Hace un mes murió mi padre, el gran jefe de la mafia en todo Estados Unidos y Reino Unido. Después de su muerte me convertí en la cabecilla de la organización, pero a pesar de la fuerza que he demostrado, sus enemigos ven su muerte como la perfecta oportunidad y me consideran vulnerable. Harán lo que sea para quitarme del camino y en este mundo solo hay una manera de quitar los estorbos del camino...
—¡Dispara de una m*****a vez Lucas! —le grité impetuosamente.—¡Lo estoy haciendo carajo! —respondió indignado— Pero son muchos Reina, hemos tenido muchas bajas debemos ¡Largarnos! —continuó diciendo.—¡Allá! —le dije señalando la fábrica frente a nosotros y juntos empezamos a correr hacia ella.Mi nombre es DAPHNE KING, pero nadie me llama así, no se los permito. Sólo dos personas sobre la tierra me han llamado por mi nombre y ambos ya están muertos, ellos son mis padres.Llevo 25 años en este mundo, es ¡Mi mundo!, El único que conozco desde que tengo memoría, aquí pertenezco y mi único objetivo en la vida es convertirme en la ¡Reina de la mafia!. Hacerme un lugar y nombre, y que cada uno de mis enemigos entiendan que aunque mi padre murió, el trono no quedó vacío.Lucas (Alias camaleón), es mi hombre de confianza.—¿¡Estás asustada niñita!? —escuché a "Lagarto" preguntar mientras yo permanecía escondida detrás de unos tanque.Estábamos recibiendo un importante cargamento cuando de repente el cartel del norte, liderado por su líder Jeffrey (Alias lagarto) llegaron con una lluvia de balas y en pocos segundos estábamos hasta el cuello de m****a. No sé quien les aviso, pero mientras mi padre vivía no se atrevían hacer algo así, sin embargo había un hecho irrefutable en todo esto, ¡No iban a salir con vida! Y les demostraría que conmigo tampoco deben meterse. Aprendí del mejor, mi padre.—¡El gran faraón ya murió, es tiempo de que yo tome su lugar y tú me estorbas! —vociferó a boca llena."EL FARAÓN" el alias de mi padre, recuerdo que cada vez que me enojaba con él lo llamaba así y él lo odiaba, y me decía: "Preferiría que me dijeras Gustavo", ese era su nombre real.Empuñe mi arma con firmeza y fruncí el ceño con frustración.<<¡Maldita sea! ¿Por qué justo ahora te estoy recordando, papá?>> pensé enojada con mis propios sentimientos.A unos pasos de mi está Lucas, lo miro con determinación y de inmediato esa expresión tan tipica de "Lo que estás pensando en hacer no lo hagas" aparece en su rostro.Cierro mis ojos lentamente, respiro profundo y contengo la respiración por un instante centrándome en mi entorno. A los lejos se escucha un goteo continuó que seguramente vendrá de alguna fuga en una de las tuberías viejas de esta fábrica abandonada, y al mismo tiempo escucho el leve sonido de unos pasos acercándose a mi. Abro mis ojos y miro hacia todos lados buscando una alternativa, una idea; y en ese instante bajo la mirada al suelo y observo unas piedras esparcidas sobre el, así que tomo una y la lanzó con un poco de fuerza hacía mi izquierda y está cae hacia el otro extremo de la fábrica.Escucho aquellos pasos detenerse a mitad del camino hacia mí y al asomarme con cautela observó a "Lagarto" dirigirse con una sádica sonrisa al otro extremo de la fábrica en donde se produjo el sonido, mientras le hace señas a sus peones para que lo sigan.—Se que debes de estar asustada, pero te prometo que si sales no te haré daño, está claro que una mujer no sirve para este negocio, ríndete y te prometo darte un buen lugar como una de mis prostitutas, ¿Qué dices Reinita? —preguntó burlándose.Esperé pacientemente mientras él se acercaba a mi trampa. Observe como les indicaba con una señal a sus hombres para que se adelantasen al lugar de mi supuesto escondite y cuando estos lo rodearon apuntando con sus armas, su cara de desconcierto al no encontrarme fue mi señal.Me levanté rápidamente y apunté hacia ellos.