Mikhail caminó con Mila hasta una de sus camionetas, y Mila notó como él retrocedió cuando ella ya se sentaba en el asiento trasero, ya que Mauro había hecho acto de presencia, e intentó frenar a Mikhail antes de que se fuera.—Debo irme Mauro… hay un club, todos serán recibidos allá… —Le dijo Mikhail tomándole el hombro—. Pásala bien… hablaremos luego.—¿Vendrás después? Me refiero a esta misma noche —Mauro preguntó y Mikhail negó.—No lo creo…Los ojos de Mauro miraron hacia dentro de la camioneta entendiéndolo todo y luego asintió.—De acuerdo. Nos reuniremos pronto… hay que hacer algo con esto, ya sabes a qué me refiero.—Por supuesto… déjamelo a mí.Mikhail se estaba despidiendo cuando Mila quitó los ojos del exterior, y miró el cristal en sus manos.De forma automática, las lágrimas se derramaron de sus ojos y se sintió asfixiada cuando soltó el aire junto a un pequeño sollozo que reprimió rápidamente como si estuviera siendo dura con ella misma.—No es tu culpa… —Se dijo a sí m
—¿Entonces…? Estoy desesperado por saber por qué quieres protegerte de mí… —Mikhail acortó la distancia y acarició el brazo de Mila en una caricia larga, y luego subió sus dedos a su cuello, mientras ella cerró los ojos.Y en un minuto muy largo de silencio, ella lo miró.—Siempre me enviaste un mensaje…—¿Cuál? —Mikahil preguntó muy cerca de su boca.—Uno que decía, “aléjate de mí” —Mikhail frunció el ceño y miró su boca.—Es el mismo mensaje que leí de ti… pero he tenido mis razones…Mila negó.—¿Qué trato tiene con mi padre?La mirada de Mikhail cambió significativamente, y él le dio la espalda para servirse otro trago rápidamente.Sin embargo, Mila lo persiguió y lo hizo girarse.—¿También es por Sergei?—Sergei es un idiota… y no pensaré más en él…—¿Te alejaste de mí, por él y por mi padre? Dime Mikhail… ¿Qué sientes por mí?El pecho de Mikhail se agitó un poco, pero llevó su palma al pecho de Mila y la pegó a la pared…—¿Realmente quieres saberlo? —Mila abrió la boca y miró la
Era el delirio…Literalmente se sentía fuera de su cuerpo, y su vientre le dolía mucho cuando el deseo se apretó en su centro.—Puedes revolcarte todo lo que quieras en mi mano… será un espectáculo de ver…—Mikhail… —Mila se contrajo cuando él insertó sus dedos, preparándola y al mismo tiempo llevándola a un nivel mayor.Era un poco doloroso para Mila, pero la adrenalina que corría por sus venas, y este deseo grueso que la embargaba, hacía que las molestias pasaran a segundo plano.Mikhail besó sus pechos quitando el brasier, sin retirar la mano de su centro. Él mismo se estaba controlando para no ceder ante lo inminente, nunca pensó que la excitación por tener a la mujer que siempre deseó bajó su cuerpo sería de esta magnitud, y podía sentir cómo le goteaba su anatomía del puro placer.Le arrancó un gemido basto a Mila cuando sus dientes tomaron sus pechos, y sintió las manos de ella en su rostro desesperada. Él bajó por su estómago, dejando su lengua impregnada en cada poro de su cu
Mila se removió en la cama, pero cuando trató de estirarse, las punzadas vinieron a su centro, y ella parpadeó. Puso su palma en el vientre y sintió cómo palpitaba su piel aún resentida. Poco a poco se sentó, y luego pudo notar con la claridad del día, que había algunas manchas en esas sábanas blancas, y torció la boca. —Dios… —Exhaló en forma de susurro, y luego puso sus manos en las mejillas. Estaba completamente desnuda, pero solo cayó en cuenta de lo verdaderamente importante cuando entendió que ya era de mañana, así que se levantó con cuidado y miró hacia los lados, ya sabiendo que Mikhail ya no se encontraba allí. Miro su vestido en el suelo y todo el desorden hasta que notó que Mikhail estaba sentado en un rincón, con los ojos puestos en ella, y dio un pequeño salto ante el susto. —Mikhail… —él sonrió y hasta ese momento ella notó que él tenía un puro en sus manos, y estaba completamente desnudo al igual que ella. —El mismo… ¿Cómo amanece mi bebé? —Mila se encogió de homb
