Terminó su turno y esperó un poco hasta que cesara la lluvia que había caído por mucho tiempo ese día, se encontraba en la acera esperando para tomar el autobús cuando un auto pasó a toda velocidad y la salpicó completamente arruinando su ropa, ella le lanzo una mirada asesina al conductor del vehículo, mientras el mismo la observaba por el espejo retrovisor y sonriendo decía:
–Mujer, eso te pasa por estar mal ubicada en la calle.
No le quedó más alternativa que regresar a la cafetería, el dueño la vio entrar empapada y le ofreció el baño privado de su oficina para que se cambiara, lo cual ella rechazó enfáticamente, fue donde una de sus compañeras y le pidió cambiar el turno del siguiente día, para trabajar en la tarde y poder ir en la mañana a la entrevista que se había perdido por culpa del conductor abusador, pensó que era un ricachón engreído porque su automóvil era puro lujo según pudo distinguir rápidamente.
Dos días después Patricia seguía la misma rutina de pasar la noche en el hospital y salir durante el día para trabajar y continuar su búsqueda de otro trabajo, estaba cerca de la salida cuando se encontró frente a frente con la mujer distinguida, quien enseguida le dijo:
–¿Crees que el orgullo salvará a tu hijo? ¿Por qué no me has llamado?
–No aceptaré su propuesta señora, olvídelo.
–Deberías pensarlo mejor.
–No tengo nada que pensar, adiós y buen día –Patricia se alejó rápidamente de la mujer y esta se quedó viéndola con una sonrisa maliciosa en su rostro.
Patricia recorrió varios lugares intentando conseguir trabajo, pero recibió igual número de negativas, entraba a la cafetería a tiempo para su turno y cada vez su ánimo decaía más.
Durante la semana siguió insistiendo y estaba por entrar a un edificio donde solicitaban recepcionista y ella estaba capacitada para eso, así que se apresuró a entrar con la mala suerte de que un hombre venía saliendo al mismo tiempo y traía un café en su mano por lo que al chocar con él, derramó el líquido y terminaron ambos manchados.
El hombre reaccionó violentamente al ver su blanca camisa y su costoso traje lleno de café y además caliente, por lo que su primer impulso fue patear a la chica que había caído al suelo por el impacto, se contuvo cuando sus grandes y hermosos faros grises se posaron en él, no obstante, sí le lanzó una serie de improperios que la hicieron sentir minúscula ante su imponente figura.
Luego de eso, Enzo Villalba Reyes terminó de salir de allí aún furioso al ver su camisa arruinada.
Patricia desistió de buscar trabajo en ese lugar, porque si volvía a toparse con ese hombre quien sabe que sería capaz de hacerle. Al llegar a la cafetería el dueño la estaba esperando en la entrada con un sobre en la mano, se interpuso impidiéndole el paso y cuando ella lo miró interrogante, él extendió su mano con un sobre.
–Tu paga por el tiempo trabajado, ya no necesito de tus servicios.
–¿Qué dice?, ¿por qué?
–Porque sí, adiós –entró y cerró la puerta sin darle tiempo a decir algo más.
Sentía que el piso se hundía bajo sus pies, ahora, ¿qué iba a hacer?, no le había sido posible conseguir otro trabajo, los días estaban pasando y ahora el único ingreso que tenía acababa de perderlo.
Lloró amargamente por su desdicha, no se imaginaba una situación peor y su hijo aún seguía esperando por el procedimiento que salvaría su vida. Caminó sin rumbo pensando en qué hacer, hasta que la imagen de la mujer del hospital apareció en su mente, Dios, no es posible que esa sea ahora su única opción.
Lo que nunca llegaría a imaginarse es que precisamente esa mujer era la responsable de que no consiguiera trabajo en ninguna parte y que además hubiera perdido el empleo que tenía en la cafetería, a cambio de una generosa cantidad que su ex jefe no dudó en aceptar.
Hizo la llamada solicitándole conversar antes de aceptar definitivamente sustituir a su hija, la mujer la atendió amablemente diciéndole que era la mejor decisión que podría haber tomado.
