detener un sollozo—. Estás en todo tu derecho de tener una vida, una historia antes de mí, yo también la tengo créeme. Lo injusto y lo que sí me molesta, es que hayas permitido que por mi tristeza, dejases que esto sucediera. ¡Esto no está bien! No es correcto.—Julie… —El ladea la cabeza y su mirada demuestra angustia total. Ella le gusta, por increíble que suene y por el poco tiempo que tiene de conocerla, le atemoriza perderla de esta manera cuando todo apenas comienza— Las cosas no son como tú piensas.—Sí. —Enfatiza— Las cosas sí son como pienso. ¡Esto está mal! Yo no vine a Italia para esto. Vine para despejar mi mente, para librar a mi corazón de penas. No para involu
Tomando asiento en uno de los sillones frente al escritorio de su amigo, el rubio ve como Marcos se pone de pie para gritar:—¿Me puedes explicar qué fue eso? ¿Cómo que debo sacar a Julie de la ciudad y quién quiere matarla?Luciano asiente y cruzándose de brazos responde:—Junto con la policía federal, gracias a uno de tus contactos, dimos con el creador de lo acontecido con Julie ayer.—¿Cómo así? ¿Y porque tú no me contaste nada al respecto anoche? ¿Por qué no me llamaste?—Discúlpame Marcos, pero ayer tú estabas más allá que acá.El italiano frunce el ceño a más no poder y el rubio se apresura en decir:—No estabas en tus cinco sentidos. ¿Si me entiendes? Después de que te dieron ese sedante o calmante para el dolor... ¡Que se yo! Tú solo dormías —Resopla—. Y no llamé porque te deje en buenas manos… Aparte, estaba muy ocupado con Eliza. Esa chica realmente es absorbente, más sin embargo, saque tiempo para llamar amistades y hacer mis investigaciones.Marcos desvía la mirada y los
Después de cambiarse de ropa y de ponerse la pijama, Julie cae de costado sobre la cama y arropándose por completo ella observa hacia la ventana y deleitándose con la belleza de la noche, ve el cielo estrellado en su máximo esplendor.Un sollozo la abandona y suspirando susurra:—Nunca debí venir… Nunca.La puerta de su habitación es tocada dos veces y ella se gira para espetar:—Quiero estar sola. ¡Gracias!—Julie… —La voz de Luciano la hace aguantar un gemido de dolor.Todo le recuerda a su italiano de ojos exóticos.Todo. —Déjame sola por favor.Este ignora su pedido y se adentra en la habitación lo cual la enojar y sentándose de mala gana en la cama ella espeta:—¿Qué no entiendes que quiero estar sola?—Sé lo que pasó.Julie guarda silencio y le sostiene la mirada mientras lo ve tomar asiento en la cama de Eliza.—Marcos estuvo mal, lo sé. Él también lo sabe. Lo reconoce y lo acepta. Pero merece que le des una oportunidad de explicar su situación y si después de saberla aún no q
Ambos toman asiento en la cama de Julie y ella se sienta en las piernas de Marcos al este no dejarle alternativa.Ya más tranquilos, el sonríe al abrazarla con fuerza. No quiere soltarla, por nada del mundo.Sentir que la había perdido, así solo hubiese sido por unas cuantas horas, fue sumamente doloroso para él.Así que tenerla en sus brazos y en su regazo nuevamente, es como todo un sueño.—Eres tan preciosa… Hasta llorando. Pero no lo hagas, me hiere si es por mi causa y aunque no lo fuese, también. —Susurra contra su cuello.Ella se gira para así poder estar frente a él y verlo a los ojos.Esos ojos tan exóticos.Tan hermosos…«¡Me tientan como loca! Con esa mirada le perdonaría todo. Lo que sea, lo que fuese.»Aunque no debería, su mentira me ha dolido más que nada. Pero no puedo evitarlo, todo con él es tan diferente…—¡Basta! —Ella gime extasiada.—¿Qué? —Susurra burlón a lo cual Julie pone los ojos en blanco.—¡Tú sabes lo que haces! —Le da una palmada juguetona contra su ampl