A pesar de su indignación, Hunter no se atrevía a darle la cara, le huía y eso indignaba a Jasón.

—Todo traidor actúa de esa manera, dígame ¿Cómo se atrevió a traicionar a mi padre? Cuando usted le debe todo a él, hasta su manera de caminar. ¿Qué le ofrecieron a cambio de vender su alma al diablo? —inquirió con indignación de manera amenazadora.

—Por favor Jasón, no compliques más las cosas, me hubiese gustado más que ustedes no estuvieran aquí para que vieran como la gente a quienes apoyaron y antepusieron ante otros, les da hoy la espalda... y yo el propio diablo, el enfermo, el enemigo, es quien los está protegiendo. Quise evitarles ese dolor, pero ustedes se empeñaron tanto en entrar, es lamentable —habló Marlon con una aparente expresión de tristeza.

—¡Cierra tu maldita boca! Guarda tu hipocresía, que nosotros sabemos bien a quién beneficia la expulsión de mi padre y mía del partido. No vengas a darte de alma buena y caritativa, eso se te da bien con la gente que no te conozca, c