Patricia se reunió con la mujer esa misma tarde en un centro comercial:
–Señora, lo primero que voy a pedirle es que me adelante al menos la mitad del dinero que pide el hospital para la operación de mi hijo, así pueden iniciar su preparación.
–¿Cómo se te ocurre que le voy a dar semejante cantidad de dinero a una desconocida?
–Señora, le juro que le voy a cumplir con lo que necesita, pero necesito el dinero, por favor.
–No voy a darte nada hasta que te vea casada con el prometido de mi hija.
–Se lo ruego, mi hijo está muy malito de salud.
–Cumple conmigo y te daré lo que acordamos, antes no, ¿entendiste?
–Sí señora, entiendo.
–Bueno, me alegro que entiendas porque no estoy para perder el tiempo, los arreglos de la boda comenzarán de inmediato, será muy sencilla, lo que sí te advierto es que debes mantener la existencia de ese niño en secreto, si Enzo se entera te rechazará y perderás la oportunidad de salvarle la vida. Recuerda bien esto, tu nombre ahora será Katia Gutiérrez Zambrano.
La llevó de compras para vestirla acorde a la imagen de su hija, debía elegir el traje de novia y organizarse para casarse en cuanto la familia de su “prometido” indicara la fecha, pero le advirtió que seguramente sería en muy pocos días.
Preguntó cuándo lo conocería y le respondió que él estaba un poco ocupado así que lo vería el día de la ceremonia, eso le pareció más absurdo aún, pero recordó la imagen de su pequeño enfermo y se mantuvo firme en el curso de lo que seguía considerando una locura.
Enzo se encontraba con un humor de perros desde que el abuelo le dio fecha límite para cumplir con el dichoso matrimonio que organizó con su antiguo compañero de la armada, de no ser porque es la única persona que merecía su aprecio y respeto, definitivamente mandaba todo a la mierda, bastante tenía con soportar las críticas de todos los que lo consideran un inútil, aunque debía reconocer que eso era muy conveniente, así nadie interferiría en su verdadera vida.Acababa de recibir la orden de su abuelo para casarse y salía del edificio de la empresa familiar porque tenía una importante reunión en otro lado y una chica extremadamente torpe manchó su traje, se había cegado y estuvo a punto de golpearla, aun cuando estaba en el suelo, pero su mirada gris le caló y eso lo detuvo, se había perdido en sus ojos, solo así se salvó de la furia que lo invadía en ese momento.Ahora que los Gutiérrez Zambrano se comunicaron con la familia Villalba Reyes avisando que ya su hija estaba lista para ca
Lo siguió a duras penas, debido a sus grandes zancadas casi tuvo que correr para estar a la par de él. La llevó a una casa grande y muy bonita, le presentó a una señora diciendo que la ayudaría con las labores del hogar y la obligó a subir unas escaleras, era una casa de dos pisos que apenas pudo detallar porque seguía tirando de su mano escalones arriba.Al entrar a una habitación muy amplia y escasamente amoblada, se detuvo en seco mirándolo interrogante. –Vamos a aclarar las cosas de una buena vez –dijo Enzo con arrogancia. –Me parece perfecto –no iba a permitir que pensara que ella era una tonta indefensa, era fuerte, valiente y se lo iba a demostrar. –Delante de terceras personas fingiremos ser un matrimonio real y feliz, pero yo continuaré con mi vida y espero que no me estorbes, quiero que tengas muy presente que solo me casé contigo para complacer a mi abuelo, así que no creas que voy a jugar a la casita feliz contigo, tú no te metes en mi v
Había llamado a la señora Adia por teléfono y le informó que iba camino al hospital por lo que le pidió encontrarse allí, necesitaba concretar todo con ella, luego de despedirse del médico, Patricia estaba muy cerca de la entrada pendiente de su llegada y al verla se acercó: –Buenos días señora Adia, gracias por venir, se imaginará el motivo por el que la llamé, necesito que me entregue el dinero de inmediato para iniciar los trámites de la intervención de mi hijo. –Sabes que he estado pensando al respecto y realmente tú deberías estar muy agradecida conmigo porque te conseguí la entrada directa a una de las familias más prestigiosas del país. –De acuerdo, se lo agradezco mucho, ahora por favor me da el dinero que me prometió –la apremió impaciente. –Te voy a facilitar las cosas aún más, olvídate del niño y vive tu nueva vida junto a Enzo Villalba Reyes, estoy segura de que su familia no te dejará desamparada. Ese niño solo será un obstá