—¡Vete al infierno m*****a lagartija! —solté con desagrado y al mismo tiempo le disparé a aquellos tanques, los cuales estallaron inmediatamente.Sin perder tiempo me tiré al suelo y rodé hacia el lado opuesto hasta llegar a Lucas.—Salgamos de aquí, este maldito edificio se caerá en pocos segundos —dije mientras sentía la estructura de la fábrica temblar y escombros empezaban a caer en todos lados.—¡Un día de estos vas a matarnos! —expresó Lucas con enojo, y yo en respuesta solo volteé los ojos y empecé a correr hacia la puerta, por la cual iban entrando tres subordinados de "Lagarto"; ni siquiera los dejamos parpadear cuando ya estaban en el suelo con una bala en el cráneo.Logramos salir del edificio y apuntamos a todos lados buscando si queda algún otro enemigo.—Tal parece que ya eran todos los que quedaban —dijo Lucas —Eliminamos a más de la mayoría antes de entrar a la fábrica, seguramente esos tres se quedaron a vigilar —continúo.Lo miré sin decir palabra alguna y volví mi mirada a la fábrica.—Larguémonos de aquí, esto va a estallar y la policía no tarda en llegar —dije mientras empezaba a caminar rápidamente y sentía la mirada de desaprobación de Lucas.Llegamos rápidamente al auto y ambos subimos; yo en el asiento del piloto y él a mi lado.—Deja de actuar de esa forma tan extremistas, terminaras matándote a ti misma —me reprochó con enojo mientras yo arrancaba a toda velocidad.—Deja de quejarte o cámbiate el maldito pañal de una ¡Buena vez! —espeté.Lucas me miró fijamente unos segundos sin decir nada y luego soltó suspiró, se acomodó en el asiento, miró hacia la carretera y colocó la mano en su frente.—Solo ha pasado un mes y ya nos hemos enfrentado a cinco carteles importantes y eso sin contar que incluso la DEA está detrás de ti, ya han decomisado dos cargamentos, Reina. —expresó con frustración.—Pero lo importante es que no saben a quien están buscando, jamás me he dejado ver por ninguno de ellos —defendí.—Pero de seguir así, pronto nos quedaremos sin hombres y no podremos combatir, además que ese imbécil no tarda en aparecer —dijo con desagrado.—El bastardo de Agustín, no tiene ninguna oportunidad, voy matarlo, es simple —solté desproporcionada.Mi historia con ese hombre no es complicada; su padre mató a mi madre y yo maté a su padre, bastante sencillo.Mientras que mi padre estaba vivo no se atrevía a vengarse ahora busca mi cabeza...—No es tan simple, hablamos del rival más grande que tenía tu padre —replicó.—El rival más grande era Beman, el padre de Agustín, no él. Él solo es una rata con una puta arma y algo de poder —reproché.—Tenemos que prepararnos, cada vez son más y te quieren muerta.—Yo también los quiero muerto —solté con determinación.—¡No abuses de tu suerte Reina!, le hemos ganado a tres carteles pero te estas haciendo de muchos más enemigos y no tienes ni un solo aliado y cada vez tenemos menos distribuidores y compradores.—En este negocio tienes que hacer que todos te teman y ya tengo un plan para eso —dije con una sonrisa de seguridad mientras aceleraba por esa oscura y vacía carretera.Volteé unos segundos para mirar a Lucas y este me miraba con preocupación; tomé con firmeza el volante y dije:—Si quieren guerra, guerra tendrán, así son las cosas en este negocio, ya deberías de saberlo.—¿Y si aceptas la ayuda de "El italiano"? —preguntó e inmediatamente una expresión de desagrado y repulsión apareció en mi rostro.—¡Ese maldito viejo asqueroso lo único que quiere es que sea una más de sus prostituta y primero tendrá que matarme! —exclamé.—¿¡Qué!? Pensé que quería ayudarte porque era amigo de tu padre —contestó indignado.—Amigos no eran, solo hicieron una tregua —le informé.