HERIDAS PERFECTAS. CAPÍTULO 59. Otra como túEl motor del auto rugió cuando Mikhail pisó el acelerador. Konstantine, sentado en el asiento del copiloto, cargaba un arma en silencio mientras miraba la dirección que habían recibido del teléfono de Mera. El ambiente estaba tenso, como un cable a punto de romperse, pero ninguno de los dos parecía demasiado alterado.—¿No piensas llamar a nadie más? —dijo Mikhail, rompiendo el silencio mientras mantenía la vista fija en la carretera—. No sabemos cuántos hombres tiene, no sabemos con qué nos vamos a encontrar y no creo que Mera sea tan estúpida como para no tener guardias.—No, estúpida sí es, o de lo contrario no se le habría ocurrido secuestrar a la señora Karina —replicó Konstantine—. Pero tiene razón, jefe, no creo que sea ella la que haya apretado el gatillo que mató al chofer desde otro auto en movimiento; así que debe tener ayudantes para esto.Konstantine, siempre imperturbable, se encogió de hombros mientras le ponía el silenciador
HERIDAS PERFECTAS. CAPÍTULO 60. A ninguno de los dos.Ver a Mera escapar no fue lo peor de todo, lo peor fue ver cómo Karina se desvanecía en medio de aquella pesadilla que era el sótano sucio del horrible almacén en que la habían secuestrado.Nada evitó que Mikhail corriera hacia ella con desesperación, y la abrazara con fuerza, levantándola contra su pecho para sacarla de allí.El rugido del motor ronroneaba en el silencio de la noche mientras conducía hacia el hospital. Llevaba a Karina en el asiento del copiloto, semiinconsciente después del susto y el agotamiento. Su respiración era irregular, pero al menos estaba viva, y eso era todo lo que importaba en ese momento.—Aguanta, nena, ya casi llegamos —dijo Mikhail, con la voz tensa mientras le echaba rápidas miradas de preocupación.Karina apenas movió los labios en un intento de responder, pero estaba demasiado débil. El corte en su mejilla había dejado un rastro seco de sangre, y Mikhail apretó el volante con tanta fuerza que su
HERIDAS PERFECTAS. CAPÍTULO 61. Cuando todo terminaEl amanecer se filtraba por las ventanas del hospital cuando Karina abrió los ojos. Su visión estaba algo borrosa, pero no tardó en reconocer la figura familiar de Mikhail sentado junto a su cama. Estaba apoyado hacia adelante, con los codos sobre las rodillas y los ojos cerrados, como si estuviera rezando o simplemente agotado. Pero en cuanto Karina movió la mano, el ligero sonido de las sábanas lo hizo reaccionar. Levantó la cabeza de inmediato, y sus ojos azules se iluminaron al verla despierta.—Hey —murmuró él con una sonrisa suave, inclinándose hacia ella.—Hey tú —respondió Karina, con voz ronca pero con una pequeña sonrisa en los labios—. Dime que todo terminó.Mikhail tomó su mano entre las suyas, apretándola ligeramente como con eso quisiera darle fuerzas.—Ya estás fuera de peligro, muñeca. Todo está bien.Karina suspiró de alivio, pero pronto sus ojos se llenaron de preocupación.—¿Y Mera?El rostro de Mikhail se tensó li
HERIDAS PERFECTAS. CAPÍTULO 62. Un hombre protector con tooooooda la familiaEl sol de la mañana entraba suavemente por las enormes ventanas de la mansión Angelov, iluminando la sala principal donde Karina estaba sentada en un cómodo sillón, con una taza de café en las manos. Aunque la herida en su mejilla aún estaba ligeramente sensible, los cuidados de los médicos y el cariño de la familia Angelov habían hecho maravillas; y a pesar de todo lo que había pasado, se sentía tranquila y querida.Pero sobre todo estaba muy consentida porque Mikhail se había tomado absolutamente en serio aquello del plan de reconquista. El único problema era que no lograba que le hiciera los favores necesarios porque ahora la trataba como si fuera una muñequita de cristal.Parecía tenso por todo, preocupado por todo, y Karina juraba que estaba a punto de encargar un bunker y meterla en él. Y aquella idea se confirmó cuando él entró en la sala, sosteniendo su teléfono y con una expresión preocupada en el ro
