ENZO
—Más vale que tu plan salga bien —espeto con dureza hacia mi mejor amigo, mientras juego nervioso con un cigarrillo en mis manos, decidiendo aun si lo quiero fumar para calmar mis putos nervios.
—Tranquilo, Anabelle funciona así —Preppy saca el humo de su rollo de marihuana, desganado y una actitud despreocupada—. Con una verga en el coño.
—¿Por qué no mejor te la tiraste tú? —termino deshaciendo el cigarrillo con mis manos y lanzo los restos de un manotazo—. Haberla follado fue lo más degradante que he hecho en la vida, y fui infiel a Lea, lo sabe y ahora no tengo ni puta idea de lo que va a ocurrir.
—Uno; le e
PASADO...—Vamos Enzo, cariño, este es el último paso para demostrar que ya eres un hombre —dice mi madre, la mujer que me parió, deslizando su mano por mi espalda en un dulce intento por tranquilizarme.Trago duro, con siete años de edad, una parte de mí sabe que debería estar jugando en mi cuarto, haciendo amigos en la escuela, jugando a patear la pelota o incluso haciendo los deberes de la escuela, pero no tengo nada de eso, no voy a la escuela como los niños normales, no tengo amigos porque me odian, y mis juegos básicamente consisten en entrenar tiros, estudiar la anatomía del cuerpo, saber mediantedestripamientode animales, los puntos más fáciles para desangrar a una persona, estudiar
CORBANRespiro el aire puro y lleno mis pulmones no solo del oxígeno, sino, de la libertad, aun me dolían las jodidas costillas y la espalda por la incomodidad que me regalaba la cama de piedra de aquella mazmorra de mierda. Cuando llegué a casa mi madre me había recibido con los brazos abiertos y con la mejor noticia que pudiera ponerme de tan buen humor en esos momentos, al parecer Lea si había mentido y había decidido tener al bebé, pero según las palabras de mi madre, un reciente accidente de auto provocó que perdiera al engendro, lo que hizo que mi polla se levantara y proclamara de nueva cuenta su coño, saber que ya no estaba embarazada la hacía apetecible para mi.Termino de vestirme con ropa nueva cuando llaman a mi puerta.
LEA—¿Qué haces aquí? —le pregunto a Enzo cuando noto su presencia al salir de la regadera, doy gracias a Dios por haber enrollado la toalla a mi cuerpo a tiempo—. No quiero verte.Enzo no dice nada, permanece callado, recargando su peso sobre el marco de la puerta bajo el umbral. Va vestido con unos jeans desgastados que lo hacen ver apetecible, pero me niego a seguir pensando en su sexy apariencia. No tiene una camiseta puesta y eso lo hace un torbellino tortuoso de sensaciones que me ahogan.—Preppy me ha contado todo —su voz es ronca, gruesa y tiene ligeros destellos de vergüenza.—No son mis asuntos —replico ajustando más la toalla a mi cu
ANA—¡Maldito Corban Smith! —berreo al tiempo que golpeo el volante con furia.Llevo manejando poco menos de media hora, y con lo que detesto ser yo quien lo hace, pero ese hijo de puta se había atrevido a no solo amenazarme con arruinar y romper los contratos con mi familia, sino, a golpearme.—¡Maldito, maldito, maldito! —doy un nuevo golpe que lo hace pitar.Ese hijo de puta, me conocería después, por ahora lo mejor era seguirle el juego, en especial cuando nuestra posición en la sociedad y situación económica estaba en juego. Había estudiado la zona en la que se hallaba la fortaleza Brzezinski, gracias a los planos que robó
ENZONo puedo evitar tensar el cuerpo cuando a lo lejos veo a al líder de los Lebrestoss, un hombre de estatura promedio, muy obeso y con la mirada fija en Anabelle, quien con el vestido que trae puesto, roba la atención de algunos de los hombres de otras mafias, a la muy zorra le gusta tener bajo su poder el protagonismo de todo, pues bien, eso tendrá y esta noche terminará muy mal, si le gusta al líder la mamada que posiblemente le obliguen a hacer, puede que le perdonen la vida, en el fondo espero que no.—Deja de asesinarla con la mirada.La voz de Preppy me regresa a la realidad, giro y me enfurezco al ver que está drogado.—¿Puedo saber cómo mie
LEAMi estómago se estruja al escuchar la respuesta de Enzo, sabía que era un plan para deshacernos de Anabelle, pero dolía, y mucho, a más que tenía que soportar las miradas llenas de lascivia de los asesinos, y a Corban...—Deja de mirarlo ¿acaso no ves que no te merece? —me dice el chico del que creí una vez estar enamorada.Nos habíamos alejado del grupo en el que Enzo platicaba con el padre de Corban, rodeando con sus brazos la cintura de Anabelle, besándola y restregándole el cuerpo como gato en celo.—¿Acaso no piensas hablarme? —insiste.—No tenemos nada
LEACinco pares de ojos me observan a la expectativa de lo que estoy por hacer, aún no me creo lo que brotó de Anabelle, ¿en qué estaba pensando cuando acepté bajar a la reunión? Trago duro y le lanzo una mirada suplicante a Enzo, pero él solo se limita a ver a Anabelle y la rodea con su brazo.—¿Y bien? —insiste Anabelle—. ¿Eres sorda o qué? Si no haces lo que se te pide y sigues con esa actitud, me temo que terminarás por arruinar la fortuna de los Smith, si el contrario no realiza la acción planteada, pierde dinero.Deseo que la oscuridad que habita en la mirada de Enzo, me engulla, estas personas hablan en serio, pero no quería hacerlo, tota
—Yo...—¡Hazlo, maldita zorra! —el hombre calvo da un manotazo en la mesa que me sobresalta—. Deberías aprender a la esposa de Enzo, quien no tiene problema alguno en realizar lo que su hombre pide, eres una puta ¿qué más da una follada aquí?Suplico a Enzo que detenga esta locura, pero en su lugar, aparta la mirada de mi y besa a Anabelle, la furia que siento comienza a picar mi piel, y llena de rabia hacia toda esta gente. Me levanto abruptamente."Bien, si eso quiere Enzo, eso tendrá"De mala gana me bajo las bragas y se las lanzo a Enzo, quien las atrapa rápidamente. Sus ojos me acribillan, lo ignoro y veo que Corban ya tiene su polla fuera de