De pronto, algunos asistentes propiciaron un baile y todos se fueron animando, en un momento y por puro impulso tomó de la mano a “Katia” y la condujo al centro del salón para bailar con ella quien se mostró sorprendida al principio, no obstante, le siguió la corriente, él rodeó su pequeña cintura con el brazo y la acercó a su cuerpo.Captó su aroma frutal y comenzó a moverse con ella al ritmo de la música, estaba un poco tensa y lo entendía, era la primera vez que estaban tan cerca uno del otro, se aproximó a su oído y le susurró:–Tranquila que todos nos están viendo, relájate. –Sintió su cuerpo estremecerse, cuando terminó la pieza se separaron lentamente sin dejar de mirarse.Llegado el momento de retirarse, abordaron el automóvil y el regreso a casa fue tranquilo, ya el silencio no le result&oacu
Enzo había estado realmente ocupado por algunos problemas con grupos rivales, que intentaban incursionar en su territorio, así que le había tocado ir personalmente a recordarles quien mandaba en la zona.“Hoy quiero ir a casa, no he visto a mi esposa y extraño sus ojos claros y, ¿qué me pasa?, debo dejar de pensar estupideces, falta no me hace, tengo muy buenos traseros para entretenerme cuando quiero, así que no iré a ninguna parte” –se dijo y salió al salón y lo recorrió con la vista buscando alguna chica que llamara su atención ese día, fijó su vista en una pelirroja y notó que tenía los ojos grises, aunque no tan bellos como los de su esposa, así que decidió llevársela para pasar un buen rato.En menos de media hora estaba acomodando su pantalón con molestia y diciéndose: “Nada, me voy a mi casa,
La acorralaron contra una pared y dos de ellos la agarraron por los brazos mientras otro se pegaba a ella restregándose asquerosamente con su pelvis contra su vientre, se retorcía resistiéndose ya que, no quería acabar así en una oscura calle.Por otra parte, Enzo estaba incómodo, no le gustaba ir al otro lado de la ciudad, sencillamente estaba convencido de que esa no era su zona, no obstante, también tenía negocios que atender por allí, salió del lugar con dos de sus hombres y se detuvo a encender un cigarrillo, con la escasa luz vio algunas sombras al final de la cuadra.Dedujo que era un grupo y mientras le daba una calada a su cigarro, agudizó la vista, entendió que tenían a una mujer contra la pared y sus intenciones no eran para nada buenas, ella pataleaba y le tenían la boca tapada, no necesitó nada más para acercarse seguido de sus escoltas.A
Al llegar al edificio se sorprendió, era muy imponente y elegante, la hicieron esperar en la recepción un buen rato, la chica se comunicaba con alguien y la repasaba con una mirada de ceja alzada, finalmente le dieron un gafete de visitante y pudo llegar al piso que le indicaron, al salir del ascensor se topó con una reina de belleza o eso le pareció al verla. –¿Eres Katia Gutiérrez? –Sí, soy yo. –Sígueme, Enzo me dijo al llegar que a partir de hoy tendría ayudante, realmente no te necesito, pero ya que estás aquí, te diré qué hacer y, por favor, no cometas errores, Enzo no los tolera y yo tampoco. 
En realidad, Patricia vio salir a Enzo y rápidamente tomó esa agenda y comenzó a leer, lo que trataba era de evitar alguna interacción con su esposo, lo que resultó inútil, ya que apenas el último de los asistentes subió al ascensor, él fue directamente hasta ella. –¿Cómo va tu primer día? –Bien gracias, estoy viendo aquí que en una hora tiene otra reunión. –Así es y ese es mi trabajo, esa agenda la manejo yo y no tienes por qué estar revisando mis cosas, disculpa Enzo, es la nueva que dijiste que me ayudará, pero es lenta para aprender. –No creo que s