CAPÍTULO 168. El temor a las consecuenciasHabía algo tan doloroso y profundo en su tono, algo tan aterrador en las cosas que iba dejando caer, porque esa era su mejor versión de golpear la pared o romper cosas.—¡¡¡CONTESTAAAAAAAAAAAA!!!—¡Aaaaahhhh!La señora Beth corrió desesperada hacia una de las esquinas del salón, tropezando, gritando, mientras aquel terror se esparcía por su sangre, porque el ambiente alrededor y aquella voz… o quizás su pésima conciencia, la hacían creer quizás que era el mismísimo fantasma de su hijo muerto el que la perseguía.—¡Aléjate, aléjate! ¡Aaaaaaah! —gritó cuando otra de las estrellas de utilería cayó a tres metros de ella, haciéndose pedazos y salpicando de cristales alrededor.—¡¡¡RESPONDE!!! —rugió Grayson sin poder controlar toda aquella desesperación que sentía—. ¡¡¡CÓMO TE ATREVISTE A LASTIMAR A TU PROPIO HIJO!!!—¡Yo no lo hice…! ¡Oh, mi Dios, perdón…! ¡Aaaaahhh! ¡Perdón…! ¡No le hice nada, solo lo estaba vigilando!—¡¡¡DEJASTE QUE MI HERMANA
CAPÍTULO 169. Un fantasmaSu teléfono timbraba sin parar, y Serena no podía decir que estaba paralizada, pero sí era terriblemente cierto que todo lo que Annabelle le había dicho en los últimos minutos le había hecho una herida mucho más grande de lo que esperaba.—¡Te dije que no le dijeras a nadie, zorra! ¿¡Quieres que Percy sea el que pague por ti!? —espetó Annabelle, rodeándola como un animal de presa mientras la hacía retroceder a una de las anchas vigas del puente.Era apenas como un mirador diminuto, un barandal en el que a los chicos les gustaba ir a tomarse fotos estúpidas como si fueran los protagonistas de Titanic, pero Serena sabía muy bien cuál era el objetivo de Annabelle arrinconándola allí.—No puedes matarme… —le dijo con el corazón estremecido—. No voy a dejar que lo hagas, tengo una hija por la que vivir, así que no…—¡Tú eres la razón de todo lo malo que me ha pasado! ¡Solo muérete de una maldit@ vez, infeliz, solo desaparece para que yo pueda ser feliz! —le gritó
CAPÍTULO 170. Momentos dolorososGrayson estaba en una especie de limbo extraño, y nadie se atrevía a decirle nada simplemente porque sabían que todo aquello había estado destruyéndolo poco a poco, así que por lo pronto era mejor que solo se enfocara en esperar por los resultados de su hermano y de Serena.Todos, absolutamente todos estaban allí, y solo unos pocos minutos después un doctor salió parea darles la primera buena noticia:—Está bien, Serena está bien. Alterada, con moretones, pero está bien.Grayson pasó saliva porque realmente necesitaba escuchar eso.—¿Y mi hermano? —preguntó de inmediato.—Lo está revisando otro equipo médico, pero me dijeron que está despierto y respondiendo bien, solo quieren hacerle una resonancia para asegurarse de que todo esté bien con él —intentó tranquilizarlo el médico—. Así que por favor solo espere aquí, y le aseguro que alguien vendrá a comentarle sobre sus resultados dentro de poco. Mientras tanto, ¿qué le parece si pasa a ver a su esposa?
CAPÍTULO 171. El peor de los castigos.Grayson no sabía si aquello que sentía era miedo, incredulidad o simplemente consternación, pero a su lado Serena no estaba mucho mejor.—No puede ser… —murmuró ella mientras algo en su interior comenzaba a temblar—. No es posible… Brooke también cayó del mismo mugar y… y no sobrevivió ni…—Tampoco es que ella lo haya hecho en las mejores condiciones —la interrumpió Kenneth y los dos lo miraron con la interrogación reflejada en los ojos—. Caer de esa altura sobre el agua es como caer sobre cemento, su columna vertebral se quebró en cinco lugares, es del todo irrecuperable, y una de esas… una de esas heridas la dejó paralítica, apenas si puede respirar sola.Serena pasó saliva porque era difícil imaginarse algo como aquello. Había odiado a Annabelle durante incontables minutos al escucharla decir que había matado a Brooke, pero aun así ella era incapaz de desearle a su enemiga algo tan poco piadoso como el futuro que le esperaba.—¿Quieres decir…?