—Si es así no aceptaras una m****a de ese viejo —espetó.—Primero, no lo digas como si me estuvieses dando una orden y segundo, no te luce el papel de celoso Lucas.—Si, si, ya entendí que lo nuestro es solo físico —contestó soltando un suspiro y volteé los ojos con exasperación en respuesta.Tiempo después llegamos a la mansión, la cual está ubicada en una colina rodeada por un extenso bosque, alejada de la ciudad.Al llegar, mis guardias abrieron el portón; uno de ellos estaciona el auto mientras Lucas y yo entramos a la mansión.En medio de la sala están dos de mis subordinados con una gran cantidad de mercancía.—Patrona, pudimos salvar el cargamento, pero perdimos a muchos de los nuestros y cada vez somos menos, no resistiremos un ataque más —expresó con preocupación uno de ellos.—Contrata más gente —le contesté despreocupada.—Patrona, pero en estos momentos nadie quiere unirse a nosotros. Todos saben la cantidad de enemigos que ganamos después de la muerte del patrón —replicó.—Entonces contrata gente que no conozca mucho el negocio, hombres y mujeres que quieran ganar mucho dinero, y compra más armas, explosivos, lo que sea necesario.—El personal que tenemos ya no quiere seguir arriesgándose, patrona —informó.—Entonces que se vayan a la m****a. Nadie los va a detener —le contesté con aquel aburrimiento que me producía la conversación, y empecé a subir las escaleras mientras Lucas me seguía.Llegué a mi habitación y él entró detrás de mí.—Lo mejor es tomar todo el dinero que tenemos y retirarnos, Reina —dijo, mientras yo me servía un vaso de whisky, el cual tomé de un solo trago, para luego quitarme la blusa.—¿¡Vas a seguir quejándote o vamos a coger!? —le pregunté, ignorando su propuesta. Él ya conocía de sobra mi respuesta.Lucas soltó un suspiro, se apresuró hacia mí y de inmediato me tomó por las caderas, me levantó y rápidamente coloqué mis piernas alrededor de su cintura.—¿Por qué no puedo resistirme a ti? —me preguntó, mientras respiraba profundamente el aroma de mi piel cerca de mi cuello.—Cállate y házmelo —le ordené y tuvimos el sexo salvaje que tanto necesitaba para liberar tensión y estrés.Después de un rato, Lucas se había quedado dormido. Yo me levanté de la cama, me puse mis bragas, una bata de satén negra, me serví un vaso de whisky y fui hasta el balcón.La noche era igual de gélida que las demás noches, pero al menos podía observar las luces lejanas de la ciudad, ya que el cielo parecía un mar oscuro completamente despejado que solo podía reflejar el vacío que existía en el alma de quien lo observaba.A mi madre la mataron cuando era tan solo una niña, pero la recuerdo muy bien. Ella era el ser más bueno y bondadoso que he conocido en toda mi vida, jamás entendí por qué era tan buena y cada vez que le preguntaba, ella me decía que todos tenemos bondad dentro de nosotros y a veces es necesario tener un hijo para darse cuenta de todo el amor que podemos entregar.Yo no lo entendía, pues mi padre decía que me parecía más a él de lo que me convenía, que era obstinada y que me costaba demostrar afecto, pero yo no creía que él fuera así; yo podía ver cuánto me amaba cuando tan solo me miraba.Nunca he planeado tener una familia, jamás he querido ser madre, ya que sé que sería una terrible madre. Sin embargo, siempre me he preguntado si yo podría sentir ese mismo amor que ellos sentían hacia mí, un amor que los hacía débiles, al punto de dar sus vidas por mí; primero ella y luego él.—————Al día siguiente——————Si necesitas ayuda, puedo dártela. Solo tienes que aceptar ser mi esposa —musitó Ernesto, alias "El italiano", mientras me miraba con lascivia.A Ernesto se le ha vuelto un hábito venir a fastidiar a mi mansión, como si entre mafiosos pudiéramos visitarnos y tomar el té como un par de vecinos. Está más que claro que no me respeta, no me ve como una amenaza y cuánto quisiera ponerle una bala en el cráneo a ver si después de muerto entiende con quién está tratando.