LA ADHALIA NEGRA DÍAS DESPUÉSA veces, cuando más crees tener la vida en tus manos para hacer de ella lo que mejor puedas, chocas con la idea de darte cuenta que no es así. La vida no está comprada, la vida solo es un préstamo que el destino de la bella naturaleza se encargó de darnos. No somos nada a lado de ella, pero somos todo cuando sabemos trabajar con ella.Asunción salió rumbo a ver a Bárbara. Tenía que decirle tantas cosas que duda, pueda decir después. Hace tiempo que no la veía y practicante no sabía nada de que hubiera estado presente en el gran concurso del cual resultó ganadora junto con Verónica. Era extraño pues todos en el mundo de la moda sabían que ella era la mujer que había trabajado duro para tener ese título entre sus manos.Asunción estaba un poco cansada de todo lo que últimamente venía pasando y ya no deseaba más. Después hablaría con Santiago y por último con ella, la mujer que el destino le puso en frente por un limitado tiempo.Llegó a la empresa y un poc
LA ADHALIA NEGRANARRADORRespiró hondo y buscó la manera de mantenerse fuerte — Sé que no es la mejor forma de decirlo y menos en estos momentos... El doctor me lo dijo hace unos días – comenzó a recordar ese momento con mucho dolor.— Lo lamentó mucho, el cáncer logró ganar. Asunción, no hay nada que hacer.Sintió como su corazón se rompía en mil pedazos al escuchar esas palabras. Sin embargo, se guardó el dolor— ¿Cómo... pasó? – preguntó tristemente—Es muy difícil de explicar. Todo parecía ir bien, parecía que nuevamente ganaríamos la lucha, pero... no lo logramos. Eso no es todo – ella apretó los ojos esperando lo que seguía – tu útero está destrozado. Una infección lo consumió y nos queda claro que no tiene que ver con el cáncer... Te queda poco tiempo de vida.— ¿Cuánto? – el dolor con el que sacaba las palabras era más grande que cualquier cosa. Le estaban dando una fecha de muerte. Y es que así es, todo lo que comienza termina, todo lo que uno quiere no puede ser y a todo a
LA ADHALIA NEGRAEl concurso ya había pasado y yo necesitaba relajarme, sé que nada sería tan fácil después de esa noche. Miles de personas ahora estarían en mi contra y otro tanto quisiera tenerme a sus pies.Me deshice de algunas cosas que había en la casa que Alex me regaló y también compré otro tanto de cosas. Quería comenzar de nuevo y hacerme la idea de que la vida de amor no sería para mí. En todo este tiempo Bárbara no me habló, solo mandó un escrito de agradecimiento y mucho dinero junto con esa carta, no decía más pero sospecho que mi trabajo hasta aquí llegó con ella y para ser sincera es algo que me tiene sin cuidado, desde el momento en el que me escogieron como reina en la industria en la moda me di cuenta que es una puerta abierta al éxito y a muchas otras más.De Asunción no sé mucho y tampoco de Santiago. Estos días que estuve encerrada en mi habitación pude pensar claramente que lo que en verdad quiero de Santiago es tenerlo para mí las veces que se me antojen y por
LA ADHALIA NEGRA NARRADOR Los sucesos pasaron muy rápido. La camioneta estalló al tener unos segundos contacto con el piso. Todo estaba perdido en ese momento, toda la verdad se la llevo a la tumba, todo ese amor se fue con ella. Asunción ya no estaba en este mundo, tal vez pasó a uno mejor donde las mentiras ya no jugarán con ella, donde se olvidaría del maldito cáncer que la estaba consumiendo poco a poco. Es así como la vida no tiene precio, es así como ella decide cuando cerrar con punto final, ella decide que te llevarás contigo para siempre y que no. Ella sabe cuándo sacarte de este mundo.La policía, los paramédicos, gente desconocida y otras tantas personas estaba ahí.Era difícil meterse en ese campo en el que ocurrió todo, decidieron cerrar esa parte con cintas amarillas y esperar a que la familia de la persona que tuvo el accidente llegara. Necesitaban darse cuenta que era inútil una investigación en esas condiciones.A Santiago fue a la primera persona que llamaron pues