CAPÍTULO 172. Un remedio para el mal de amoresSerena sintió que perdía el aliento cuando se asomó a aquella puerta, porque había que ser demasiado mala persona para alegrarse de algo como lo que estaba viendo, y esa no era ella. Pero al final la vida, el karma, el destino o lo que fuera tenía su propia forma de hacer las cosas.Annabelle estaba semi sentada en aquella cama Fowler, llena de tubos y de vías en los brazos, con inmensos moretones en las pocas zonas visibles del cuerpo.—Tampoco podrá hablar —dijo el médico que estaba a su cargo, llegando junto a Serena—. El impacto no solo afectó su columna sino también algo en su cerebro. Está consciente, comprende todo lo que sucede a su alrededor, pero no puede hablar. Estamos buscando algunas vías alternas de comunicación como… como los parpadeos o algo así, pero por ahora será todo un desafío.—¿Hay alguna esperanza de que mejore? —preguntó Serena y el médico negó.—Lamentablemente no. Sé que los familiares no quieren escatimar en g
CAPÍTULO 173. Una familia reunida.Estaba nervioso, por supuesto que estaba nervioso y se le notaba, porque Grayson apretaba la mano de Serena, entrelazando los dedos con los suyos. Cada uno estaba ensimismado en sus pensamientos, como si los hermanos Viscontti se prepararan para la vuelta a la única realidad en la que se sentían cómodos.Y Grayson solo podía pensar, como Serena, en recuperar a Meli.—¿Crees que todavía se acuerde de mí? —preguntó con la preocupación reflejada en el rostro y Serena le sonrió con condescendencia.—No se olvidó de ti en más de un año de no verte, por supuesto que no te va a olvidar en solo unas pocas semanas —le dijo con suavidad.Pero la verdad era que los ánimos estaban tensos y que Grayson tenía los nervios a flor de piel.—Nena… sé que quizás no es el mejor momento, pero ¿puedo hacerte una pregunta? —la increpó—. La verdad es que no me importa qué me respondas, igual lo voy a entender y tampoco va a cambiar la forma en que te amo o que quiero pasar
CAPÍTULO 174. Una familia felizMeli iba de la mano de Grayson, con su perro al lado, y caminaba levantando los pies y dando saltitos como hacía siempre que estaba contenta. Los sonidos del campo eran agradables y pacíficos, y la niña se acercaba a una u otra de las largas hileras de vides para arrancar alguna uva y comerla.—Angelito… ¿nos podemos quedar aquí? —preguntó la niña de repente y Grayson la levantó en brazos con un gesto de afirmación.—Por supuesto que sí, mi amor, en cuanto tu tío Adriano deje de hacer un despliegue de testosterona tratando de intimidar al dueño actual para que le rebaje el precio, seguro seguro que la compramos y venimos a vivir aquí.—¿Qué es una “tostona”? —preguntó la niña con tono inocente y Grayson carraspeó cuando vio que Serena le entornaba los ojos.—¡Eso es que tu tío es muy amable, cariño, muy amable! —se apresuró Grayson y luego puso a la pequeña en el suelo, agachándose frente a ella. Y no podía negar que estaba un poco nervioso, porque aunq
CAPÍTULO 175. De bodas, bebés y padrinosLiteralmente no tenían muchos a quien invitar, así que Serena y Grayson se saltaron todos los protocolos habidos y por haber, y solo invitaron a su familia y amigos más cercanos para que se les unieran un mes después en aquella ceremonia.El viñedo era el lugar perfecto para celebrar su boda, y Meli estaba más que feliz porque la primavera en Italia definitivamente era una época perfecta para regar florecitas por todos lados. Así que ella llevó todas las flores y Gray, que debemos reconocer era el animalito más educado del mundo, fue el encargado de cuidar de los anillos.—No puedo creer que esto de verdad esté pasando —murmuró Grayson con aquella sonrisa perdida mientras veía a Serena caminar hacia él con aquel vestido blanco—. Alguien que me golpee para asegurarme de que estoy despierto… ¡No Moon, tú no! —se apresuró cuando vio que Renzo miraba a la chica—. Así estoy bien, ya el susto me avisó que estoy despierto, gracias.Carraspeó nervioso,