—No necesito tu ayuda —espeté mirándolo con desagrado.—¡Por favor Reina! A simple vista se nota que no tienes gente y las malas lenguas dicen que ayer tuviste otro golpe de estado, y puede que hayas matado al "Lagarto", pero cada vez pierdes más gente y sin gente eres vulnerable. Yo soy tu mejor opción.—La única opción que tengo para contigo es ponerte una bala en medio de la frente, ¿qué te parece esa opción, cariño? ¿Te gusta? —le pregunté con una irónica sonrisa. Ernesto me mira con enojo e in
Continué corriendo, internándome cada vez más en la inmensa oscuridad del bosque; enfundé mi arma para no perder velocidad y, aunque me quedé sin aliento, seguí sin detenerme.Mis pulmones parecían querer estallar y ya no sentía mis piernas. Mi piel ardía debido a la brisa gélida y mi corazón latía tan fuerte que posiblemente se detendría. La sensación era familiar y entonces mi mente volvió al pasado en un flashback bastante inoportuno...—¡Cariño, tienes que ser valiente! Si te pido que corras, corres, y muy rápido, como si tu vida dependiera de ello, y no mires atrás. ¡Jamás lo hagas! —dijo mamá mientras tomaba mis manos con firmeza.Lágrimas inundaban mis ojos, y mi cuerpo temblaba al escuchar los disparos que provenían de todas partes. Madre y yo estábamos escondidas en el clóset de mi habitación.De repente, un estruendo cercano se escuchó. Alguien había entrado a mi habitación. Mi madre tomó el arma que le había dado papá y apuntó a la puerta. Recuerdo que sus manos temblaban y
Estar nerviosa era un sentimiento poco frecuente en mi, incluso no recuerdo la última vez que me sentí así pero allí estaba sentada en uno de los sofás de una biblioteca, la cual se encontraba en el interior de la mansión en la que residía Linsey y Olivia, dos extrañas que acababa de conocer en el parque.Frotaba mis manos la una con la otra en señal de nerviosismo. Olivia me dijo que el padre de Linsey aceptó hacerme la entrevista, pero estaba ocupado en su trabajo, así que me pidió que lo esperase.—le traje algo de jugo para que el tiempo de espera no se le haga tan largo —informó Olivia entrando a la biblioteca. —Muchas gracias —contesté tomando el vaso con jugo junto con una servilleta de tela de algodón que Olivia me extendió.—¿Está nerviosa? —me preguntó.—Si un poco —contesté soltando un suspiro. Tomé un poco de jugo y al levantar la vista me percaté del retrato de una hermosa mujer, el cual estaba plasmado en un cuadro grande, y colgado en la pared del fondo.—¿Quién es ell
> Repetí mentalmente y maldije mi mala suerte.Había llegado hasta acá para nada...—Sinceramente no puedo hacerlo, al llegar a Atlanta me asaltaron y robaron todo lo que tenía —me excusé con lo que claramente era una mentira.En cuanto esas palabras salieron de mi boca, la mirada de Damián se agudizó aún más como si me estuviese analizando.Jamás habría sobrevivido en el mundo de la mafia sino fuera excelente mintiendo así que no me costaba hacerlo. Sabia mantener mis nervios a raya, parpadear con normalidad, tener una postura relajada y sobretodo mantener el contacto visual.Damián nuevamente acomodó sus gafas con cierta elegancia y manteniendo su mirada fría en la mía. Un movimiento tan sencillo que jamás creí que podría verse tan sexy, ahora veo que si.—Lamento mucho haberla hecho perder el tiempo esperándome, pero entenderá usted que no puedo dejar entrar a una desconocida a mi casa y mucho menos para que esté tan cerca de mi hija —expresó con
