CELEBRACIÓN FAMILIAR.La mansión Cross estaba adornada con una alegría y un esplendor que rara vez se veían. Flores de todos colores adornaban las mesas y guirnaldas de luces titilaban suavemente, creando un ambiente cálido y acogedor. En el centro de todo, Elara y Nathaniel, sostenían en brazos a la pequeña Olivia, y sus caras irradiaban felicidad.La familia y amigos cercanos se reunieron para celebrar el nacimiento de la nueva integrante de la familia. Julián, siempre el alma de la fiesta, levantó su copa en un brindis.―A Nathaniel, brindo por ti que finalmente has entrado al club de los padres. Pronto te preguntarás por qué tienes tantas canas ―dijo, provocando una ola de risas entre los invitados.Nathaniel sonrió, mirando a su hija con ojos llenos de amor.―Creo que las canas valen la pena ―respondió ―si significan tener momentos como este.Natalia, por otro lado, estaba prácticamente en la orilla de su asiento, mirando a Olivia con una mezcla de emoción y ansiedad.―No puedo e
UN SUEÑO CUMPLIDO.Dos meses después, la vida había seguido su curso con cambios significativos para todos. En el departamento, Sara miraba a Olivia, la hija de Elara, con una mezcla de alegría y melancolía.―Hola, cielo, ¿te gusta la tía Sara? ¿Sí? ¿Verdad que iremos de compras?La pequeña Olivia sonrió y sus lindos ojos azules brillaron, haciendo que Sara sintiera una opresión en el pecho. Desde que se enteró del embarazo de Elara, no había podido dejar de pensar en su propio embarazo y lo tonta que había sido en ese momento. Había tomado la decisión equivocada; si hubiera seguido adelante y no hubiera abortado, ahora mismo tendría a una personita a su lado. No obstante, se prometió dejar de flagelarse y, en cambio, había tomado una decisión que ese día le hablaría a su mejor amiga.Elara tomó asiento junto a Sara y cargó a Olivia en brazos para darle pecho.―¿Y cómo has estado? Lamento que casi no nos veamos, pero esto de ser mamá es absorbente. Hay días en los que no me peino.Sar
ESCAPADA ROMÁNTICA.―Espero que hayas empacado lo esencial. ―dijo Nathaniel con una sonrisa emocionada ―No necesitarás mucho más dónde vamos.―¿Ni siquiera una pista? ¿Estamos yendo a las montañas, al bosque, al mar? ―Elara sentía una mezcla de emoción y curiosidad.―Paciencia, mi amor. Estamos casi allí. Solo quiero que sepas que este fin de semana es para nosotros.Nathaniel había estado planeando este momento durante semanas, cada detalle meticulosamente organizado para asegurarse de que fuera perfecto. Quería algo más que un simple descanso de la rutina; anhelaba un refugio, un santuario lejos del incesante zumbido de la ciudad y las interminables exigencias de su trabajo como CEO. La anticipación crecía con cada kilómetro que dejaban atrás, hasta que, finalmente, el paisaje urbano dio paso a vistas más naturales y tranquilas. El sonido del mar en la distancia era como una dulce melodía anunciando su llegada.Cuando el auto se detuvo delante de una imponente casa frente a la playa
ESCENA ESPECIAL. ―¡Lo amo, padre! ―gritó Amina Al-Rashid al viejo jeque. El hombre le dio una mirada desaprobatoria a su hija menor y su mano golpeó con severidad el reposabrazos. ―¡¿Has deshonrado a nuestra familia, cómo te atreves a escapar con ese hombre?! La chica de tan solo 18 años miró a su padre con determinación. ―Lo hice por qué nos amamos, por qué no entiendes que Einar y yo nos amamos, ¡¿qué tiene de malo padre?! ―¡Silencio! ―exclamó el hombre a punto de perder la poca paciencia que le quedaba. ―Sabías que tenías un compromiso con Hasán, ¡¿tienes idea de lo que has ocasionado?! ―No me importa, asumiré las consecuencias. El viejo jeque Alek Al-Rashid amaba a su hija, pero también seguía las reglas y aunque no le gustará lo que venía, debían cumplir las tradiciones a cualquier costo. Zayd quien se había mantenido al margen, finalmente intervino. ―Padre ―dijo con voz dura. ―Aún tenemos otra opción. Alek miró a su hijo y frunció los labios. ―Lo sé, pero no quiero ll
