Sebastián no sabía qué hacer en aquellos momentos, ahora mismo lo había arruinado, no había duda, él no deseaba que ella se sintiera mal por ello, de hecho solo quería ahorrar más problemas de los que había actualmente, no había duda que aquella chica tendría su castigo, pero no podía hacer aquello delante de todos, además aquella chica era la hermana de su mejor amigo de la infancia, estaba entre la espada y la pared, su esposa lloraba de enojo, él lo podía sentir a cabalidad, mientras aquella otra chica lloraba a sus espaldas al parecer intentando llamar la atención, no solo de él, también de todo el concejo, no había duda que Ximena se había convertido en una completa descarada con los años, pues que ella creyera que él no caería en cuenta de aquello era una completa falsa al igual que ella lo era—Basta…—Sebastián por fin se llenó de coraje y hablo, pudo notar que luna levanto su mirada hacia su esposo, mostrándose completamente segura que este estaba enojado con ella por haber go
Un leve golpe en la ventana logro que luna despertara de su sueño, la chica se encontraba físicamente llena de energía, pero no podía negar que mental mente se encontraba agotada y ahí de nuevo aquellos golpes constantes en su ventana, estos parecía ser aletos, por lo que se levantó de la cama y noto que se encontraba complemente sola en la habitación, al parecer Sebastián se había levantado de la cama y no entendía a donde había ido en medio de la noche, la verdad es que aún era muy tarde o más bien temprano en la madruga, la pelirroja estaba llena de duda, por lo que se acercó hacia la ventana para verificar que era aquello que estaba interfiriendo en su sueño, pero justamente en el momento en que logro llegar allí, escucho como hago caía por la ventana y caía al suelo con un gran golpe y justo allí había una gran mancha blanca revoloteando de un lado al otro, al parecer era una pequeña ave herida, la reina no lo pensó más de una vez y bajo hacía el lugar de manera rápida, para logr
El verano se alejaba como si fuese una gran ilusión, dando así la llegada del otoño, algo que causaba una gran alegría en la pelirroja, quien estaba ansiosa por aquel otoño, tal vez sonase muy extraño, pero desde que se había enterado de aquel verdadero ser del azabache, la relación entre los dos había avanzado a pasos agigantados, era una de las cosas más maravillosas que podían pasar, debido a que su esposo era un hombre aún más auténtico, más abierto con ella y no dejaba de lado en ningún momento aquel característico amor que demostraba con cada sonrisa y cada expresión hacia su esposa, Sebastián era el vampiro perfecto para la pelirroja y aquello era una más que un sueño realizado, pero aún había algo que ella estaba ocultado en aquel momento, debido a que temía la reacción de su esposo y de no haber sido por Ashley, quien se había percatado ella no se hubiese dado por enterada hasta más adelante.—Mi amor… hace mucho frío en el lugar, por favor vayamos adentro…—la pelirroja le di
En la cocina un sinfín de ruido se escuchaba de parte de la pelirroja, quien parecía querer desquitar aquel grande enojo que sentía en aquellos momentos con los utensilios de dicho lugar, lo cual tenía a todos los sirvientes temerosos de preguntar si ocurría algo a la reina, porque la verdad era que esta solía ser una persona pacífica y muy tranquila, pero justo en aquel momento parecía estar convertida en otra persona, mientras que hacia lo que parecía ser algo que estaría completamente lleno de azúcar, ahora solo temían por el rey, ya que parecía que la reina quisiese asesinarlo con tal alimento tan dulce.—Los utensilios domésticos no tiene la culpa de tu enojo Luna…—Alice llego para lograr salvar a todos en aquel lugar, mientras la chica no puedo evitar sonreír con ironía ante aquellas palabras, lo cierto era que incluso ella no lograba comprender por qué estaba tan enojada, el solo se había quedado en silencio, no había dicho nada negativo, pero aun así había aquella espina de do
