—Disculpe majestad…—Una luna con una tímida sonrisa se adentró en el lugar con un leve sonrojo al ver el rostro de todos los hombres el cual unos mostraban alivio, mientras otros temor, no negaba que se encontraba algo incómoda, pero luego de que el rey Zacaris le indicara que podía pasar sin ningún problema la chica había optado por tocar antes de abrir, pudo observar como Sebastián bajaba la cabeza y luego de unos segundo se centraba directamente en su mirada, allí estaba ella, tan hermosa como siempre logrando tranquilizar aquellos impulsos de querer matar a todos a su paso, este se acercó a ella con tenue sonrisa y beso el torso de su mano e inmediatamente decidió hablar para que su esposa fuese preparando todo para su almuerzo —No interrumpes nada… pero no sabía que me buscabas…—la chica le dio una sonrisa llena de emoción, a la reina le agradaba grandemente que este mostrara sin ningún tipo de impedimento su afinación hacia ella, sin importar quien estuviera a su alrededor, aqu
Luego de lo que parecieron segundos de silencio la chica por fin había dicho lo que deseaba, lo cual había dejado a todos conmocionados, además de que no sabían cómo responder a tal petición. Sobre todo el rey estaba devastado, jamás llego a creer que ella dijese tales palabras y las dijese tan llenas de esperanza que el rey sentía que había hecho el peor error de su vida, se sentía la basura más horrible del mundo, por primera vez el rey sentía culpa por haber quitado una vida.—Me gustaría saber quiénes fueron mis padres… y dicen que no hay nadie mejor para aquella tarea que las manos del rey… por lo que te pido por favor que dejes a sir Derek buscar a mi familia y poder conocerlos en persona… ya quiero ver como es mi madre— y allí estaban aquellas esperanzas, al parecer los valeriam no le habían contado que había ocurrido con toda la familia de la reina, mientras que tanto en rubio e incluso el rey estaban completamente conmocionados, no sabían cómo reaccionar aquello, no sabían qu
Sebastián daba vueltas en toda la oficina intentando tranquilizar sus nervios, pero no lo lograba, ¿cómo podía estar tranquilo? ella deseaba saber que le había ocurrido a su padres, ella quería saber cuál era la razón del abandono de sus padres, como sería él tan cara dura de decirle, “cariño me temo que en ataque de ira y odio asesine a tus padres”, es más podría también decirle “no olvido como sostuve la cabeza de tu padre y saque el corazón de tu madre al ni siquiera ser convertida y haber sido permitida como humana, para lograr dar a luz a hijo a un mestizo” aquellas frase no podía salir de la cabeza del rey, quien parecía estar a punto de entrar a un laberinto sin salida, ninguna respuesta apta se le ocurría para aquello, ninguna salida más que la verdad y con ello el odio irrefutable de su amadaDetuvo su caminata y se acercó a la ventana, logrando verla tan feliz por estar en lo que tanto le gustaba, aquella chica era su perdición, sin duda lo era, una maldición y una bendición
Una y otra vez se escuchaban aquellas palabras de parte de aquel anciano, aquel anciano que aparentaba ser su abuelo, el cual se había escondido cuando la ira del rey Sebastián había iniciado, todo se repetía en su cabeza, mientras aquel hombre solo la observaba sin ninguna expresión, aquello no podía ser verdad, no, no podía ser verdad, él no podía hacer semejante barbaridad, ella temía por todo, ella estaba hecha un mar de nervios, la chica cayó desplomada en el suelo mientras sollozaba con dolor y cubría con sus manos su rostro para no ser escuchada por él, aquel era un ser oscuro, era un monstruo y como era que ella se había enamorado de él, como era que ella se había enamorado de aquel hombre que había asesinado a sus padre de aquella manera tan cruel.—Eres una desgracia para la familia sana, nosotros habíamos peleados por defenderte, por alejarte de él y tú simplemente te entregaste a aquel vampiro cruel en bandeja de plata…— Que palabras tan duras decía aquel hombre, ella no t
