CAPÍTULO 3: SALVÁNDOLA― ¡Oh, demonios! ¿Ósea que vinimos para nada? ¿De verdad, Naomi? Ella se quedó en silencio sin saber qué decir, por una parte, no quería entregarle su primera vez a ese hombre, que su padre había elegido, como su marido, pero tampoco quería arriesgarse con un extraño en un club.―Naomi ―su prima, la agarró de los hombros ―Se que yo fui la primera en decir que estabas loca y no, no estoy bajo los efectos del alcohol. Pero tienes derecho a elegir por ti misma al menos una vez. Y sé que ese hombre te gusta, no lo niegues.―Yo…―Ve por él.― ¿Qué? ―pregunto escandalizada.―Tú también le gustas, no ha dejado de mirarte. Además, solo será cuestión de una sola vez, no es como si se verán de nuevo. Solo asegúrate que use condón.Naomi puso los ojos en blanco, intentando fingir que no le interesaba.―No voy a hacerlo, Bri.―Te gusta. ―Bridget se rio ―Admítelo. Te sientes atraída por él.―Bueno… es atractivo, pero…―Excusas, excusas.―Eres imposible, ¿sabías? ― Naomi la
UN HOMBRE ENOJADO.― ¡Quítate de encima de ella! Los ojos de Naomi se abrieron de golpe, miró hacia la puerta y lo vio.El hombre de antes, el de los ojos azules más hermosos que jamás había visto, su mirada era aún más intensa de cerca. Y en ese momento parecía un perfecto asesino.―Oye amigo, lárgate de aquí ―replico, el asqueroso que estaba encima de Naomi ―Ve a buscar con quién divertirte, esta es mía.Pero el hombre en la puerta no se molestó en responder. Si no en actuar, dio un paso adelante y agarró al hombre por el cuello, quitándolo de encima de ella y tirándolo al suelo con brusquedad.Naomi se quedó inmóvil, respirando agitadamente, todo su cuerpo temblaba y la hacía incapaz de moverse. Cuando sus ojos buscaron a su ángel salvador, lo encontró encima del hombre, propinándole varios golpes sin intención de detenerse.Todo lo que ella pudo ver fue una ráfaga de puños y también una serie de gemidos ahogados y crujidos. En el momento siguiente había sangre en el impoluto piso
CAPITULO5: CONSUMIDOS POR LA PASIÓN.El auto bajó a un estacionamiento subterráneo de un complejo de edificios de alta gama. Por supuesto, nada de esto lograba impresionar a Naomi, estaba acostumbrada a este tipo de vida. Daniel salió del auto y ella hizo lo mismo, luego cargo a Bridget y fueron directo al ascensor. El marco su clave privada y en cuestión de minutos estaba en su pent-house de 7000 pies cuadrados. Los grandes ventanales mostraban la ciudad en su vista nocturna.―Bonito lugar ―dijo Naomi mirando a su alrededor.Daniel dejó a Bridget en el amplio sofá y le dio una sonrisa.―Gracias, pero no vengo todo el tiempo, aunque te resulte gracioso, vivo con mi madre en los suburbios.― ¿Hablas en serio? ―pregunto ella alzando las cejas ―Creí que eras del tipo que le gusta una vida solitaria, una que otra chica a veces y luego adiós.― ¿Qué te hace pensar que lo soy? ―dijo y caminó hacia la cocina para servir un vaso de agua, luego abrió un pequeño gabinete y sacó una píldora. Nao
CAPÍTULO 6: VERDAD AL DESCUBIERTO.Daniel cerró la puerta con el pie, la depositó en la cama y luego se embebió de ella. Era una jodida tentación.―Me vuelves loco.― ¿Sí? ―pregunto mientras bajaba la tira de su sujetador de encaje y luego lo desabrochaba ―Veamos qué tanto.Se puso de pie con sus pechos al aire y caminó hacia él. Sonrió coqueta, y enganchó los dedos en su tanga, comenzó a bajarla lentamente. Cuando se hicieron un círculo a sus pies, la alzó con la punta de su tacón.―Un pequeño regalo de mi parte ―dijo y la lanzó hacia él. Daniel la atrapó en el acto y la llevó a su nariz para aspirar su aroma.―Jodidamente delicioso.Sintió que su polla estaba a punto de explotar, nunca, en sus treinta años de vida, había deseado a una mujer como a ella. Tenía un no sé qué lo hacía querer poseerla y mantenerla a su lado.―Bien, chico estrellas. Muéstrame de qué estás hecho. ― dijo y caminó nuevamente hacia la cama y se sentó, para luego abrirse de piernas, mostrándole lo que disfrut