Luna observaba una y otra vez en aquel espejo en que demostraba su inconformidad, la chica podría jurar que odiaba por completo su figura en aquel momento, no entendía por qué razón no se sentía conforme, cuando sebastián no hacía más que decir que ella era perfecta, sin duda no estaba conforme con nada de lo que veía justo en aquel momento, dio un gran suspiro inconforme y pido auxilio con la mirada hacia la peli negra quien hizo una mueca al notar lo disgustada que se encontraba su reina con que sexto vestido que se probaba en aquella tarde, sin duda cada vez era más difícil convencer a la reina que se encontraba perfecta con aquel pequeño vientre que demostraba su perfecto y deseado embarazoHabían pasado ya semanas luego de haber la pelirroja indicado a su esposo que esperaba su primer hijo y por lo tanto heredero o heredera al trono, lo cual había causado tanta conmoción en el rey que se había vuelto aún más sobreprotector con la chica, lo cual muchas veces llegaba a sentirse rea
Aquel lugar rebosaba de vampiros y humanos, todos extasiados, por la bebida, la comida o incluso la música, era un sinfín de sentimientos y sin sabores que luna podía percibir en cada uno de ello, demostrando asi que la fiesta estaba rebosando de dicha, pero había una persona además del rey en aquel lugar que desea como a nada ir en busca de su cama y olvidarse de todo a su alrededor, y aquella era la pelirroja, quien solo observaba a todos de manera casi cansina y aburrida, odiaba el sentimiento que la embargaba en esos momentos, ¿tal vez se debía al embarazo? No lo sabía muy bien, pero lo cierto era que no le agradaba estar allí simplemente observando, quería descansar, pero aquello en compañía de su esposo, y al parecer aquello no se daría, no hasta el final de la velada, por lo que debía solo ser paciente y tal vez de aquella manera lograr hacerse un poco al ambiente, observo como Sebastián se postraba frente a ella y le daba una tenue caricia en su mejilla—Amor mío te encuentras
Sebastián pudo sentir una fuerte pulsada en la cabeza, pero no había logrado entender el por qué, pero justo cuando estaba dispuesto a ir en busca de su esposa, la declaración de la llegada de los antiguos reyes fue escuchada, los cuales una centenar de invitados están entretenidos con la vista de los antiguos regentes, estos habían llegado mostrando su gran majestuosidad y elegancia, no había duda que los antiguos reyes solo desbordaban elegancia y autenticidad al igual que lo hacía el rey y su esposa, tenía maravillados a los invitados, quienes observan a una bella mujer de vestido azul cielo el cual combinaba perfectamente con sus bellos ojos entre lilas y azules, detonaba elegancia en la gran antigua reina Violet de drogus, esposa del gran antiguo rey Eliot drogus, quien mostraba una despampanante sonrisa al igual que su esposa hacia el gran rey de ojos lilas quien aunque no había mostrado gran expresión en su rostro, ellos sabían que este estaba completamente feliz de verles aunq
Sebastián se adentró en el lugar, y observo aquella blanca ave, quien parecía estar igual de inquieta a él, no había duda que esta le era leal a su reina y que mejor que algo o alguien que le ayudara a buscar a su amada desde los cielo, por lo que este libero su pata la cual estaba a amarrada en su lugar de reposo y dejo que esta se postrara en su brazo, en lo que el rey la llevo hacia la ventana de la habitación—¿Cariño? ¿Dime que harás...? ¿Qué hace esa ave de brujas en tu habitación? ¿Que no sabe solo traen un mal augurio...? —sebastián ignoró las palabras de la antigua reina y le dio una mirada a una Alice quien no se había despegado del rey en ningún momento, lo cual la chica había acatado de inmediato y asiento con la cabeza—Mis reyes... me temo que debo mostrarles algo que tal vez no les agrade demasiado...—los antiguos reyes la observaron sin lograr entender muy bien que era aquello que les mostraría, la que suponían era la nueva mano del rey, lo cual no comprendía como era