Emiliano cerró la llamada con su asistente después de esa orden y se giró para encontrarse con la mirada de su padre. –¿Qué? –¿Mandaste a investigar a Elizabeth?, ¿te alteró saber que salió de viaje? –Padre, no te metas. –¿Qué te pasa con ella? –No lo sé bien, me desafía, me ignora, me provoca, me vuelve loco. –Jajaja, estás pagando por no haberte presentado a la boda. –No fue tan malo, igual terminó casada y logró cobrar hasta el último centavo del acuerdo, además sigue disfrutando porque tiene una buena cantidad a su disposición. –Sigue diciéndote eso, ¿no se te ocurrió pensar que aparte de su obligación con su padre, podría haber tenido la intención de llevarse bien contigo? –¿Quieres decir que esperaba un verdadero matrimonio? –Tal vez, debes admitir que es preciosa e inteligente, cualquier hombre con cerebro trataría de conquistarla, tú la tenías fácil
Elizabeth no sentía la confianza necesaria para contarle a sus nuevas amigas la verdad de su vida, así que optó por una explicación más dramática. –Es mi ex, aun no asimila que no quiero nada más con él. –¿Dejaste al hombre más bello del mundo?, amiga a un hombre así, se le perdona todo –exclamó una de las chicas. –No es hombre de una sola mujer y yo soy muy egoísta, no podía aceptar que debía compartirlo. –Yo lo comparto, te juro que lo comparto, con tal de estar con él un ratico –dijo riendo otra. –Pues adelante, no creo que se niegue. –No amiga, los hombres así sean ex de las amigas, son sagrados –aseveró la tercera de las chicas.Los hombres de antes, volvieron a acercarse y las chicas se pararon a bailar con ellos, pero Elizabeth declinó la invitación porque la aparición de Emiliano alteró su buen humor, el rubio se sentó a su lado. –¿Tienes problemas en tu matrimonio? –No sé si el tér
Al terminar la comida, Emiliano pagó la cuenta y le ofreció una copa en el bar de la playa. –No gracias, iré a mi habitación a prepararme para regresar. –¿Quieres volver conmigo?, traje auto. –Le agradezco, pero el taxi que me trajo vendrá a buscarme. –Sigues huyendo de mí. –En absoluto, solo no quiero pasar con usted más tiempo del necesario, ya compartimos una comida fuera de la casa y créame eso ya es bastante para lo que me había propuesto. –¿Tanto me odias? –Se equivoca señor Riva, si lo odiara tendría algún sentimiento por usted y eso es algo que no me permitiré. Continuemos nuestras vidas sin molestarnos y así el año pasará rápido. Elizabeth emprendió camino, alejándose de él, quien quedó con una extraña sensación al repetir en su mente lo que ella, tan categóricamente dijo: “…si lo odiara tendría algún sentimiento por usted y eso es algo que no me permitiré…” *** Emiliano fue a su habi
Emiliano salió cabizbajo de la oficina donde le habían permitido reunirse con Sofía, Stéfano al ver su actitud se acercó a él: –¿Qué pasa socio? –No se arrepiente de lo que hizo, trató de manipularme para que la perdonara y al negarme, terminó amenazándome, fui un verdadero idiota con ella. ¿Ves cómo todas las mujeres son unas materialistas? –Yo no me atrevería a generalizar así. –Claro que sí. –Vamos, ahorita estás dolido y furioso por la traición de Sofía, eso se te olvida con un buen par de piernas rodeándote, esta noche nos vamos de conquista. –Tú tienes trabajo, tienes que recuperar lo que esa bruja me robó. –Ya estoy en eso, por suerte el apartamento estaba a tu nombre, así que todo lo que esté allí te pertenece. –¿Qué pasó con la joyería? –El gerente se esfumó, así que eso es prueba suficiente de que era él quien le ayudaba con la estafa, ya hay un aviso de captura, en po
