LEA
Cuando despierto, lo primero que veo es el techo blanco que se presenta ante mi, con ojos llenos de miedo comienzo a inspeccionar el sitio; un cuarto de hospital. Es donde me encuentro, intento moverme pero me duele todo el cuerpo, a mi lado hay un gotero y estoy conectada a un montón de cables y mangueras, una de ellas va dirigida a mi nariz, llegando a un respirador. Con manos temblorosas y el corazón comprimido me la quito, hago una mueca cuando me incorporo.
—Lea.
Una voz ronca me eriza la piel, giro a mi derecha y mis ojos conectan con los de Enzo.
—¿Qué ha pasado? —trago duro al tiempo que observo como se acerca hasta mi, tiene un ligero vendaje en el brazo y alg
PREPPYEnzo sale abatido de la habitación de la peque, no hace falta que me diga algo o me mire para saber que las cosas entre ellos se fueron a la jodida mierda.«Por eso el amor no es bueno, las mujeres empeoran todo»Me pongo de pie y lo sigo en silencio, como una puta sombra, camina derecho y cuando pasa manda a todo el mundo al infierno, de donde venimos todos los mafiosos, quiero decirle que se lo advertí, la peque no pertenecía a nuestro mundo, puta madre, éramos asesinos, joder, ninguna chica con una vida normal lo aceptaría.Salimos del puto hospital y cuando se dirige al carro nuevo que le he traído, se detiene y le da una patada al cofre.
LEACuando abro los ojos, me permito respirar hondo e incorporarme, la noche había sido demasiado larga como para querer rememorar todo por milésima vez, necesitaba un respiro de Enzo, de todos, y quería vivir mi duelo. Toco mi vientre y el labio inferior comienza a temblarme, pensar que dentro de mi estaba creciendo una vida y ahora nada, estaba vacía, me sentía hueca por dentro, me había hecho ilusiones. Esa era mi realidad.—¡Buenos días!La voz de Brandon hace que de un respingo, anoche, cuando me escapé del hospital su restaurante fue el primer lugar que se me vino a la mente, debo agradecer el hecho de que no me acribillara con grandes preguntas, y que aceptara darme alojo, ir con Alan no era una
Cierro la boca.—No pienso darte el divorcio, ya lo sabes, eres mía —espeta con crueldad—. Creí habértelo dejado claro.La furia me invade al notar lo apacible que se encuentra y como lo hace ver todo tan fácil.—¡Es que no lo entiendes! —estallo, cansada de su actitud arrogante—. Esto es una puta locura, no pertenezco a tu mundo, te quisieron dañar y por eso tuvimos el accidente, por eso perdí a mi bebé, no nos conocemos, mi hermano es claramente alguien que no es tu amigo, y solo... Solo...Joder.La voz se me quiebra, mis pulmones se colapsan y nuevamente los ojos se me llenan de agua.<
El placer pulsa, flotando fuera de mi alcance, nublando todos mis sentidos y adormeciendo mi buen juicio.—Me perteneces legal y espiritualmente Lea —continua suave pero con un deje de amenaza—. Yo soy el único que te folla, nadie más, ni ahora ni nunca.Enzo no me permite hablar, mueve con más destreza sus dedos, ante sus palabras y movimientos volqué el borde, gimiendo mientras estrellas estallaban dentro de mi, colapso contra él, sintiendo mis mejillas arder, Enzo rápidamente como todo un maestro, saca su enorme polla y la desliza sobre mi muy húmedo coño, se adentra y chillo ante su grosor, no tenía idea de si sus hombres o Preppy pudieran escucharme, pero no me importa en absoluto.Envuelvo mis brazos
ENZOMi pulso se acelera, no puedo evitar tener los deseos latentes por arrancarle los ojos a Brandon, se atrevió a ver a Lea como algo más, y encima me toca los huevos aceptar que será su jodido jefe. Tenía muchas cosas en mente, y una de ellas era la reunión, y por supuesto el castigo para Anabelle y Alicia. Corban estaba incluido pero él tenía que esperar. Acelero sin apartar la mirada de la carretera y el sabor amargo que nada en mi paladar, no desaparece.—Tienes que tranquilizarte —me dice Lea en un intento fallo por hacer que deje el tema fuera—. Solo son flores, lo hizo por amabilidad, es un buen chico y mi jefe, es un alivio saber que tus arranques no harán que me despida antes de haber empezado.
Estamos solos, Lea se ha marchado, y es momento de dar inicio al plan que entre Preppy yo hemos formulado.—Enzo —la voz con exceso dulzón de Anabelle me hace dar arcadas, pero me trago las ganas de asesinarla y me acerco hasta ella.—Ahora que estamos solos, creo que es momento de aclarar algunas cosas —sonrío rodeando su cintura con la mano, atrayéndola hasta mi cuerpo.—Soy toda oídos, cariño —lame mi cuello y lo succiona con fuerza—. Siempre supe que seguías siendo mío.«Maldito Preppy, solo espero que tu plan salga a la perfección»—Y tú siempre mía &
ENZO—Más vale que tu plan salga bien —espeto con dureza hacia mi mejor amigo, mientras juego nervioso con un cigarrillo en mis manos, decidiendo aun si lo quiero fumar para calmar mis putos nervios.—Tranquilo, Anabelle funciona así —Preppy saca el humo de su rollo de marihuana, desganado y una actitud despreocupada—. Con una verga en el coño.—¿Por qué no mejor te la tiraste tú? —termino deshaciendo el cigarrillo con mis manos y lanzo los restos de un manotazo—. Haberla follado fue lo más degradante que he hecho en la vida, y fui infiel a Lea, lo sabe y ahora no tengo ni puta idea de lo que va a ocurrir.—Uno; le e
PASADO...—Vamos Enzo, cariño, este es el último paso para demostrar que ya eres un hombre —dice mi madre, la mujer que me parió, deslizando su mano por mi espalda en un dulce intento por tranquilizarme.Trago duro, con siete años de edad, una parte de mí sabe que debería estar jugando en mi cuarto, haciendo amigos en la escuela, jugando a patear la pelota o incluso haciendo los deberes de la escuela, pero no tengo nada de eso, no voy a la escuela como los niños normales, no tengo amigos porque me odian, y mis juegos básicamente consisten en entrenar tiros, estudiar la anatomía del cuerpo, saber mediantedestripamientode animales, los puntos más fáciles para desangrar a una persona, estudiar