—Bienvenida cariño… —Mila recibió el abrazo de Sibel, y luego notó que su padre estaba muy callado, pero, aun así, fue hacia él para abrazarlo, y luego se giró.—Gracias, Sora, por buscarme en el aeropuerto…Él sonrió y dejó a la familia a solas.—¿Cómo está Ana y Alex?—Bien má, unidos como siempre, y te envían saludos. Dicen que tratarán de visitarlos pronto.—Me encantaría tener a Ana aquí… ¿Tienes hambre, puedo pedir que hagan algo para ti?Mila negó.—No, comí algo en el avión, fue un viaje agotador.—Por eso pienso tanto en viajar a Rusia, son muchas horas… y ya estoy vieja…—Mila torció los ojos y luego miró a Iván.Esta vez ella supo que había algo.—¿Está todo bien papá? —y él asintió.—Todo bien… descansa, mañana me gustaría que saliéramos a un lugar… —Mila miró a su madre, pero Sibel se hizo la desentendida.—Pá, mañana creo iré al trabajo, debo ponerme al día…—Bien, te llevaré, desayunaremos en tu lugar favorito, y tendremos unas palabras… es todo… —Iván salió de la sala,
El rugido del motor resonaba en los oídos de Mila mientras manejaba por las calles de la ciudad. El encuentro con su padre la dejó con un nudo en el estómago y una sensación de desesperación. Trataba de comprender las palabras que había escuchado en la cafetería, pero la realidad era abrumadora. Sus pensamientos se agolpaban, y el recuerdo de Moscú resurgía con fuerza.Al llegar a la organización, fue recibida con algunas caras sorprendidas, y otras sonrisas un poco disimuladas, sabía que había estado mucho tiempo fuera, y quizás Marco pensaría que no iba a salir con mucho, pero le encantaba la forma en que lo iba a sorprender.—¿Cómo es eso del favor? —Mila dio un brinco cuando alguien susurró muy cerca y al girarse se encontró con la sonrisa de Bruno.—Tú…—Y tú… estoy ansioso.—Te lo explicaré todo, pero debo ir a donde el jefe…Bruno era el hijo de Marco Harris, literalmente el segundo al mando de toda la organización, y una de las personas más cercanas a ella, después de Sara y S
—Entonces, ¿tenemos un trato? —preguntó Bruno, con una sonrisa pícara y Mila se preguntó en cuantos tratos ya se había inmiscuido hasta ahora. Asintió, consciente de la complejidad de la situación. La línea entre la realidad y la farsa se volvía cada vez más difusa, pero estaba decidida a mantener sus motivaciones en foco.—Recuerda, Bruno, esto es solo un juego… Necesitamos asegurarnos de que nuestros inversores queden conformes, y además, hay algo… solo actuaremos así, frente a uno, ya que los demás, piensan que… tengo algo… serio con este hombre…Bruno frunció el ceño y colocó los codos en la mesa, y sus dedos en la boca.—Soy un actor consumado… —respondió Bruno, con una confianza que dejó a Mila preguntándose si había más detrás de esa fachada de chico despreocupado—. Pero me encantaría saber… ¿De quién se trata?Ella apretó los dientes y miró sus manos.—Confió en ti para esto…—Lo sé… también estoy poniendo mi imagen en juego… y sabes perfectamente que nunca oficializo nada p
La estrategia de Bruno para aumentar la credibilidad de su farsa tuvo un impacto inmediato en las redes sociales. La foto compartida generó comentarios y reacciones de sorpresa, entusiasmo y especulaciones que dieron de que hablar durante los siguientes días. —Es un hijo de put@ más, ni más ni menos… —Dijo Iván colocando el iPad en la cocina. —Parece un chico agradable… —Comentó Sibel, mirando aún las noticias, e Iván soltó el humo que tenía en su boca. —Si se parece al padre, es la misma mierd@… —Iván, nadie te parece creíble, de verdad estoy a punto de pasarme al bando de Mila, la ahogas… —Iván frunció el ceño. —No es que no quiera a nadie, es que se cruza con muchos cretinos, pensé que funcionaría con Sergei, lo he ayudado de más… ¿Cómo no ha dado con ella? Sibel negó. —Se supone que uno no decide estas cosas… ella lo ama como un hermano. —¿Qué? Ella puede elegir… ¿Acaso pariste a un hijo para que ella lo va como hermano? —Estoy al borde contigo —Sibel se puso de pie, e Ivá
