LA ADHALIA NEGRA AMELIA Seguí expresándome frente a la cámara con todas las ganas que fui guardando alguna vez. La mirada de Asunción se vuelve opaca conforme pasa el tiempo.—Perfecto –, dice Bárbara acercándose a Facundo. Los flash paran. La sesión termino. –Puedes irte a cambiar.Yo hago lo que ella me indica, no tardo mucho en hacerlo. Afuera nuevamente están los tres platicando. ¿Le habrá parecido bien?—Listo –, me acerco.—Muy bien, hasta aquí la primera prueba, te llamaré cuando pueda, necesito tener las fotos antes de tomar la decisión que creo tomaré –, dice fríamente. Sus palabras me hacen enojar.—Pues hágalo rápido porque los contratos me llueven. Nos vemos... Señora –, le doy una mirada a Asunción y me voy. Sólo eso me faltaba.3 DÍAS DESPUÉSTres días se han ido muy rápido, ni siquiera me siento consiente de la situación. Natalia ha estado al tanto de mí pero yo no he podido decir palabra alguna sobre lo que siento. Alejandro ha venido poniéndome al tanto de su plan y
LA ADHALIA NEGRA AMELIA Saliendo de ese lugar estoy decidida a marcarle a Natalia. Quisiera que pasáramos a un lugar más tranquilo que no sea la casa. Cuando teníamos nuestros ratos libres en el trabajo antiguo, salíamos a diferentes lugares. Eran tan divertidos esos tiempos.Mi celular suena y sin revisar el identificador de llamadas contesto, pienso que es Natalia que me va a reclamar el por qué la dejé con la palabra en la boca.— ¿Hola?—Quiero verte y sería de mal gusto que dijeras que no puedes.Odio trabajar para alguien y mucho más para esta mujer que solo busca como fastidiarme. Tatiana.— ¿Por qué no moderas tu poca educación, eh?—No sé tener educación con personas cualquieras.— ¡¿Que rayos quieres?! – le grito.— ¿Acaso eres una mujer tan ocupada que resulta que no tienes un poco de tiempo? Recuerda que todo lo que comienzas a tener es gracias a Alejandro y a mí.—Tatiana, será mejor que me digas que quieres decirme.—Te veo en 30 minutos en la cafetería más cercana a l
LA ADHALIA NEGRA NARRADOR No pudo evitar sonreír al ver como comía esas galletas que son de mala calidad para cualquier persona. Todos podrían llamarla rara pero ella lo entendía. Conoció alguien quien amaba comer esas extrañas galletas que nadie quiere y que solo parecen servir para adornar la mesa de bocadillos.Asunción era mágica con todo su ser pero sobretodo, sabía escuchar a su corazón. Esa mujer no era mala, algo se escondía detrás de esa mirada llena de frialdad y sería magnífico internarse en ese juego. Descubriría quién es verdaderamente ella. La gente siempre busca ser otra olvidando que lo mejor está en ser únicos y ella, ella estaba dispuesta a ayudar a esa mujer tan fría como un tempano de hielo a descubrir su verdadera personalidad.Santiago la ama solo a ella y en su cabeza tiene la seguridad de que eso no cambiará pero, ¿por qué no escucha a su corazón? ¿Por qué no le pregunta si él tiene la misma seguridad de eso?Era una niña de corazón frágil, absorbía todo lo q
LA ADHALIA NEGRA AMELIA Mi vida perdió la monotonía que solía tener hasta hace un tiempo.Y todo cambio simplemente al cerrar un trato que cambio mi vida.Mi gusto siempre estuvo frente a una cámara, siempre las sentí como parte de mí aunque a veces pensaba que ser lo que es Asunción ahora, tan dedicada a la decoración no sería malo. Pero la moda gano terreno en mí.El tiempo pasa y esta es mi historia.NARRADOR A Bárbara se le notaba muy feliz y triunfante con todo esto. Las fotos saldrían ya como la esencia de la nueva moda. No se le había visto así ya en mucho tiempo. Esa mujer llegó a cambiar la vida de muchos y tal vez, hasta a quebrantar la de otro tanto.Asunción se encontraba tranquila a lado de Santiago, él había regresado a ser el mismo de antes con ella, sabía que todo era algo pasajero. Él no podía cambiar tan drásticamente como lo estaba haciendo.Pasaron toda la tarde juntos volviendo a disfrutar del amor que aún los mantenía unidos. Todo llevaría tiempo pues el traba
