XOXO.
NO HA TERMINADO.La puerta de la habitación donde se encontraba Elara se abrió lentamente, Nathaniel, que acababa de llegar, subió rápidamente a verla. Estaba dormida, quizás el miedo, el estrés al que había estado sometida o simplemente el cansancio la habían vencido. Se acercó a la cama lentamente, sus ojos empapándose de ella, y su corazón latiendo de agradecimiento porque estaba a salvo. Se sentó suavemente, cuidando de no despertarla, y extendió su mano para acariciar su mejilla.Elara murmuró algunas palabras y pronunció su nombre.―Nathaniel...―Sí, mi amor, aquí estoy, contigo... ―susurró él en respuesta.Elara no abrió los ojos; dentro de todo, supuso que se trataría de un sueño.―No te vayas nuevamente...Él sonrió.―Lo prometo ―dijo, antes de inclinarse y besar sus labios.Elara sintió la calidez de estos y abrió los ojos lentamente, solo para encontrarse con su sonrisa. Su pecho se agitó y una especie de felicidad infinita se apoderó de ella.―Nat...―Aquí estoy, amor ―dij
LA SALVACIÓN DE EMPRESAS CROSS―Señor, alguien quiere verlo ―informó Margarita, asomando la cabeza desde la puerta.Nathaniel estaba organizando unos documentos mientras se rompía la cabeza tratando de encontrar una solución para la empresa. Después del escándalo de Arnold, fue inevitable que la empresa fuera arrastrada y ahora nadie quería invertir en empresas Croos. Suspiró y levantó la cabeza.―¿Quién es?―El señor Al-Rashid, señor.Las cejas de Nathaniel se fruncieron.―¿Zayd?―Sí.―¿Te dijo qué quería?―No, señor ―la mujer se alzó de hombros. ―Solo dijo que quería hablar con usted y vino acompañado de una mujer.Nathaniel se puso de pie cerrando la chaqueta de su traje.―Hazlo pasar a la sala de juntas, estaré allí de inmediato.―Sí.Margarita iba a darse la vuelta cuando le dio otra orden.―Llama a Elara, dile que iré por ella después de atender a Zayd.Margarita sonrió, todos en la empresa sabían lo emocionado que estaba el jefe con el próximo nacimiento de su hija y que no se
LA PEQUEÑA OLIVIATomando la decisión, Elara se puso de pie y enfocó sus ojos marrones en Catherine, avanzó con determinación hacia ellos, pero las palabras de Elara murieron cuando vio a Zayd salir de la oficina, y de inmediato su cara fue de confusión.―¿Zayd?Él le dio una amplia sonrisa y caminó hacia ella, para luego besar el dorso de su mano deliberadamente.―Hola, Elara, tan bella como siempre.Nathaniel se aclaró la garganta y caminó hacia su esposa.―Cariño, ¿por qué no esperaste que fuera por ti?Ella miró nuevamente a Catherine y luego a Zayd.―Yo… quería venir a la empresa. Margarita me dijo que estabas en una reunión, no quería molestarte, así que…―No ―dijo interrumpiéndola Nathaniel. ―Nada, ni nadie, es más importante que tú. Debiste llamar; tú eres lo primero.El corazón de Elara se agitó y le dio una sonrisa.―Déjame presentarte a Catherine James ―continuo Nathaniel y miró a la mujer.Catherine sonrió y dio un paso extendiendo su mano.―Es un gusto conocerla, señora C
LANZAMIENTO INTERRUMPIDO.En el corazón palpitante de Chicago, en el resplandeciente hotel Lincoln Park, la atmósfera está electrificada con anticipación mientras los líderes de Cross Industria y James Ltd., se preparan para revelar al mundo su innovación más reciente. Este lanzamiento no es solo un hito para sus carreras, sino una nueva esperanza para los niños afectados por problemas cardíacos.Nathaniel, avanzó hacia el micrófono. Su voz, cargada de emoción y determinación, resonó el salón.―Hoy, nos encontramos al borde de una revolución en el cuidado de la salud cardíaca pediátrica ―dijo captando la atención de todos. ―Este nuevo fármaco es el resultado de una investigación incansable, y también una colaboración sin precedentes entre Cross Industria y James Ltd. Estamos a punto de cambiar vidas, de ofrecer una nueva esperanza a familias que antes tenían pocas opciones.Los periodistas, con sus plumas listas y cámaras enfocando, esperaban su momento. Una mano se levantó.―¿Cómo as