La música suave resonaba en el salón de convenciones, creando un ambiente elegante y distendido. Mila caminaba junto a Bruno, tratando de mantener la compostura mientras observaba la multitud. Aunque la atención estaba centrada en ellos, su mente estaba obsesionada con la búsqueda de una figura familiar entre los invitados.La tensión aumentaba a medida que avanzaba junto a Bruno, y aunque tenía una sonrisa amplia, ella temblaba por dentro. Había muchas cosas que disputar hoy, y esperaba tener la cabeza fría para todo lo que se avecinaba.—Chicos… —Tanto Brunos como ella se giraron hacia Marco—. Pero… que bella Mila…Bruno asintió mirándola.—Es toda una escultura, esta mujer…Mila se sonrojó negando.—Ustedes dos, no empiecen… además, tengo el estómago contraído…—Todo saldrá de maravilla, Mila, además, es por ti que este evento el día de hoy será magnánimo… ¿Ya llegaron tus invitados?Mila pasó el trago y se enderezó.—Voy a echar un vistazo… ¿Los organizaremos por mesa?—Sí… tu mes
El salón de convenciones estaba impregnado de una energía vibrante, pero Mila se sentía atrapada en un torbellino de emociones. La cercanía de Mikhail, la tensión con Bruno y la complejidad de la situación formaban una amalgama difícil de manejar.Mikhail, por otro lado, parecía disfrutar del desconcierto general. Su actitud relajada y sus comentarios ingeniosos mantenían a los presentes entretenidos, pero Mila no podía ignorar la mirada intensa que él le dirigía cada vez que pensaba que nadie lo notaba.—Bienvenidos, señores y señoras, a esta noche tan especial… — El anfitrión habló desde el escenario, captando la atención de todos—. Hoy celebramos no solo el éxito de nuestra organización, sino también la unión de muchos socios que se suman a la causa, a través de nuestros líderes…Marco sonrió desde su puesto, mientras los aplausos inundaban el lugar, pero Mila detalló que Mikhail ni siquiera llevaba la vista a Marco, ni mucho menos aplaudía.—Me encantaría presentar a los líderes d
Mikhail se quedó estático por un momento, mientras sintió que algo se rompió en él. Él sabía perfectamente que desde hace mucho tiempo Mila le hacía algo, pero ahora no podía describir que tipo de veneno se estaba mezclando en su sangre, ni que sustancia estaba haciendo que se transformara. La sangre le quemaba por cómo la fuerza y rapidez se desplazaba en sus venas, y solo notar que la boca de ese tipo había tocado la de Mila, estaba cambiando su faceta de forma absurda. Sus puños se apretaron con fuerza, mientras que el aire le resultó difícil esta vez, y aunque había notado que esto tomó desprevenida a Mila, ahora mismo no podía ver su reacción porque sus ojos solo estaban clavados en el hijo de put@ que se había atrevido a desafiarlo. Sus ojos estaban blancos de la ira, y aunque él no lo había ordenado, ya sus pies se pusieron en marcha para ir al sitio. Mila, por su parte, abrió los ojos mientras su cuerpo vibró con anticipación. Ella había pensado en colocarse en medio, pero
Mikhail caminó con Mila hasta una de sus camionetas, y Mila notó como él retrocedió cuando ella ya se sentaba en el asiento trasero, ya que Mauro había hecho acto de presencia, e intentó frenar a Mikhail antes de que se fuera.—Debo irme Mauro… hay un club, todos serán recibidos allá… —Le dijo Mikhail tomándole el hombro—. Pásala bien… hablaremos luego.—¿Vendrás después? Me refiero a esta misma noche —Mauro preguntó y Mikhail negó.—No lo creo…Los ojos de Mauro miraron hacia dentro de la camioneta entendiéndolo todo y luego asintió.—De acuerdo. Nos reuniremos pronto… hay que hacer algo con esto, ya sabes a qué me refiero.—Por supuesto… déjamelo a mí.Mikhail se estaba despidiendo cuando Mila quitó los ojos del exterior, y miró el cristal en sus manos.De forma automática, las lágrimas se derramaron de sus ojos y se sintió asfixiada cuando soltó el aire junto a un pequeño sollozo que reprimió rápidamente como si estuviera siendo dura con ella misma.—No es tu culpa… —Se dijo a sí m