Ahí estaba el, sin moverse un solo milímetro, solo estaba allí rogando que aquello que había escuchado no fuese verdad, que en ella no pudiese abarcar tanto odio, que no lo odiase, Sebastián la amaba, la amaba con locura y ahora ella simplemente se negaba a querer tenerlo cerca, todo era tan terrible ante sus ojos, todo era tan caótico que se sentía complemente devastado, Sebastián jamás había estado en ninguna situación parecida, aunque su padre fuese alguien con carácter y personalidad burda, este jamás había mencionado aquella palabras llenas de odio, su madre lo había amado con locura y sus abuelos, ellos decían que no había ser más perfecto que él y ahora estaba la mujer que de la que él estaba locamente enamorado, observándolo con asco y a la vez llena de decepción, ¿cómo era que una persona tan dulce podía hacerle aquello? aunque se lo merecía, todo había sido un castigo por su propia mano y de ello no había la menor duda—Majestades…—La voz de Dramux, los saco a cada uno de
No estaba por ningún lugar en el que ella se había adentrado,¿dónde podría haber ido el rey? Alice, había indicado que estaba en el salón del trono y no había el más mínimo rastro de aquel azabache en el lugar, al parecer ese no se encontraba en el castillo, aquello la había desanimado en demasía, ella tenía la esperanza de poder hablar con él de manera inmediata, ella estaba decidida en poder expresarle todo lo que tenía en sus garganta atorada y en su mente atormentándola, al parecer no podría hacerlo tan rápido como ella estaba determinada a que ocurrieraLuna se sentía lamentable, ella había arruinado todo, ella se había enojado y se había desquitado con él, sabía que Sebastián había hecho algo muy malo, pero la verdad es que ella no lo odiaba por aquello y aunque habían aún muchos sentimientos revueltos en ella, sabía que no deseaba perderlo, lo amaba y sabía que él la amaba, aquello se lo había confirmado una y otra vez mientras este mismo los decía para que ella pudiera creer
Sebastián no sabía qué hacer en aquellos momentos, ahora mismo lo había arruinado, no había duda, él no deseaba que ella se sintiera mal por ello, de hecho solo quería ahorrar más problemas de los que había actualmente, no había duda que aquella chica tendría su castigo, pero no podía hacer aquello delante de todos, además aquella chica era la hermana de su mejor amigo de la infancia, estaba entre la espada y la pared, su esposa lloraba de enojo, él lo podía sentir a cabalidad, mientras aquella otra chica lloraba a sus espaldas al parecer intentando llamar la atención, no solo de él, también de todo el concejo, no había duda que Ximena se había convertido en una completa descarada con los años, pues que ella creyera que él no caería en cuenta de aquello era una completa falsa al igual que ella lo era—Basta…—Sebastián por fin se llenó de coraje y hablo, pudo notar que luna levanto su mirada hacia su esposo, mostrándose completamente segura que este estaba enojado con ella por haber go
Un leve golpe en la ventana logro que luna despertara de su sueño, la chica se encontraba físicamente llena de energía, pero no podía negar que mental mente se encontraba agotada y ahí de nuevo aquellos golpes constantes en su ventana, estos parecía ser aletos, por lo que se levantó de la cama y noto que se encontraba complemente sola en la habitación, al parecer Sebastián se había levantado de la cama y no entendía a donde había ido en medio de la noche, la verdad es que aún era muy tarde o más bien temprano en la madruga, la pelirroja estaba llena de duda, por lo que se acercó hacia la ventana para verificar que era aquello que estaba interfiriendo en su sueño, pero justamente en el momento en que logro llegar allí, escucho como hago caía por la ventana y caía al suelo con un gran golpe y justo allí había una gran mancha blanca revoloteando de un lado al otro, al parecer era una pequeña ave herida, la reina no lo pensó más de una vez y bajo hacía el lugar de manera rápida, para logr