Hago lo que me pide, deslizo la tela blanca por mis piernas, agradeciendo que meses atrás, Alana me hubiera convencido de hacerme una depilación completa, por lo que en mi sexo no había existencia de bello alguno, totalmente desnuda frente a un mafioso, temerosa, asustada y tímida, me muestro tal cual soy.
—Ya...
Alzo la mirada, intento conectar con sus ojos pero no puedo, parece embelesado con mi cuerpo, como si yo fuese una obra de arte digna de admirar. Su mandíbula se aprieta con tanta fuerza, que temo que vaya a hacerse daño, sus ojos se cierran mientras inhala profundamente, como si estuviera teniendo una lucha interna consigo mismo. Cuando vuelve a mirarme su expresión seria se ha esfumado y parece más relajado, una máscara de serenidad se ha apoderado de su rostro y cuando se acerca a mí y creo que va a dañarme, me carga en br
Por favor, que no sea como a una hermana, por favor, porque él no tiene pinta de ser mi hermano mayor. —Alguien a quien deseo, de hecho, no deberías confiar en las personas, tienes como ejemplo claro; tu amiga Alana. Me muerdo el labio inferior. —¿Tú confías en alguien? —Solo en Preppy, pongo mi vida en sus manos a diario, pero fuera de él, no, nunca confiaré en nadie, ni en mi sombra. —Lo que dices es triste, en algún punto de tu vida tendrás que depositar la confianza en esa persona que llegues a amar —bajo la mirada, no quiero verlo, porque sé que si lo hago me voy a derrumbar. —Confiar en una persona me enseñó a n
ENZO Joder, mandé todo a la m****a cuando ya no pude soportar más las intensas ganas que tenía por hacerla mía. Le quité la toalla dejando al descubierto su cuerpo esbelto y desnudo, sus pechos firmes y redondos, sus pezones rosados y erectos me enloquecieron. —Prometiste no follarme, estoy embarazada y... Odio escuchar que otro la preñó, por lo que vuelvo a besarla con mucha más intensidad que antes, sabe a miel, a dulce, a caramelo, succiono su lengua y gime de dolor, me gusta, desde este momento memorizo su aroma, su piel suave y tersa, marfilada, dejo que mis manos exploren su cuerpo cuando la recuesto y me subo encima de ella, tengo solo la toalla, me incomoda y la lanzo fuera. —Enzo...
NARRADOR OMNISCIENTE El avión había aterrizado con éxito, puso su mochila sobre sus hombros y se colocó los lentes mientras caminaba hacia la salida, un auto ya lo estaba esperando, entró y enseguida lanzó la mochila al lado, golpeando el hombro de Boss Hawer, quien de forma inmediata lo fulminó con la mirada. —No juegues conmigo, estúpido —espetó con firmeza. —No, tú no juegues conmigo o juro que te vuelo la cabeza en este momento, te recuerdo que si llegaste a ser el Boss, fue gracias a mí, pijo de m****a que juega a ser el rey de la mafia. Boss cerró la boca. —Así me gusta, calladito te vez menos feo. Hawer
ENZO —Bromeas ¿cierto? La mirada impaciente de Preppy solo confirma lo que ya sabía que iba a pasar, pero no me importa, la deseaba, quería follarla tan duro, que jamás recordaría el nombre de Corban Smith, pero me conocía, si lo hacía, no solo serían palabras de dientes para afuera, Lea me pertenecería, incluso su hijo y esta vez los dos ya no tendrían escapatoria, eso era algo seguro. —¿Acaso tengo rostro de diversión? —enarco una ceja con incredulidad. —No, pero... —Dilo —pongo los ojos en blanco. Hago mi conteo mental, esperando a que mi mejor amigo suelte uno de sus comentarios inocentes pero con más vene
—Sabía que esa zorra no te la había mamado bien —arguye sacando mi grueso tronco—. Nadie tiene la garganta tan profunda como yo para recibir todo esto. Lame la punta de mi verga como si fuera un chuche, pero para mí jodida suerte, cuando Alicia está a punto de meterse mi verga a la boca, levanto la mirada y un par de ojos azul zafiro me miran con asombro, Lea está estática observando como Alicia está de rodillas con mi polla en la boca, siento la imperiosa necesidad de aventarla, correr hasta donde está ella y ponerla de rodillas para que siga con lo que Alicia ya no estaba haciendo bien. Pero me quedo quieto, observando los jeans oscuros que se le ajustan al cuerpo como una segunda piel, a sus flats blancas de niña, que hacen juego con la blusa de manga larga con escote que trae puesta, su cabello oscuro cae en largas ondas sobre sus hombros y el ligero maquillaje que trae puesto solo
—Bien, ese no es mi problema —hago bola el pedazo de papel y se lo lanzo en la cara—. Recoge tus mierdas y vete a buscar al padre de ese jodido crío, ya me buscaré una nueva puta. Me sabe amargo lo último, porque con Lea bloqueando mi sistema, comienzo a creer que será algo imposible. —¡Es tuyo, maldito desgraciado, tú hijo! Me detengo antes de cruzar el umbral. —No me vengas con esas m****as, Alicia, lanzando mentiras para retenerme solo aceleras tu muerte, se inteligente, agarra tus cosas y vete a la m****a. —¡No he estado con nadie desde que me follas! Sus mentiras están colmándome la paciencia, así que la encaro y rodeo su
BARCLAY Amaba el ruido que emitía el péndulo, ese sonido era anestesia para mis odios, tranquilizaba mi sistema y la adrenalina dejaba de correr por mi torrente sanguíneo. El tic toc del reloj es lo único que se escucha en la habitación, camino lento, con las manos entrelazadas por detrás y observando a detalle los retratos que descansaban pulcros sobre la chimenea, en ninguno estaba Lea o yo, solo aparecían mis asquerosos progenitores y la zorra de mi hermana mayor. —Interesante —susurro—. Muy interesante. Sigo caminando repasando el pasado, uno que mi tío, hermano de mi padre me contó con apenas ocho años de edad, mi tío Leonel había sido el único familiar que tuve cerca de mi cuando la zorra de mi madre me separó de Lea cuando teníamos tres años, era pequeño, ind
LEA Mi mirada no se podía apartar de Preppy, el tipo raro que no paraba de m****r a la m****a a toda chica de las tiendas departamentales que nos encontrábamos, y que al verlo no dudaban en hacer un par de intentos fallidos por llamar su atención, aunque en mi opinión, creo que las náuseas solo incrementaban por su conveniente coqueteo. —Ni de broma —frunzo el ceño y aparto mi mirada del par de tangas de encaje que me muestra. —¡Ay, vamos peque! —Exclama pisándome los talones mientras intento buscar otro tipo de bragas con las que me sienta bien—. Con estas ten por seguro que Enzo te follará en cuanto te vea. —Estoy embarazada, no pienso follar con él ni con nadie —suelto con irritación, mordiendo mi labio al tiem