Mila se recostó al asiento del auto, que el chofer de Mikhail le proporcionó, y le pidió la dejara en un lugar donde ella pudiera tomar un taxi, para ir a su casa. Tenía la ropa de anoche, y era mejor no enfrentar a su padre en estas condiciones.Cuando llegó a la mansión, corrió escaleras arriba para meterse a la ducha, y puso su frente en la loza, cerrando los ojos y sintiendo de nuevo todos los estragos de las manos de Mikhail sobre ella.Era lo mejor que había vivido sin duda alguna, y las palabras de Mikhail resonaban en su cabeza todo el tiempo, mientras ella entendía que tampoco quería separarse de él.Estaba envolviéndose en la toalla, y colocando otra en su cabello cuando se vio al espejo y sus ojos se abrieron de nuevo. Había marcas en su piel muy evidentes y sus mejillas se tiñeron de rojo, porque sus pensamientos la volvían loca.Se puso una camiseta, y unos pantalones holgados, y cuando estaba peinando su cabello mojado, la puerta de su habitación se abrió.Su padre parec
Mila llegó temprano a la organización el lunes por la mañana y vio que el lugar estaba en movimiento.Algunos de sus compañeros la felicitaron de nuevo, pero ella sabía que esto era parte de la tensión.Preguntó por Marco, pero parecía estar ocupado en algunos asuntos porque no estaba en la sede, y luego de que se sentó en su oficina, llamó a Bruno por teléfono porque quería solucionar su problema con él, pero él no tomó la llamada.—Señorita Vasíliev… los documentos que pidió… —Una asistente de la planta entró con algunas carpetas y Mila le sonrió recibiéndolas.—Gracias… ¿Sabes de Bruno? —ella negó.—Creo que se fueron temprano por un asunto… pero no dijeron mucho.Mila asintió dándole las gracias de nuevo y sonrió cuando se sentó frente a su computadora.A pesar de todo lo que había ocurrido, estaba feliz por dos grandes cosas.Uno… tenía nombre y apellido. Mikhail Kozlov.Dos… Sus proyectos empezarían en el instante, en que ella firmara estos documentos.No supo por qué fantaseó e
—Mikhail… —El susurro de Mila hizo que Mikhail se girara y la abrazó pegándola a su cuerpo.—¿Te excita? —ella apretó su boca, y él pegó su nariz a la suya—. A mí mucho más… No sabes en lo que te has metido…—¿Quién dijo que quiero salir? —Mikhail sonrió contra su boca.—De igual forma, si lo intentas no podrás…—Eso depende de ti…—No de mí no, de ti… ya basta de huir… —Mila soltó el aire y cerró los ojos.—Pensé que me odiabas, que te fastidiaba mi presencia… eras tan…—Tenía que serlo… por un lado, mi hermano, y por otro Iván… —Mila se despegó.—Tengo miedo de papá, Mikhail… él… es demasiado obstinado…—No te preocupes, lo resolveremos… —Mila negó.—Posterguémoslo, lo más que podamos…—Tú eres la que decide… yo puedo hablar con él… tenemos una palabra de por medio, y negocios… los negocios de mi padre están ligados a Iván… —Lo sé… pero… él… papá es capaz de todo… —Mikhail tomó el rostro de Mila que aún vibraba y la hizo mirarlo.—¿Y crees que yo no? Mila… he estado en silencio por
—Deben tener cuidado… sé que a Mikhail le importa una mierd@ los problemas Mila, pero, de todas formas, hasta yo, teniendo un papá como Alexey, le tengo un poco de miedo a tu padre…—Es un obstinado… Por eso le pedí a Mikhail mantener esto así…—Por demás, y estoy de acuerdo contigo en eso… —Mila se sentó frente a Sara, que se quitaba los zapatos y apretó sus labios.—¿Qué fue lo que pasó con Santor? No me has contado nada… incluso viniste aquí.Sara alzó la mirada y negó. Incluso se tomó más de un minuto.—Ese hijo de put@… se cree el dueño del mundo y no es nada… incluso firmé cheques para él…Mila abrió los ojos.—Sara…—Lo sé, Mila, soy una pendeja… ahora ni siquiera puedo pensar como pude estar babeada por él durante tanto tiempo, literalmente es como si una venda se hubiese caído de mis ojos… —Sara se estremeció—. Mila… yo vi cómo su miembro entraba en esa mujer… sentí una repugnancia tremenda…Mila se acercó para abrazarla, y pudo notar que Sara dejó caer una lágrima.—Es bueno