Sebastián daba vueltas en toda la oficina intentando tranquilizar sus nervios, pero no lo lograba, ¿cómo podía estar tranquilo? ella deseaba saber que le había ocurrido a su padres, ella quería saber cuál era la razón del abandono de sus padres, como sería él tan cara dura de decirle, “cariño me temo que en ataque de ira y odio asesine a tus padres”, es más podría también decirle “no olvido como sostuve la cabeza de tu padre y saque el corazón de tu madre al ni siquiera ser convertida y haber sido permitida como humana, para lograr dar a luz a hijo a un mestizo” aquellas frase no podía salir de la cabeza del rey, quien parecía estar a punto de entrar a un laberinto sin salida, ninguna respuesta apta se le ocurría para aquello, ninguna salida más que la verdad y con ello el odio irrefutable de su amadaDetuvo su caminata y se acercó a la ventana, logrando verla tan feliz por estar en lo que tanto le gustaba, aquella chica era su perdición, sin duda lo era, una maldición y una bendición
Una y otra vez se escuchaban aquellas palabras de parte de aquel anciano, aquel anciano que aparentaba ser su abuelo, el cual se había escondido cuando la ira del rey Sebastián había iniciado, todo se repetía en su cabeza, mientras aquel hombre solo la observaba sin ninguna expresión, aquello no podía ser verdad, no, no podía ser verdad, él no podía hacer semejante barbaridad, ella temía por todo, ella estaba hecha un mar de nervios, la chica cayó desplomada en el suelo mientras sollozaba con dolor y cubría con sus manos su rostro para no ser escuchada por él, aquel era un ser oscuro, era un monstruo y como era que ella se había enamorado de él, como era que ella se había enamorado de aquel hombre que había asesinado a sus padre de aquella manera tan cruel.—Eres una desgracia para la familia sana, nosotros habíamos peleados por defenderte, por alejarte de él y tú simplemente te entregaste a aquel vampiro cruel en bandeja de plata…— Que palabras tan duras decía aquel hombre, ella no t
Ahí estaba el, sin moverse un solo milímetro, solo estaba allí rogando que aquello que había escuchado no fuese verdad, que en ella no pudiese abarcar tanto odio, que no lo odiase, Sebastián la amaba, la amaba con locura y ahora ella simplemente se negaba a querer tenerlo cerca, todo era tan terrible ante sus ojos, todo era tan caótico que se sentía complemente devastado, Sebastián jamás había estado en ninguna situación parecida, aunque su padre fuese alguien con carácter y personalidad burda, este jamás había mencionado aquella palabras llenas de odio, su madre lo había amado con locura y sus abuelos, ellos decían que no había ser más perfecto que él y ahora estaba la mujer que de la que él estaba locamente enamorado, observándolo con asco y a la vez llena de decepción, ¿cómo era que una persona tan dulce podía hacerle aquello? aunque se lo merecía, todo había sido un castigo por su propia mano y de ello no había la menor duda—Majestades…—La voz de Dramux, los saco a cada uno de
No estaba por ningún lugar en el que ella se había adentrado,¿dónde podría haber ido el rey? Alice, había indicado que estaba en el salón del trono y no había el más mínimo rastro de aquel azabache en el lugar, al parecer ese no se encontraba en el castillo, aquello la había desanimado en demasía, ella tenía la esperanza de poder hablar con él de manera inmediata, ella estaba decidida en poder expresarle todo lo que tenía en sus garganta atorada y en su mente atormentándola, al parecer no podría hacerlo tan rápido como ella estaba determinada a que ocurrieraLuna se sentía lamentable, ella había arruinado todo, ella se había enojado y se había desquitado con él, sabía que Sebastián había hecho algo muy malo, pero la verdad es que ella no lo odiaba por aquello y aunque habían aún muchos sentimientos revueltos en ella, sabía que no deseaba perderlo, lo amaba y sabía que él la amaba, aquello se lo había confirmado una y otra vez mientras este mismo los decía para que ella pudiera creer
