Aquella palabra salió a duras penas de sus labios, convirtiéndose en un susurro forzado.El silencio se cernía abrumadoramente sobre nosotros, Damián mira con inquietud hacia el suelo y empieza a negar con su cabeza.—¿De qué estás hablando?, ¿Por qué me dices una mentira cómo esa?, ¡Tú no eres eso, tú no eres así! —afirmó con desespero mientras se acercaba nuevamente a mi, y seguido de ello, tomar nuevamente mi rostro y colocar su frente sobre la mía.Sus manos temblaban ligeramente sobre mis mejillas, y su respiración agitada se encontraba con la mía haciéndome sentir su desesperación.—Por favor dime que estás bromeando, lo que acabas de decir no puede ser verdad, ¡Dímelo, por favor! —me suplicó.Las lágrimas inundan mis ojos, tomo su rostro también y un sollozo de dolor se escapa de mis labios.—Daría mi vida entera porque las cosas no fueran así... —expresé.Damián aleja su rostro del mío y me observa fijamente en silencio, como si buscará en mis ojos la confirmación de la verdad
———POV DAMIÁN————Sujeto con fuerza el vaso de vidrio, haciendo temblar el líquido marrón de su interior. Cierro mis ojos dejándome envolver por el calor del alcohol recorriendo mi garganta, aunque solo sea por un momento, necesito desesperadamente olvidar esta noche, olvidarme de ella, y ahogar en licor mi dolor.Quiero desaparecer cada uno de sus recuerdos, pero el alcohol no hacía efecto, quizás aún no había bebido lo suficiente.Lo peor de todo esto es que ni siquiera podía contener las lagrimas, siento que estoy agonizando lenta y tortuosamente. Solo una vez lloré de esta forma, ella me ha hecho revivir el mismo dolor que sentí el día que Elizabeth murió.—¡Maldita sea la hora en que te conocí, Daphne! —exclamé con furia, al mismo tiempo que estrellaba el vaso de vidrio contra una de las paredes de la biblioteca.El estruendo llena el silencio de la habitación por un breve instante. Siento que me estoy derrumbando, que mi mundo se fragmenta en mil pedazos, y por más que trato de
————POV DAPHNE————El mundo parecía haberse detenido por completo. El ruido de la ciudad quedó reducido a un murmullo lejano que no llegaba a mis oídos. El único sonido que llenaba mis sentidos era un escalofriante y agudo silbido que reverberaba en mis oídos, además de mi respiración cada vez más lenta y pesada. La combinación de ambos era como un eco constante de la pesadilla que estoy viviendo.Mi cuerpo temblaba de manera incontrolable. No estaba seguro si era por la conmoción o porque estaba empapado por completo.El dolor en mi pecho se había hecho físico, como si mi corazón estuviese desgarrándose, como si cada latido fuera una tortura que me hacía desear que se detuviese y las inhalaciones se sentían como un esfuerzo sobrehumano, como si el aire se hubiera vuelto denso y hostil.—Dahne, Daphne, ¿Me escuchas? —habló Lucas, tomándome de los hombros y mirándome con preocupación. Pestañeé varias veces obligándome a volver a la realidad.Lucas suelta un resoplido de alivio en cuant
—¡No, no, Jennifer, nosotros no tenemos nada! —dije apresurándome a intervenir.Jennifer respira con dificultad mientras me mira llena de furia. Sin embargo, su ira no puede ocultar su dolor, y las lagrimas no tardan en brotar de sus ojos.—¡Todo este tiempo ustedes solo jugaban con nosotros! —pronunció entre dientes con indignación, al tanto que su voz se quebraba.—Por favor, déjanos explicarte las cosas —le pidió Lucas.—¡Claro que no!, no necesito más mentiras y falsedad. Ahora entiendo que debí quedarme con mi hermano, ¡Ustedes son de lo peor! —masculló antes de girarse con la disposición de irse, pero antes de que diera el segundo paso, rápidamente me para frente a ella bloqueando su camino.La miro con determinación...—No, si viniste hasta aquí es porque quieres respuestas y no estás del todo convencida de que la versión que te dió Damián sea toda la verdad, así que quédate y escuchanos —dije seriamente.Jennifer me mira indecisa y suelto un suspiro para tranquilizarme, y la m
