La tarde avanzaba, mientras Bianca y Ricardo seguian en camino a Venecia, la musica de Eros, de Alejandro, y otros artistas de la prefencia de Ricardo resultaron ser tambien los favoritos de Bianca, al parecer por ese lado, tenian algo en común hasta donde Ricardo sabía, pero para el desconocimiento de Ricardo, Bianca llevaba algo de ventaja sobre ciertas informaciones que él no manejaba acerca de ella y su vínculo con su ex mujer, pero Ricardo ya tenía sus sospechas, y las pruebas que guardaba bajo las mangas, lo estaban acercando hacia la verdadLa música había cambiado el ambiente, paso de estar tenso a relajado, Bianca estaba irreconocible, bailaba sentada al compas de cada sonido, Ricardo bajó por un momento el volumen de la música para llamar la atención de ella–Bianca, me quedé analizando en como haras para venir todos los días al trabajo de Venecia a Florencia –agregó él–eso ya lo tengo cubierto–respondió–si, pero estas consciente que tendrás casi siete hora de viaje, entr
Tal como Lorenzo se lo había advertido a Bianca, era cuestión de tiempo para que Lorena actuara en su contra, Ricardo estaba confundido con el arresto de ella, pero sin embargo, iba como caravana en su Pagani de lujo, detrás de la unidad policial, no pensaba dejarla sola.Ricardo no alcanzó a escuchar la razón de aquel arresto, pero al enterarse, a Bianca la jugada se le cerraría un poco, porque se ve en la obligación de confesarle a Ricardo cosas íntimas de su vida, de su pasado, que ella no consideraba hacerlas públicas, al menos por ese momentoDespués de casi veinte minutos, conduciendo por un avenida desconocida para Ricardo y un poco oscura, se detiene, detrás del auto de la policía. Bajaron a Bianca del auto, ella iba todavía sin esposas, pero si escoltada por los dos agentes que iba uno delante y el otro atrás, exhibiendo en la cintura sus respectivas armas, Ricardo ya fuera de su auto también, se movió rápido para poder acercarse a ella, y los dos hombres, una vez más, le
El oficial se había quedado sin palabras, Lorenzo lo puso en un aprieto, había dejado al desnudo las jugarretas de la señora Lorena, pues antes de ir a la comisaría en ayuda de Bianca, Lorenzo tuvo tiempo suficiente para averiguar con sus contactos que los oficiales encargados del arresto, habían recibido dinero por parte de Lorena para que llevaran a cabo tal acto—le doy un minuto para que decida que hará, porque a la verdad, me está haciendo perder el tiempo —le avisó Lorenzo al agenteEl hombre sabía que se le estaba terminando el tiempo, con una sola llamada, Lorenzo podía acabar con su carrera, se levantó de la silla, acomodó sus pantalones y peinó hacia abajo su bigote con sus manos, se pasó la mano por su escasa cabellera y luego anunció—La señorita se puede ir, pero la denuncia seguirá vigente—agregò, retirando de la mesa el expediente que habían creado de Bianca—oh no,ambos sabemos que esto es falso—añadió Lorenzo indicàndole a Bianca que estaban listos para salir, ell
El gran hotel luxury, se encontraba un poco retirado de la zona en la que estaban, un hospedaje, en el mismo centro de Venecia, catalogado como uno de los hoteles más emblemáticos y costosos de la ciudad.Las edificaciones del complejo, eran muy actuales, y como era de esperarse por estar en Venecia, estaban construidas cerca del agua, en contraste con la naturaleza. poseía modernas habitaciones independientes con terrazas con vista al agua, y del otro lado el majestuoso paisaje, compuesto por árboles y mucho verdor que transmitían tranquilidad absoluta. Bianca solo conocía la recepción, y ese día cuando visitó el hotel por primera vez, no se había dado cuenta que estaba hablando con el mismo dueño, pero en esa ocasión, entró acompañada por élLa presencia de Ricardo fue como un imán, pues al pisar apenas la entrada del lugar, ya tenía encima dos personas de servicios que aguardaba por ellosSeñor Ricardo, señorita—buenas noche, le saludó uno de los que le aguardaban por ellos—perm
