CAPÍTULO 153. La manera difícilSentía el cuerpo desconectado, como si su mente se hubiera escapado por un rato a un sitio mejor, un sitio donde los golpes emocionales no dolían, donde el remordimiento no existía, donde la conciencia terrible de sus errores no lo persiguiera como un depredador hambriento. Quizás eso era lo que se sentía estar a las puertas de la muerte, el problema era que si Grayson creía que aquel sería el final, era porque estaba muy lejos de conocer la determinación de los Viscontti.—Tiene que sobrevivir —escuchó aquella voz que parecía ser la del mismo diablo, y cuando apenas pudo abrir los ojos, vio a Renzo mirar en su dirección con expresión determinada.Sí, era el mismísimo Diávolo y no le permitiría olvidar que había hecho un pacto con él.—Señor Viscontti, por favor entiéndalo, está demasiado delicado, apenas si logró rebasar el paro —le decía el médico con impaciencia.—Entonces dígale a todo el mundo que no lo hizo —declaró y el galeno frente a él abrió l
CAPÍTULO 154. Cualquier cosaQuería llorar, quería hacer el berrinche de una niña chiquita, quería olvidar que era una adulta, simplemente porque aquel peso sobre sus hombros, aquella opresión en su pecho era demasiado intensa como para evadirla ya.—Dime que esto es real… dime… —suplicó, pero la única respuesta que obtuvo fue aquel gesto urgente y posesivo con que Grayson la levantó contra su cuerpo, tomando sus labios y hundiendo la lengua en su boca como si no pudiera decirle, como si solo quisiera que lo sintiera: que era real, que estaba allí.Grayson intió las manos de Serena tanteando despacio sobre su torso, explorando con suavidad, como si tuviera miedo de tocarlo, hasta que sus brazos se cruzaron detrás de su nuca y tiró de él, besándolo con la misma necesidad, con la misma añoranza, mientras sus lágrimas hacían de aquel beso una mezcla salada y llena de deseo.Había allí una desesperación implícita, un millón de minutos de angustia y un dolor que solo podía calmarse con sus
CAPÍTULO 155. La hora de follar...Ronroneaba. La condenada ronroneaba como una pequeña gatita satisfecha a pesar de todo lo que acababa de suceder, y Grayson no podía dejar de pensar que eso tenía que ver con él, con el hecho de tenerla envuelta en aquel abrazo apretado y perfecto.El amanecer se lo encontró allí, con el corazón tranquilo y todo… lo demás acelerado, pero no podía ser de otra manera cuando Serena le había dicho que lo amaba. El mundo simplemente era un lugar mejor porque ella lo amaba. El mundo simplemente era menos hostil por tenerla a su lado.—¿No vas a dormir ni un poco? —preguntó la muchacha abriendo los ojos y Grayson negó como un adolescente entusiasmado.—No quiero, solo quiero mirarte —respondió con un guiño coqueto y Serena reptó los pocos centímetros que la separaban de su boca para alcanzarla.Lo escuchó exhalar aquel jadeo bajo y delicioso, tan lleno de urgencia y necesidad. No se alcanzaban, era una realidad estremecedora; necesitaban mucho más el uno de
CAPÍTULO 156. Una noticia impactanteLa pregunta quedó en el aire, porque ninguno de los dos era capaz de responder en ese momento. No sabían lo que estaba a punto de pasar, no sabían qué sucedería con la muerte de Jerry, ni cómo iba a reaccionar Anabel, pero, por desgracia, no parecía haber un final sin violencia para gente como ellos. Serena se levantó de la cama y ayudó a Grayson a moverse hacia un pequeño baño que tenía en el ático. Lo apoyó contra el lavabo y fue retirando poco a poco todos los vendajes que llevaba. Lo vio hacer una mueca de dolor mientras lo limpiaba con cuidado, desinfectaba las heridas y volvía a vendarlo; y no pudo evitar sentir un nudo en la garganta, porque cualquiera de esos tres disparos podría haberlo matado; y aun así, él había tenido la fuerza para levantarse y defenderla de Jerry. —No pensé que mi madre estuviera involucrada —murmuró Grayson de repente, haciéndola levantar la cabeza—. Supongo que después de todo lo que ha pasado, ya no debería sorp