DOS MESES DESPUÉS NARRADOR¿Qué decir del tiempo que se había ido? ¿Qué decir de todo eso que dolía y que nunca iba a terminar de doler porque ahora más que nunca se sentía culpable? El paraíso que alguna vez quiso hacer par Asunción simplemente se había convertido en su propio infierno.Había pasado exactamente dos meses desde el momento en que Asunción dejó esta vida para pasar a ser de aquella donde todo era eterno. A diferencia de lo que muchos pudieron pensar, Santiago siguió el caso. Santiago siguió el caso muy de cerca. No podía quedar impune la muerte de su esposa, de eso estaba seguro. Iba a buscar hasta debajo de las piedras por el asesino de aquella mujer.Verónica lo había mentido todo, Verónica no era más que una maldita farsante y él se había enamorado de ella, él había descuidado a Asunción por culpa de ella.Jamás se iba a perdonar el daño que le hizo. Jamás se iba a perdonar el dolor que le ocasionó y que fue el mismo que la llevó a la muerte.Estando en la tumba de
—Ay, no lo puedo creer, pedacito de cielo, no puedo creer que estés pasando por todo esto después de la muerte de aquella niña. Por supuesto que no niego que la muerte de aquella niña nos pegó a todos, su esposo se está muriendo de la tristeza, pero por favor, pedacito de cielo, todo va a estar bien —, dijo Facundo frente a mí, con la piernas cruzadas y con una copa de vino.Ya le había dicho todo, la manera en la que me sentía, la manera en la que la vida se había pintado desde la muerte de Asunción. Al final, ¿qué era lo que yo quería en esta vida? No era como si yo la hubiera asesinado o al menos, no de la manera en la que todo mundo creía. Las últimas palabras habían sido las que quedaron en mi mente. Santiago María debía de sacarse de su corazón a aquella mujer. Me dijeron que para llegar al éxito tenía que destruir a Santiago Marín, me dijeron que el camino sería sencillo, me dijeron tantas cosas que al final no quise creer pero ahora más que nunca me doy cuenta que lo qu
LA ADHALIA NEGRA NARRADORY era cierto, Bárbara tenía toda la razón en tener tanto odio a aquella mujer porque al final, aquella mujer era la asesina de Asunción, la asesina de una mujer que su único mal fue haber confiado en Amelia como lo hizo. —Con esto ya no quiero seguir, escuchemos el plan de Amelia, por favor, Bárbara.Bárbara se levantó molesta de su lugar. Estaba harta, estaba harta de sentir cómo el corazón le quemaba, cómo tenía que seguir viendo a esa mujer frente a ella después de saber la verdad, ella era la hermana de Asunción, en su lugar quedó ella, una prostituta. Una maldita prostituta que no era nada ahí ni en ningún otro lado.— ¿Crees que puedes decidir aquí? ¿Crees que puedes tomar el lugar de mi hija? ¡Estás muy equivocada, querida Amelia! Nadie, nadie en esta vida será capaz de llenar el vacío que dejó mi niña, eso te lo juro, y lo mismo va para ti, Santiago Marín. Molesta, Bárbara salió de la junta.La realidad era que Amelia no sabía lo que debía de hace
LA ADHALIA NEGRA Por segunda vez los mismo preparativos. Alejandro había dejado libre a Amelia para hacer lo que ella quisiera cómo lo quisiera pero siempre con la condición de que le llevara la cabeza de Santiago en bandeja de plata. Mientras él vivía su vida de la mejor manera, mientras él se sentía cada vez más atraído por la misma mujer que parecía ser tan inocente pero al mismo tiempo, que sabía leer a los hombres al derecho y al revés debido al trabajo al que se dedicaba. Todo lo que quería era regresar a ese país con ella. El momento de dar el golpe final había llegado.Él no era ningún bastardo, él era el hermano de Santiago Marín, importaba más, importaba menos cómo eso sucedió Lo único que importaba es que él iba a reclamar lo que era suyo. Estaba harto de trabajar para los demás y siendo más específicos, estaba harto de trabajar para su propio hermano.—Tu viva va a cambiar de una manera que no va a cambiar jamás —dijo Alejandro besando las mejillas rosadas de Nata