Sebastián no sabía qué hacer en aquellos momentos, ahora mismo lo había arruinado, no había duda, él no deseaba que ella se sintiera mal por ello, de hecho solo quería ahorrar más problemas de los que había actualmente, no había duda que aquella chica tendría su castigo, pero no podía hacer aquello delante de todos, además aquella chica era la hermana de su mejor amigo de la infancia, estaba entre la espada y la pared, su esposa lloraba de enojo, él lo podía sentir a cabalidad, mientras aquella otra chica lloraba a sus espaldas al parecer intentando llamar la atención, no solo de él, también de todo el concejo, no había duda que Ximena se había convertido en una completa descarada con los años, pues que ella creyera que él no caería en cuenta de aquello era una completa falsa al igual que ella lo era—Basta…—Sebastián por fin se llenó de coraje y hablo, pudo notar que luna levanto su mirada hacia su esposo, mostrándose completamente segura que este estaba enojado con ella por haber go
Un leve golpe en la ventana logro que luna despertara de su sueño, la chica se encontraba físicamente llena de energía, pero no podía negar que mental mente se encontraba agotada y ahí de nuevo aquellos golpes constantes en su ventana, estos parecía ser aletos, por lo que se levantó de la cama y noto que se encontraba complemente sola en la habitación, al parecer Sebastián se había levantado de la cama y no entendía a donde había ido en medio de la noche, la verdad es que aún era muy tarde o más bien temprano en la madruga, la pelirroja estaba llena de duda, por lo que se acercó hacia la ventana para verificar que era aquello que estaba interfiriendo en su sueño, pero justamente en el momento en que logro llegar allí, escucho como hago caía por la ventana y caía al suelo con un gran golpe y justo allí había una gran mancha blanca revoloteando de un lado al otro, al parecer era una pequeña ave herida, la reina no lo pensó más de una vez y bajo hacía el lugar de manera rápida, para logr
El verano se alejaba como si fuese una gran ilusión, dando así la llegada del otoño, algo que causaba una gran alegría en la pelirroja, quien estaba ansiosa por aquel otoño, tal vez sonase muy extraño, pero desde que se había enterado de aquel verdadero ser del azabache, la relación entre los dos había avanzado a pasos agigantados, era una de las cosas más maravillosas que podían pasar, debido a que su esposo era un hombre aún más auténtico, más abierto con ella y no dejaba de lado en ningún momento aquel característico amor que demostraba con cada sonrisa y cada expresión hacia su esposa, Sebastián era el vampiro perfecto para la pelirroja y aquello era una más que un sueño realizado, pero aún había algo que ella estaba ocultado en aquel momento, debido a que temía la reacción de su esposo y de no haber sido por Ashley, quien se había percatado ella no se hubiese dado por enterada hasta más adelante.—Mi amor… hace mucho frío en el lugar, por favor vayamos adentro…—la pelirroja le di
En la cocina un sinfín de ruido se escuchaba de parte de la pelirroja, quien parecía querer desquitar aquel grande enojo que sentía en aquellos momentos con los utensilios de dicho lugar, lo cual tenía a todos los sirvientes temerosos de preguntar si ocurría algo a la reina, porque la verdad era que esta solía ser una persona pacífica y muy tranquila, pero justo en aquel momento parecía estar convertida en otra persona, mientras que hacia lo que parecía ser algo que estaría completamente lleno de azúcar, ahora solo temían por el rey, ya que parecía que la reina quisiese asesinarlo con tal alimento tan dulce.—Los utensilios domésticos no tiene la culpa de tu enojo Luna…—Alice llego para lograr salvar a todos en aquel lugar, mientras la chica no puedo evitar sonreír con ironía ante aquellas palabras, lo cierto era que incluso ella no lograba comprender por qué estaba tan enojada, el solo se había quedado en silencio, no había dicho nada negativo, pero aun así había aquella espina de do