Capítulo 23.

-Oh mi fierecilla, me tienes en una situación difícil, contigo no sé ni por dónde empezar- dijo acercándose a ella y besando sus labios con desenfreno, amasando sus nalgas, sus pechos, el ánsia le estaba pasando factura.

Rebecca reía de sus palabras, nunca imaginó ver a su hombre en esa situación tan desesperante. Él le acariciaba todo su cuerpo, le lamía su cuello y también entre sus pechos, Rebecca notaba que su hombre estaba sufriendo por atenderla, así que sin pensarlo mucho Rebecca frenó la situación y se sentó junto a él.

-Quieres ir a darte un baño, creo que eso te calmará un poco- dijo en un tono suave y con una tierna sonrisa.

Arturo notó ese don especial que solo ella poseía para arreglar una situación. No quería entrar en comparaciones pero si el caso hubiese sido con otra ya lo hubieran manda

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