CELEBRACIÓN FAMILIAR.La mansión Cross estaba adornada con una alegría y un esplendor que rara vez se veían. Flores de todos colores adornaban las mesas y guirnaldas de luces titilaban suavemente, creando un ambiente cálido y acogedor. En el centro de todo, Elara y Nathaniel, sostenían en brazos a la pequeña Olivia, y sus caras irradiaban felicidad.La familia y amigos cercanos se reunieron para celebrar el nacimiento de la nueva integrante de la familia. Julián, siempre el alma de la fiesta, levantó su copa en un brindis.―A Nathaniel, brindo por ti que finalmente has entrado al club de los padres. Pronto te preguntarás por qué tienes tantas canas ―dijo, provocando una ola de risas entre los invitados.Nathaniel sonrió, mirando a su hija con ojos llenos de amor.―Creo que las canas valen la pena ―respondió ―si significan tener momentos como este.Natalia, por otro lado, estaba prácticamente en la orilla de su asiento, mirando a Olivia con una mezcla de emoción y ansiedad.―No puedo e
UN SUEÑO CUMPLIDO.Dos meses después, la vida había seguido su curso con cambios significativos para todos. En el departamento, Sara miraba a Olivia, la hija de Elara, con una mezcla de alegría y melancolía.―Hola, cielo, ¿te gusta la tía Sara? ¿Sí? ¿Verdad que iremos de compras?La pequeña Olivia sonrió y sus lindos ojos azules brillaron, haciendo que Sara sintiera una opresión en el pecho. Desde que se enteró del embarazo de Elara, no había podido dejar de pensar en su propio embarazo y lo tonta que había sido en ese momento. Había tomado la decisión equivocada; si hubiera seguido adelante y no hubiera abortado, ahora mismo tendría a una personita a su lado. No obstante, se prometió dejar de flagelarse y, en cambio, había tomado una decisión que ese día le hablaría a su mejor amiga.Elara tomó asiento junto a Sara y cargó a Olivia en brazos para darle pecho.―¿Y cómo has estado? Lamento que casi no nos veamos, pero esto de ser mamá es absorbente. Hay días en los que no me peino.Sar
ESCAPADA ROMÁNTICA.―Espero que hayas empacado lo esencial. ―dijo Nathaniel con una sonrisa emocionada ―No necesitarás mucho más dónde vamos.―¿Ni siquiera una pista? ¿Estamos yendo a las montañas, al bosque, al mar? ―Elara sentía una mezcla de emoción y curiosidad.―Paciencia, mi amor. Estamos casi allí. Solo quiero que sepas que este fin de semana es para nosotros.Nathaniel había estado planeando este momento durante semanas, cada detalle meticulosamente organizado para asegurarse de que fuera perfecto. Quería algo más que un simple descanso de la rutina; anhelaba un refugio, un santuario lejos del incesante zumbido de la ciudad y las interminables exigencias de su trabajo como CEO. La anticipación crecía con cada kilómetro que dejaban atrás, hasta que, finalmente, el paisaje urbano dio paso a vistas más naturales y tranquilas. El sonido del mar en la distancia era como una dulce melodía anunciando su llegada.Cuando el auto se detuvo delante de una imponente casa frente a la playa
ESCENA ESPECIAL. ―¡Lo amo, padre! ―gritó Amina Al-Rashid al viejo jeque. El hombre le dio una mirada desaprobatoria a su hija menor y su mano golpeó con severidad el reposabrazos. ―¡¿Has deshonrado a nuestra familia, cómo te atreves a escapar con ese hombre?! La chica de tan solo 18 años miró a su padre con determinación. ―Lo hice por qué nos amamos, por qué no entiendes que Einar y yo nos amamos, ¡¿qué tiene de malo padre?! ―¡Silencio! ―exclamó el hombre a punto de perder la poca paciencia que le quedaba. ―Sabías que tenías un compromiso con Hasán, ¡¿tienes idea de lo que has ocasionado?! ―No me importa, asumiré las consecuencias. El viejo jeque Alek Al-Rashid amaba a su hija, pero también seguía las reglas y aunque no le gustará lo que venía, debían cumplir las tradiciones a cualquier costo. Zayd quien se había mantenido al margen, finalmente intervino. ―Padre ―dijo con voz dura. ―Aún tenemos otra opción. Alek miró a su hijo y frunció los labios. ―Lo sé, pero no quiero ll