CAPÍTULO 157. Una obsesión tóxicaNo le había contestado. Jerry no le había respondido en toda la noche, y ella no había dejado de gruñir de impotencia mientras caminaba de un lado a otro del departamento. Sin embargo, no podía hacer nada, ya que no tenía las llaves del departamento de Jerry para ir a buscarlo, y después de tocar insistentemente en su puerta sin obtener respuesta, tuvo que regresar al suyo, rumiando una frustración que amenazaba con descontrolarla. Ambos habían sido claros: se estaban ayudando mutuamente, y eso formaba parte del trato. Annabelle le había proporcionado toda la información que tenía: cómo evadir el sistema de seguridad de la mansión de Grayson, cómo entrar y salir sin ser visto, y dónde demonios desconectar todas las cámaras y desactivar el sistema para que nadie pudiera descubrir al autor de la muerte de Serena Radcliffe. Porque era demasiado inteligente como para no saber que matarla era el objetivo. —Podrías haber resurgido como el ave fénix —lo h
CAPÍTULO 158. Los medios para una venganzaTrató de abrir la puerta; quería atacarla, quería matarla con sus propias manos. De los ojos de Annabelle Huxley corrían lágrimas verdaderas, llenas de rabia y desesperación, porque le habían quitado lo único por lo que había estado peleando durante años.Le habían arrebatado su obsesión.Le habían quitado a su esposo.Y no importaba si estaba bien o mal, o si era una maldit@ loca digna de camisa de fuerza, eso no cambiaba el hecho de que había perdido algo que consideraba uno de sus motivos para vivir.—¡Te voy a matar! ¡Te voy a matar, maldit@ zorra desgraciada! ¡Tú eras la que tenías que morirte, ¿me oyes?! ¡Tú eras la que tenías que morirte, no él! —gritó, desquiciada, peleando contra la puerta del auto para abrirla, pero evidentemente el impacto había hecho que se trabaran los seguros.—Puedes intentarlo —declaró Serena, mirándola a los ojos—, pero si no quieres terminar exactamente como Jerry, te aconsejo que seas más cuidadosa a partir
CAPÍTULO 159. Una dolida viudaEl desastre estaba a punto de desatarse y ellos ni siquiera lo sabían.Por supuesto, el funeral de Jerry Huxley fue ampliamente televisado, salió en cada periódico del mundo, y las condolencias a la dolida viuda no se hicieron esperar. Aunque al final solo eran protocolos vacíos de gente que no llegaba a apreciarse entre sí ni siquiera un poco.—Me imagino que al menos el cura que oficia la misa no tendrá la desvergüenza de decir que era un buen hombre —gruñó Serena, dejando a un lado su teléfono para no seguir viendo las novedades sobre aquel espectáculo, porque indudablemente eso solo era otro show más para Annabelle. —Bueno, teniendo en cuenta que los pagos los hace su angustiada viuda —replicó Adriano con fastidio—, puedes estar segura de que el cura dirá que era mitad santo y mitad profeta. —Al final, solo son palabras vacías —añadió Aurelio, pero mientras cada uno se concentraba en lo suyo, Serena reparó en la mirada curiosa de Renzo. —¿Cómo lo
CAPÍTULO 160. Una demanda colectivaSerena repasó una y otra vez aquel documento, sin poder creer que Kenneth y Adriano hubieran organizado algo tan grande como aquello. Pero al parecer no era la única sorprendida, porque el mismísimo fiscal de distrito, al que habían citado allí, se quedó impactado cuando se dio cuenta de lo que habían venido a hacer.—Esto es... mayúsculo —murmuró, revisando también el documento.—Jerry Huxley se fue de esta vida sin pagar por lo que había hecho —sentenció Kenneth, adelantándose, porque él era el principal vocero de aquella demanda—. Pero todos sabemos que hay pruebas más que suficientes en su contra, así que no es justo que esos juicios se queden en el aire, ni que se le despida y se le recuerde como un gran hombre y un gran cineasta, cuando en realidad no fue más que un violador y un pedófilo.Sus palabras eran extremadamente claras y demasiado contundentes como para ignorarlas, y Serena se dio cuenta de que Kenneth Radley podía ser amable y bonac