Al llegar a Londres los esperaban Trevor y Jessia Williams, los hermanos que adoraban a Elizabeth considerándola una más de su familia. La chica tenía un cartel de bienvenida con su nombre, globos y flores. Emiliano tuvo que sonreír ante ese gesto, al ver como las amigas corrieron una al encuentro de la otra.Elizabeth saludó brevemente a Trevor para fundirse en un apretado abrazo con su mejor amiga, saltaron, gritaron, rieron y bailaron, dando vueltas, sin soltarse, luego de ese efusivo momento, se hicieron las presentaciones y se distribuyeron en los automóviles, la primera parada era en un restaurante donde les ofrecerían un almuerzo. –Tienes un camión de cosas que contarme, Trevor me adelantó algo, pero sabes que los hombres no dan los detalles importantes –decía Jessia a su amiga. –Hablaremos Jes, seguro que sí, pero en la noche porque después de comer iremos a la empresa para comenzar a trabajar de una vez, traemos una agenda muy apretada. –Te
Dos días después de haber ingresado a la clínica Elizabeth despertó y al ver a su alrededor se encontró con Emiliano dormido en una butaca y en una posición que seguro le garantizaría dolor de cuello, entró una enfermera y él se despertó sobresaltado, pero al verla con los ojos abiertos, se acercó. –¿Cómo te sientes? –Hoy me duele menos, así que puedo decir que estoy mejor. ¿Usted se quedó aquí anoche? –Sí, porque ayer en la tarde estabas sintiéndote muy mal y me preocupé, tuve una fuerte discusión con tu amiga Jessia, pero ella no había descansado desde que te ingresaron, así que la convencí de ir a su casa. –Gracias señor Riva. –El médico quiere que estés aquí un par de días más. –¿Y el trabajo?, todo se retrasó por mí. –No te preocupes por eso, si te sientes mejor retomamos la próxima semana, si no, volveremos en otra ocasión, lo importante es tu recuperación. –¿Estoy muy quemada?
De camino al hotel, Emiliano solicitó que prepararan el avión ya que no era necesario esperar hasta el otro día para regresarse, se sintió extraño al despedirse de Elizabeth y no tenía por qué alargar más su estadía en Londres.Comenzó a empacar y estaba a medio vestir cuando tocaron la puerta, al abrir se encontró con una sorpresa. –Quiero irme contigo. –Vaya que eres persistente Emily. –Cuando quiero algo no me detengo hasta conseguirlo. –Ya tienes a Trevor. –Te prefiero a ti. –Emily esta es una muy mala idea, te aconsejo que te vayas en sana paz. –¿No te gusto? –Eres muy bella, pero tienes novio y ese novio tuyo es mi socio, lo que te convierte en intocable para mí. –Lo he dejado, por eso vine a buscarte.Trevor había buscado a Emily para hablar con ella sobre lo sucedido con Emiliano, alcanzó a verla saliendo del edificio y le indicaron que había pedido el resto del día libr
Dos semanas después Elizabeth hacía su entrada al edificio de oficinas, ya tenía autorización del médico para incorporarse a sus labores habituales y había dejado todo marchando en Londres.Las quemaduras de sus piernas y abdomen estaban bastante mejor, solo su cuello y brazo izquierdo mantenían el proceso de sanación, pero el dolor había disminuido considerablemente, estaba de muy buen ánimo y el CFO Conti la recibió con mucha alegría.Emiliano la observó por las cámaras internas, durante la ausencia de su esposa, varias veces miró las pantallas para luego reprocharse por lo que llamó actitud de adolescente extrañando a alguien para quien no significa nada.Había trabajo acumulado y podía notar como Elizabeth se dedicaba sin distracción alguna a atacar la cantidad de pendientes que tenía sobre su escritorio.Elizabeth fue a la cafetería porque se le había pasado la hora del almuerzo, entonces en el ascensor escuchó la siguiente conversación: –Y bien, ¿cómo te va con el je