LA ADHALIA NEGRA NARRADOR Era muy temprano y él no amaneció a lado de ella como de costumbre. Colocó su bata de seda y bajó a buscarlo, seguro estaría en su oficina.Giro la perilla y entró. Santiago se encontraba escribiendo.—No sabes lo horrible que es no despertar a tu lado –, dijo ella para atraer así su atención.Sonrió y Asunción entendió que él quería que se acercara.—Hoy amaneciste más hermosa de lo normal –, le dice él al verla deslumbrar.— ¿Qué haces? –Preguntó curiosa.—Pues escribía algo, ah, pero no tiene importancia.—Bueno si no tiene importancia, ¿qué te parece que te haga algo de desayunar muy rico, tanto como te gusta?—Me parece perfecto –, la carga como hace tiempo ya no lo hacía. Ella disfruta de estar ahí con él. Llegó a pensar que el amor se estaba acabando.Sabía que las palabras de Bárbara no eran más que eso, palabras. Bárbara no sabía lo que decía.AMELIA Me vestí rápidamente pues no escuchar ruido a estas horas en la cocina me estaba preocupando. Salí
LA ADHALIA NEGRA NARRADOR Ella se sentía tan feliz de sus logros. Es una buena mujer y eso lo sabe. Su corazón le hace sentir esos triunfos como si fueran suyos, le alegra tanto saber que comienza a triunfar a pesar de que no conoce mucho de ella. Su mirada, su frialdad, su hermosura, todo la hace recordar mil cosas. Tal vez el destino, aparte de regalarle la vida le puso a alguien que sabe, no es mala persona.Son tan opuestas pero tan iguales a la vez.Alejandro y ella no se le hacen el mejor complemento. Algo había en ella, algo escondían las dos mujeres que cruzaron sus caminos.El trabajo estaba absorbiendo a Alejandro y eso de sus juegos con Tatiana lo estaban cansando pero en ese momento necesitaba de ella. Necesitaba sacar su estrés de la manera que lo hacía siempre. Tomándola, tomando su cuerpo.Tomó su teléfono y le marcó.– ¿Si? –Escuchó su coqueta voz–Tatiana me encantaría verte ahora y que tengas la cena romántica que preparaste algún día, ¿la recuerdas?–Recuerdo hast
LA ADHALIA NEGRA Mi mirada lo estaba poniendo nervioso se le notaba tanto que después de unos segundos pudo bajar la mirada. Rió para bajar la tensión de él.–Tranquilo ahora espero contar con tu ayuda para aprender a conducir. ¡Juro que no te dejaré entrar si no sé conducir!Vuelve a recuperar la sonrisa y me dice. –Está bien, juro ayudarte –, abre la puerta y se baja. Enseguida voy detrás de él.Saliendo del auto Santiago se acerca a mí. –Bueno yo ya me voy– ¿Ya tan rápido?–Sí, tengo cosas que hacer, quería platicar unas cosas con Alejandro y me dijo que viniera aquí pero viste que salió corriendo.Cuídate mucho, Verónica y prometo enseñarte a manejar –, bromea.–Te lo agradecería.Ríe –. Yo me encargo. Hasta después, Verónica –, da la vuelta y se va. Pensé que me abrazaría a modo de despedida.UNA SEMANA DESPUÉSMiles de llamadas entraban y salía de la gran en empresa Fashion donde la secretaria de Bárbara no se daba abasto.Bárbara Noriega, la mujer más frívola en el mundo de l
LA ADHALIA NEGRA AMELIA Y tal y como lo dije. Le salve la vida a Alejandro una vez más.Santiago insistió en verme, es justamente por eso que comienzo a odiarlo por mi parte.Asunción lo ama y lo espera cada noche con esa magnífica sonrisa que solo hace resplandecer más al verle.¿Qué ha hecho él? Buscar a la mujer que bailó para él esa noche, olvidando la promesa que le hizo a Asunción. Es obvio, tiene todo a sus pies.Alejandro y yo creamos el plan para mañana y por fin pude venir a descansar un poco después del día tan pesado que tuve. Llegué a la casa y para mi suerte ahí estaba Natalia cenando. Sonrió al mirarme y ver que por fin, después de varias noches, cenaré con ella.–Natalia –, llamo su atención.–Hola –, dice sin mirarme.– ¿Cómo has estado?–Muy bien –, dice desganada. Me siento a su lado sonriendo.–Vamos, Natalia, dime lo que sea.– ¡¿Por qué no me dejas en paz?! –Se levanta muy enojada de la silla. Yo me quedo atónita.–Natalia yo...– ¡Déjame en paz! ¡Ocúpate de tu