Quién eres? La mirada de Ricardo, se había fijado hacía Bianca, la botella de whisky llevaba medio vaso menos, el líquido cayó por las tripas de Ricardo crudamente, ayudando a qué su humor disminuyera, y la situación del momento, no le sumaba nada positivo, porque las confesiones de Bianca, involucraron a su esposa —Sabes que Lorena es una mujer malvada, yo lo comprobé en carne propia durante 10 largos años que viví a su lado, junto con Beatrice—añadiò Bianca, ella aún mantenía sus manos muy cerca de Ricardo, se levantó en ese instante, caminando unos pasos con dirección al balcón, pero se devolvió hasta Ricardo —no se qué tanto conociste a tu mujer, ella era una buena chica, llegamos a compartir muy buenos tiempos, pero creció, y adoptó muchas acciones de su mamá, ya sabes, la sangre pesa más que el agua Los tragos de whisky le habían pegado fuerte a Ricardo, pero no estaba borracho, solo un poco malhumorado —espera, espera, que estás diciendo, que mí mujer es igual a su madre—
Esa noche, después de 5 minutos de esperas, el taxi que pidieron para Bianca llegó, el guardaespaldas se aseguró de enviarla con alguien de confianza, aunque no se lo dijo, Bianca subió, apenas dió la dirección y en cuestión de 10 minutos ya estaba llegando a su departamento, sacó un billete de su bolso para pagar al señor—gracias señorita—ya pagaron por usted—agregò el hombre, ella lo miró, encrespò sus cejas e hizo unos ademanes con las manos demostrando total desconocimiento, ¿quien pudo haber pagado su taxi? Aquel hombre que apenas conocía, pues no se detuvo a preguntar, solo quería subir a su departamento, se bajó del auto, le dió las gracias al hombre y se fueAl entrar a su vivienda, Bianca respiró profundo parada en la puerta por unos segundos, percibió que su pulso aún estaba acelerado, la adrenalina que le generó aquel momento desconcertante que vivió con Ricardo, aún la mantenían con fuerzas, pero sabía que era cuestión de tiempo para desplomarse.Se dirigió a su habitació
La propuesta estaba echada en la mesa, Guido hizo un trabajo excepcional, aunque no sabía lo que había pasado con su jefe y aquella señorita, en esa habitación, pero era la mejor propuesta, aunque Ricardo no había pensado lo mismo—no sé si será una buena idea, con lo que hice anoche, esa mujer no me querrá ni de lejos —murmurò Ricardo—hace mucho que no tomaba tanto Guido, si te descuidas, el alcohol te hace perder el juicio cuando más lo necesitas—agregò Ricardo tocando el hombro de su empleado que lo escuchaba mientras terminaba de desayunar, Ricardo se paró de la silla, alistó sus cosas, tomó la llave de su auto y se dirigió a la puerta, Guido lo siguió enseguida, pero antes agarró un puñado de uvas, y laS iba saboreando en el caminoRicardo a raíz de lo que había pasado la noche anterior, quedó con dudas de si Bianca aceptaría trabajar con él, se suponía que ese mismo día ella presentaría su renuncia en el hospital, pero el había quedado tan apenado con lo ocurrido, que ya es
Ricardo dejó al instante la oficina de su amiga, y salió en busca de Bianca, necesitaba encontrarla a toda costa y saber si ella todavía estaba interesada en trabajar a su lado, no había pensado en ningún argumento para convencerla, pero iba en busca de su perdón, pero no sabía en dónde podría estar.A Ricardo lo estresaba bastante la estrechez de las calles venecianas, eso de andar en vaporettos casi por toda la ciudad, no le resultaba muy efectivo, por eso decidió establecer su vida en Florencia, en donde podía circular libremente con su auto. Esa mañana sentado en su vehículo en el parquímetro del hospital, se atrevió a llamar a Bianca antes de tomar alguna otra decisión, él también tenía el tiempo jugado para empezar con el trabajo en el nuevo hotel, había revisado cientos de propuestas de otros diseñadores y decoradores de interiores que se habían ofrecido en llevar adelante la operación, pero él, se había encaprichado con la forma de trabajar de Bianca, ella tenía ese toque f