SIPNOSIS Daniel King sufrió la peor humillación el día de su boda. La novia huyó dejándolo plantado en el altar. Dolido y con sed de venganza, termina casándose con Bridget la prima de Naomi, su ex prometida. Sin embargo, durante cuatro largos años no ha podido olvidar a la mujer que no solo lo humilló, sino que también robó su corazón, dejándolo incapaz de amar a nadie más. Cuando finalmente, después de buscar por cada rincón del país, encuentra a la mujer que ama y odia al mundo tiempo, en un club de sexo, su único deseo es hacerle pagar por su traición, sin imaginar que tendría que protegerla de un gran peligro.Naomi O’Connel huyó del hombre que ama creyendo que sería infeliz a su lado, no obstante, nunca imaginó que su vida se complicaría aún más. Desesperada y necesitando ayuda, termina en manos de un hombre peligroso, que no solo está obsesionado con ella, sino que tampoco está dispuesto a dejarla ir. Pero la llegada de Daniel a su vida no solo pondrá su mundo patas arriba, si
CAPÍTULO 1: TE CASARAS.―Señorita Naomi, su padre quiere verla en su despacho.La joven cerró el libro de diseño y suspiró profundamente. Acaba de regresar de París, se había graduado con honores y su padre no le había dado ni una felicitación, era como si ella fuera un jarrón más, a veces sentía que no era su hija, ya que ningún padre podría ser tan frío y desinteresado con su sangre.―Gracias, Lorena, iré enseguida.Se arregló la ropa y se acomodó el cabello, su padre, el senador O’ Connel era un hombre perfeccionista y no le agradaría ver un solo cabello de ella desarreglado, creyéndose lista, salió de la habitación y bajó al despacho. Cuando estuvo delante tomó una respiración profunda y se preparó.―Adelante. ―la voz fría e indiferente se escuchó del otro lado.Naomi abrió la puerta suavemente y asomó la cabeza.― ¿Querías verme padre?―Sí, cierra la puerta y toma asiento, trataremos un tema importante.La chica hizo lo que le pidieron y se sentó frente a su padre.―Te vas a casa
CAPÍTULO 2: ENTREGAR SU VIRGINIDAD.UN MES DESPUÉS…―Naomi, ¿estás segura? ― preguntó la chica detrás de ella, ayudándola a terminar de arreglarse el cabello ―Si tu padre se entera, nos mata.La joven se giró y miró a su mejor amiga y también prima. Bridget O’Connel era la hija de la hermana fallecida del padre de Naomi, habían crecido juntas y era casi como una hermana para ella.La agarró de los hombros y dijo con una sonrisa.―Bri, cálmate. Papá está en una de esas fiestas benéficas. No se va a dar cuenta, siempre llega tarde.―No lo sé, si nos atrapa estamos muertas.Naomi sonrió. ―No seas miedosa, además, esta es mi única oportunidad de conocer Black Rose, es el club más solicitado de la ciudad. Hoy es mi noche de suerte.Su prima la miró y negó con la cabeza.―Estás loca, ¿sabes?―Tal vez, pero ¿puedes culparme? En unos días tendré que casarme con un hombre que no he visto, pero detesto. Lo único que quiero es ser feliz al menos una vez.Su prima se acercó y la abrazó.―Lo sé,
CAPÍTULO 3: SALVÁNDOLA― ¡Oh, demonios! ¿Ósea que vinimos para nada? ¿De verdad, Naomi? Ella se quedó en silencio sin saber qué decir, por una parte, no quería entregarle su primera vez a ese hombre, que su padre había elegido, como su marido, pero tampoco quería arriesgarse con un extraño en un club.―Naomi ―su prima, la agarró de los hombros ―Se que yo fui la primera en decir que estabas loca y no, no estoy bajo los efectos del alcohol. Pero tienes derecho a elegir por ti misma al menos una vez. Y sé que ese hombre te gusta, no lo niegues.―Yo…―Ve por él.― ¿Qué? ―pregunto escandalizada.―Tú también le gustas, no ha dejado de mirarte. Además, solo será cuestión de una sola vez, no es como si se verán de nuevo. Solo asegúrate que use condón.Naomi puso los ojos en blanco, intentando fingir que no le interesaba.―No voy a hacerlo, Bri.―Te gusta. ―Bridget se rio ―Admítelo. Te sientes atraída por él.―Bueno… es atractivo, pero…―Excusas, excusas.―Eres imposible, ¿sabías? ― Naomi la