HERIDAS PERFECTAS. CAPÍTULO 63. Algo circular, bonito y caroEl sol comenzaba a esconderse en el puerto de Varna cuando Mikhail entró en la sala donde Karina estaba sentada junto a una de las grandes ventanas, disfrutando del paisaje de la mansión Angelov. Venía con una sonrisa misteriosa en el rostro, y Karina, que ya lo conocía bastante bien, alzó una ceja, divertida.—¿Qué hiciste ahora? —preguntó, dejando su taza de té sobre la mesita más cercana.—Nada. Bueno, no exactamente "nada" —respondió él, metiendo las manos en los bolsillos y acercándose con aire casual—. Tengo una sorpresa para ti.Karina lo miró con curiosidad, ladeando la cabeza.—¿Qué tipo de sorpresa?—Del tipo que está esperando en el comedor.—¿El comedor? —repitió ella con tono coqueto—. ¿Entonces se come?Mikhail la envolvió en sus brazos porque no podía ser más sexi la condenada, pero negó.—La “comida” que te gusta viene después. Ahora ven, no quiero arruinarte el momento explicándotelo.Obviamente intrigada, K
HERIDAS PERFECTAS. CAPÍTULO 64. ¡Diablos, no!El sol brillaba con intensidad sobre los jardines de la mansión Angelov, donde se había instalado una elegante carpa blanca para la boda de Karina y Mikhail. Desde las primeras horas de la mañana, el lugar estaba lleno de actividad: arreglos florales, mesas llenas de delicados detalles dorados y blancos, y una pequeña orquesta ensayando suavemente en el fondo.Dentro de la mansión, Karina estaba terminando de prepararse en una de las habitaciones más amplias, rodeada de espejos y luces cálidas. Irina estaba con ella, asegurándose de que todo estuviera perfecto.—Bueno… —comenzó Irina, cruzándose de brazos mientras miraba a su cuñada con un brillo burlón en los ojos—. ¿Lista para convertirte oficialmente en la señora de "mi vida es perfecta"?Karina se giró hacia ella con una risa suave mientras ajustaba la caída de su vestido de novia en el espejo. El diseño era sencillo pero deslumbrante, con encaje delicado y una larga cola que parecía e
UN ESPOSO DE REEMPLAZO. CAPÍTULO 1. Palabra de honorSINOPSISIrina Angelov estaba a menos de diez minutos de dar el sí en el altar cuando escuchó lo peor que una novia podía oír: que el hombre con el que se iba a casar ya no la amaba. Su orgullo le alcanzaba para cancelar la boda de inmediato, pero enfrentarse a los cientos de invitados era una humillación que definitivamente no se merecía.En medio del caos y el shock, sin embargo, la situación dará un giro que ni siquiera ella espera, uno que no solo la salvará de los peores rumores, sino que convertirá su vida en todo lo que no había imaginado hasta ese momento. ¿El problema? Que su nuevo esposo de reemplazo la respeta tanto como la desea, y después de irse a vivir con él, ella no sabe si desearlo o faltarle al respeto… y a todo lo demás.¿Cuál de los dos tiene las intenciones más nobles… o las más perversas?UN ESPOSO DE REEMPLAZO. CAPÍTULO 1. Palabra de honorIrina estaba sentada frente al espejo, con una sonrisa tranquila que a
CAPÍTULO 1. La amante perfectaLa mujer apretó desesperadamente el botón del ascensor; su cara mostraba odio, miedo y frustración... y algo más, otras emociones que quizás no deberían estar ahí. Finalmente, la impaciencia pudo más que ella y terminó corriendo escaleras arriba, entre tropezones y jadeos ahogados.Alguien le había mandado una foto de su esposo, el hombre al que había amado con locura durante los últimos cuatro años, ¡siéndole infiel con su mejor amiga! ¡En aquel hotel!¡No podía creerlo! ¡Todo en sus movimientos era un caos, y cada lágrima que salía de sus ojos lo demostraba! Pero todo fue mucho peor cuando empujó la puerta de aquella habitación que alguien había dejado entreabierta y vio a su marido tirado en la cama, con aquella mujer encima, con la ropa a medio quitar y besándolo con pasión.—¡Randall! —gritó desesperada y la mujer sobre él se apartó de inmediato, tratando de subir su ropa con expresión sonrojada y nerviosa—. ¡Eres un maldito infiel! ¡Y tú eres una m