———POV DAPHNE———Había pasado un poco más de una hora desde que Jennifer se fue, y sé que a pesar de todas nuestras explicaciones, será muy difícil que pueda perdonarnos.La taza de té humeaba entre mis manos mientras yo la observaba fijamente. Mis pensamientos me torturaban con cada segundo que pasa y mis ojos ardían con lágrimas secas.¿A quién podía culpar? ¿A mis padres por haber nacido en ese mundo? ¿A mis enemigos por forzarme a huir? ¿O a mí misma por la red de mentiras que yo misma tejí?... Sin duda, esa última era la verdad, la única que tengo en mi vida. Yo soy la única culpable de mis desgracias.—La única culpable por haberte perdido, Linsey... Y a ti, Damián —susurré entre sollozos.Mi pecho dolía al pensar en ellos, pero el dolor se intensificaba al imaginar que mi pequeña podría estar esperando en la que era mi habitación, aguardando a mi llegada para abrazarla tan fuerte que sus pesadillas se ahuyentaran.—Perdóname cariño, perdóname por no estar ahí —lamenté llena de
Hace un mes murió mi padre, el gran jefe de la mafia en todo Estados Unidos y Reino Unido. Después de su muerte me convertí en la cabecilla de la organización, pero a pesar de la fuerza que he demostrado, sus enemigos ven su muerte como la perfecta oportunidad y me consideran vulnerable. Harán lo que sea para quitarme del camino y en este mundo solo hay una manera de quitar los estorbos del camino...—¡Dispara de una m*****a vez Lucas! —le grité impetuosamente.—¡Lo estoy haciendo carajo! —respondió indignado— Pero son muchos Reina, hemos tenido muchas bajas debemos ¡Largarnos! —continuó diciendo.—¡Allá! —le dije señalando la fábrica frente a nosotros y juntos empezamos a correr hacia ella.Mi nombre es DAPHNE KING, pero nadie me llama así, no se los permito. Sólo dos personas sobre la tierra me han llamado por mi nombre y ambos ya están muertos, ellos son mis padres.Llevo 25 años en este mundo, es ¡Mi mundo!, El único que conozco desde que tengo memoría, aquí pertenezco y mi único o
—————Al día siguiente——————Si necesitas ayuda, puedo dártela. Solo tienes que aceptar ser mi esposa —musitó Ernesto, alias "El italiano", mientras me miraba con lascivia.A Ernesto se le ha vuelto un hábito venir a fastidiar a mi mansión, como si entre mafiosos pudiéramos visitarnos y tomar el té como un par de vecinos. Está más que claro que no me respeta, no me ve como una amenaza y cuánto quisiera ponerle una bala en el cráneo a ver si después de muerto entiende con quién está tratando.—No necesito tu ayuda —espeté mirándolo con desagrado.—¡Por favor Reina! A simple vista se nota que no tienes gente y las malas lenguas dicen que ayer tuviste otro golpe de estado, y puede que hayas matado al "Lagarto", pero cada vez pierdes más gente y sin gente eres vulnerable. Yo soy tu mejor opción.—La única opción que tengo para contigo es ponerte una bala en medio de la frente, ¿qué te parece esa opción, cariño? ¿Te gusta? —le pregunté con una irónica sonrisa. Ernesto me mira con enojo e in
Continué corriendo, internándome cada vez más en la inmensa oscuridad del bosque; enfundé mi arma para no perder velocidad y, aunque me quedé sin aliento, seguí sin detenerme.Mis pulmones parecían querer estallar y ya no sentía mis piernas. Mi piel ardía debido a la brisa gélida y mi corazón latía tan fuerte que posiblemente se detendría. La sensación era familiar y entonces mi mente volvió al pasado en un flashback bastante inoportuno...—¡Cariño, tienes que ser valiente! Si te pido que corras, corres, y muy rápido, como si tu vida dependiera de ello, y no mires atrás. ¡Jamás lo hagas! —dijo mamá mientras tomaba mis manos con firmeza.Lágrimas inundaban mis ojos, y mi cuerpo temblaba al escuchar los disparos que provenían de todas partes. Madre y yo estábamos escondidas en el clóset de mi habitación.De repente, un estruendo cercano se escuchó. Alguien había entrado a mi habitación. Mi madre tomó el arma que le había dado papá y apuntó a la puerta. Recuerdo que sus manos temblaban y