> pensé amonestandome a mi misma.—Buenas noches señorita Jennifer —le saludó Olivia deteniéndose mientras mantenía su postura rigida de siempre. Sin saber que hacer me limité a imitarla sin decir nada, pero de repente Linsey se apresura hacia mí y no me queda más opción que cargarla.Ella sonreía de oreja a oreja y yo sin poder evitarlo estaba contenta de verla.—Buenas noches Olivia, creí que ya te había dicho que no me trates con tanto formalismo; desde que regrese llevo diciéndotelo —le reprochó mirando seriamente a Olivia.—Discúlpe se... —dejó la frase en el aire al ver a la joven entrecerrar los ojos. —Disculpa Jennifer —corrigió.—Así está mejor —mencionó mientras sonreía para luego mirarme con algo de curiosidad —Tú debes ser Daphne, la nueva niñera de ese angelito —afirmó.—Así es señorita —contesté.—¡Por dios, no me digas que tienes la misma enfermedad de modestia de Olivia! —exclamó exhausta. —Los formalismos e
Jennifer parecía estar muy molesta con Damián; y con temor a ser contraproducente, él tenía la misma expresión seria, fria y hasta amargada que le he vistos desde que le vi por primera vez.—Continuemos cenando —indicó Damián rompiendo el silencio.—A sus órdenes señor —contestó Jennifer en tono sarcástico.Damián respira profundo mientras la mira fijamente.—Si no quieres estar aquí, puedes retirarte —le dijo enojado.—Eso quisiera pero tal parece que soy prisionera en mi propia casa. ¡Tengo 23 años y aún así quieres mandar en mi vida! —expresó Jennifer aún más enojada.—La edad no define madurez. Debería darte vergüenza que a tus 23 años todavía tomes decisiones inmaduras como dejar la universidad o cambiar de carrera cada vez que se te antoja —replicó él.Jennifer se levanta abruptamente de la mesa dándole un golpe con la palma de sus manos.—¡Jennifer te ordeno que te comportes! —le exigió.—¡Tú a mi no me das órdenes! —exclamó con enojo y se fue rápidamente.—Papi por favor no pe
Entre más cerca estábamos, más dificultad tenía para respirar, mi pulso estaba acelerado y mi capacidad de razonamiento había desaparecido.Sus labios se veían mejor a esta distancia. Son tan rosados, apetecibles, carnosos y con una figura en forma de corazón perfecta.Estábamos tan cerca que podía sentir su respiración cayendo sobre mi boca...Pero de repente Damián bajó su cabeza y aclaró su garganta cortando abruptamente con cualquier tensión. De inmediato volví en sí, solté sus gafas y él se levantó para luego colocárselas. También me puse en pie y al mirarlo vi nuevamente esa expresión seria, fría y severa en su rostro. No iba a quedarme atrás y le devolví aquella mirada frivola.—Que descanse señorita King, con permiso —se despidió y salió de la habitación sin esperar una respuesta.Cerré mi puerta rápidamente y solté una fuerte y acelerada respiración. No entendía que había pasado, me sentía confundida y tampoco entendía porqué mi corazón latía como loco.Escuché a Lindsey mov
————UN MES DESPUÉS————Siento que el tiempo ha pasado en un abrir y cerrar de ojos. Actualmente ya no estoy en periodo de prueba; Damián después de comprobar "mi identidad" decidió dejarme fija en el empleo como niñera de Linsey y hasta ahora ha sido una experiencia sorpresivamente agradable y a la vez preocupante.Aún no entendía porqué sentía tanta paz, ¿Era porqué ya no tenía que correr de un lado a otro? ¿O era porqué me gustaba esta vida?, ¿Podría gustarme algo que nunca deseé tener?Esas preguntas habían noches que no me dejan dormir, me repetía la primera semana que esto pronto se acabaría, que era solo una parada en el camino y que pronto volvería a la acción, a mi mundo. Pero dejé de decírmelo porque empezó a molestarme por alguna razón.Ahora solo deseaba que las horas que Linsey pasaba fuera de casa pasarán rápido y así estar con ella. Esa pequeña se ha convertido en la razón de mis risas y siento que de alguna manera se ha adueñado de mi corazón.Gracias a ella todo ha sid