CAPÍTULO: 7 ¿ES ÉL? En el gran salón de la mansión O’Connel, el silencio se rompió con el sonido de una bofetada. Naomi, con la mejilla ardiendo, miró a su padre con una mezcla de impotencia y desafío. ― ¿Te atreves a desafiarme, Naomi? ―La voz de su padre retumbaba en el lujoso espacio. ―No soy un objeto ―gruñó ella, llevándose la mano a la mejilla. ―No soy algo de lo que puedas disponer y decidir como si nada. ―Reuniendo todo su valor, Naomi fijó su mirada en su padre. ―Te lo dije, padre. No quiero casarme. Y que sepas… ―Una sonrisa de victoria adornó sus labios. ―Ya no soy virgen. Me acosté con ese hombre. Los ojos del senador brillaron con ira. ― ¡Eres una zorra! ―Bramó fuera de sí, abofeteándola nuevamente. ―Pero si crees que vas a arruinar mis planes, te equivocas. Lo quieras o no, te casarás con Daniel King. ¿Entiendes? ¡Te casarás! El nombre de Daniel King resonó en la mente de Naomi, paralizando tanto su cuerpo como su respiración. «¿Él?» Pensó con miedo. «¿Es él?» El
CAPÍTULO 8: PLANTADO EN EL ALTAR. Para sorpresa de todos, los días transcurrieron con total tranquilidad, pero Daniel era otra cosa, a pesar de que pasaba tiempo con su familia, no estaba allí del todo, su mente estaba en la mujer que hoy se convertiría en su esposa y a la que no había vuelto a ver desde aquel día. Aunque Jonathan trató de hacerlo entrar en razón, le dijo que todo estaba bien y en realidad lo estaba. Puesto que su decisión de casarse ahora estaba lejos de la venganza, se había dicho a sí mismo que le gustaba Naomi, y se propuso tener un matrimonio real, había visto el ejemplo de su hermano, si Jonathan pudo encontrar la felicidad junto a Aurora, ¿por qué no él? ―Hijo, ¿ya estás listo? Recuerda que el novio debe llegar antes que la novia. Renata se acercó y acomodó el botón de su solapa. Alzó la mirada y le sonrió. ―Cariño, ¿de verdad quieres casarte con esa chica? No dejo de pensar que únicamente lo haces, porque yo… ―Mama ―Daniel sostuvo sus hombros ―Voy a casa
CAPITULO: 9 ¿DÓNDE ESTÁ NAOMI? Bridget miró nerviosa a Daniel y estaba a punto de explicar cuando él miró al sacerdote. ―Padre, ¿nos da un momento, por favor? El cura quedó perplejo, sin embargo, les concedió un tiempo. Daniel agarró a Bridget del brazo y la sacó del altar a rastras. Cuando llegaron a una habitación privada de la iglesia, soltó con brusquedad a su “novia” falsa. ― ¿Dónde está Naomi? ―inquirió. Bridget, con la cabeza gacha y las manos sudorosas, tardó en responder. ― ¡Dije, ¿dónde está Naomi?! ―Ella… ella… ― ¡Con un demonio, ¿dónde está?! ¿Por qué tú estás aquí en lugar de ella? ― ¡Porque ella escapó! ¡Se fue, huyó, no quiere casarse contigo! ―Bridget terminó gritando, llena de nervios. ―Ella me pidió que la suplantara mientras huía. Nunca quiso casarse contigo y cuando supo que eras tú, dijo que jamás se convertiría en tu esposa. Los ojos de Daniel brillaron de ira y su pecho se contrajo. Se sentía humillado y dolido; como un imbécil, había hecho planes con u
CAPÍTULO 10: NUNCA VOY A DIVORCIARME.―Vamos a divorciarnos. ―Daniel miró a la mujer sentada en el tocador, y sus ojos se encontraron en el espejo. Bridget detuvo el movimiento de su mano, dejó el cepillo con suavidad y se giró.― ¿Qué dijiste?―Lo que escuchaste, Bridget. Quiero el divorcio.Ella se puso de pie y negó rápidamente.― ¿Por qué me pides eso? ¿Por qué ahora?En su corazón, el peor temor se había hecho realidad; él la había encontrado. Habían estado casados durante cuatro años, pero solo había sido un matrimonio ficticio, frío e indiferente. Daniel nunca se comportó como su esposo, ni siquiera delante de la sociedad. Ella solo había estado relegada a la casa y ostentando el título de señora King, pero en realidad no se sentía como tal.De hecho, Daniel ni siquiera se había acostado con ella; nunca le dio una noche de bodas. Bridget había tenido que soportar noches frías, mientras su marido se quedaba fuera de casa, y todo por una razón: Naomi.Ella sabía que él nunca la ha